Disco del Mes: Midnight Oil - Red Sails In the Sunset

Midnight Oil
Red Sails In the Sunset
1984










CBS / Sprint / Columbia

John Lennon / Plastic Ono Band - ídem [1er. LP - 1970]

Este es el gran triunfo de Lennon. Puede discutirse, claro, como siempre.

Un poco de contexto no viene mal.

En los Beatles había perdido el liderazgo, ya en Sgt. Pepper's tenía menos presencia que su viejo socio, Paul McCartney. Hacía ratazo que aquello de escribir canciones juntos había dejado de existir, seguían firmando los temas como una dupla, pero todos sabemos qué tema es de cada uno. Para el Álbum Blanco levantó la puntería, sus aportes son increíbles, es quizás el gran momento de Lennon como compositor de canciones. “I'm So Tired”, “Yer Blues”, el impresionante “Happiness Is a Warm Gun”… todos los tiros que pateó ahí fueron al arco. Y estaba en otra, eso era claro. Él llevaba esos temas y Paul caía con “Martha My Dear” o “Rocky Raccoon”. Temazos sí, pero ya no tenían nada que ver. Esa diferencia es una de las tantas virtudes del doble de la tapa blanca; su asombroso eclecticismo musical. Después medio que se pierde, a pesar de que sus aportes siempre fueron buenos, si uno mira el plomazo Get Back, el documental larguísimo que salió hace poco, Lennon estaba en segundo plano, casi parece un sesionista.

Según dicen, con Yoko estaban viviendo al extremo, llevando un vida de reviente y experimentación. Ahí entra a jugar el psicólogo al que acudieron para calmar un poco los ánimos, un tal Arthur Janov. El tratamiento que hacía el tipo se llamaba Terapia del Grito Primal. Consistía en que sus pacientes dejaran salir la podredumbre interna a grito pelado, llorando en el piso y exorcizando demonios. Al parecer John tenía mucho de eso adentro, su personalidad siempre lo reflejó. Estas canciones vienen de ahí. Son personales hasta un extremo que hasta podría parecer ridículo en los papeles. Pero si escuchás te das cuenta de que ni se acerca a la más mínima situación embarazosa. Al contrario, podés entender y ser partícipe del inmenso dolor de alma por el que estaba atravesando John Lennon. Alguien que lo tenía todo en apariencia, sin embargo sufría y mucho.

¿Cuánto de participación o influencia tiene Yoko Ono acá? Seguramente mucha. Un personaje que todavía necesita ser defendido y que sigue siendo ridiculizado con frecuencia. Yoko tuvo mucho que ver con el hombre en que se convirtió Lennon. Discutible también, seguro. Pero sin ella esto no pasaba. El pibito provinciano y pendenciero nunca se hubiera animado a exponer sus sentimientos como lo hace en “Mother” o en cualquier de los temazos que hay acá. “No creo en Dylan, no creo en Elvis, no creo en los Beatles…” (dicho esto último con un énfasis muy lennoniano) “… sólo creo en mí, en Yoko y en mí” canta en “God”. Dicho sea de paso incluye una de las grandes frases-Zen del ex-Beatle; “Dios es un concepto a través del cual medimos nuestro dolor”. Impresionante.







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5 Canciones 5: Suzanne Vega, Midnight Oil, Brian Wilson, Sunnyboys y The Butterfield Blues Band

Big Space
Suzanne Vega

La cara B del tercer disco de estudio de Suzanne Vega es un cofre del tesoro, uno que todavía hay que descubrir, pero que si lo abrís, vas a encontrar maravillas, cosas poco habituales. Esta canción por ejemplo. ¿A qué se parece? ¡A nada! Tiene un clima medio siniestro, enrarecido y eso que no es una de las características por las que se conoce a esta muchacha de Santa Mónica, en California. A los tres minutos hay una especie de puente, sin que cambie la base, con una melodía nueva, fantasmal. Temazo en serio.

Aparece originalmente en: Days of Open Hand (1990)

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In the Valley
Midnight Oil

Gran tema del octavo disco de estudio de los australianos Midnight Oil, los tipos saben que tienen un estribillo inolvidable así que... ¡vamos todos! (a cantar, por supuesto). Hay gente a la que le molesta el costado político, humanitario o como se le quiera llamar de la banda. Nunca entendí muy bien porqué. Jamás se pasan de la raya ni cargan demasiado las tintas. La voz del cantante (Peter Garrett) se parece mucho a la de Dave Faulkner, de los compatriotas Hoodoo Gurus.

Aparece originalmente en: Earth, Sun and Moon (1993)

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Mrs. O'Leary's Cow
Brian Wilson

Mitología rockera, capítulo uno; SMiLE de los Beach Boys. El disco perdido por excelencia, con este iban a seguir el camino encarado por Pet Sounds, no iba a poder ser.
Las historias que rodean la grabación son increíbles, por suerte la música está ahí, a la altura. Esto es delirio puro. Es la caja de arena con el piano adentro de Brian Wilson, el riff es enloquecedor ya de por sí. Acá probablemente es cuando estaban con los cascos de bomberos, hay varias fotos dando vueltas. Hay un incendio y no es forestal; es mental.

Aparece originalmente en: SMiLE (2004)

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You Need a Friend
Sunnyboys

Decálogo de cómo hacer una canción a partir de un riff de guitarra. Y qué lindo es el timbre de voz de Jeremy Oxley. Australianos también, muy recordados por sus tres primeros LPs de estudio, un verdadero compendio de canciones con guitarras al frente. El solo de guitarra está buenísimo, medio podrido y con alguna que otra disonancia, al mejor estilo Tom Verlaine.

Aparece originalmente en: Individuals (1981)

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Work Song
Butterfield Blues Band

Discos importantes hay muchos, aunque no todos se bancan el cartelito. O el paso del tiempo. Este sí. Acá hay ocho minutos de una banda encerrada, trabada en un groove blusero demoledor. La guitarra de Mike Bloomfield es la estrella absoluta. Ojo porque hay lugar para que brillen todos, después entra el mismo Butterfield con la armónica, más tarde el piano eléctrico y así sucesivamente. La sección rítmica construye un andamio al que le podés colgar un camión con acoplado, no hay que olvidarse de ese detalle.

Aparece originalmente en: East-West (1966)

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Video de la Semana: Caetano Veloso - Um Abraçaço

El gran Caetano Veloso haciendo música futurista, space-rock o como le quieras llamar. Siempre sonando a él mismo. De su enésimo disco de estudio, del 2012, Abraçaço.

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Simon Joyner - Out Into the Snow

Este tipo vino al mundo en el momento equivocado. Si hubiese hecho lo que hace en la primer mitad de la década del setenta, estaríamos hablando de una super-estrella a la altura de Neil Young o de Joni Mitchell. Es un cantautor, lo que algunos llaman un songwriter, palabra que no termina de tener traducción porque en los países de habla hispana no son tan frecuentes. Se me ocurre Charly García como un “escritor de canciones” pero no, no podría ser. Sus conocimientos de teoría musical hacen que salga automáticamente de la secta. Un songwriter no necesita demasiadas herramientas musicales. Si la intención de su canción es fuerte, si la idea rectora tiene el poder suficiente, la música puede pasar a un segundo plano, sin problemas. ¿Algún ejemplo? Está lleno. “Both Sides Now”. Es la persona que se da cuenta de que en un momento de la vida, tener razón o ser -o no- culpable pasa a ser secundario, que hay que estar del lado de la otra persona. Con esa idea la canción se escribe sola. “My Back Pages”, algo parecido, es el despertar que produce saber que nada es absoluto, que blanco y negro son relativos y que “me convierto en mi enemigo en el instante en que predico”. Si tenés algo así, tenés una canción. No muchos coinciden en este modo de verlo, hay muchos caminos válidos a la hora de acercarse a la composición.

Pero este es el camino que elige Simon Joyner. El del cantautor en el sentido clásico de la palabra. Una especie en extinción. Esto último no parece desalentarlo porque ya lleva grabados más de veinte discos de estudio. Es muy prolífico. Hoy en día es difícil seguir a alguien que saca tanta música a la calle, sobre todo teniendo en cuenta la infinidad de opciones, de alternativas que existen. Nadie espera un lanzamiento de nadie. Igualmente pensar en qué tipo de recepción va a tener una obra no hace más que conspirar contra el trabajo. Encima es una tarea difícil, solitaria y no siempre da recompensas. Leonard Cohen, una de sus claras fuentes de inspiración, nunca hizo muchos discos. Hasta se tomó casi diez años entre Ten New Songs y Dear Heather. Aparecía cuando sentía que tenía algo para decir.

Joyner también tiene mucho para decir y es un poeta con todas las letras. Deja que la conciencia fluya, no tiene miedo de que se pierda el significado y no duda en que el sinsentido haga lo suyo. Tiene varios tipos de canciones, digamos que su paleta musical es amplia. Puede partirte el corazón con apenas su voz y una guitarra acústica o puede encarar para el lado ruidoso, heredero de Velvet Underground. Pocos acordes, suciedad, mugre y mucha actitud. En Out Into the Snow ya llevaba varios años haciendo música y grabando discos. No hay mucha diferencia con sus discos anteriores, no le hace falta, es un escritor de canciones y, si tiene algo como “The Drunken Boat”, con nueve minutos de desolación y una poesía conmovedora, puede darse ese lujo.







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Simon Joyner - Beautiful Losers: Singles and Compilation Tracks 1994-1999
Simon Joyner - Hotel Lives
Simon Joyner - Songs from a Stolen Guitar

The Replacements - Here Comes a Regular

No me acuerdo qué película era pero me hizo ver lo que describe el gran Paul Westerberg acá. Eran tipos grandes, en un pueblo chico, reunidos mirando beisbol y tomando cerveza. Nadie hablaba. Nadie. Y si alguien lo hacía era para murmurar un monosílabo inintelegible. Los yanquis dejaban un poco de lado el cine-propaganda para mostrar la mugre que habían barrido abajo de la alfombra.

Los Replacements lo habían hecho veinte años antes. O más. "Ahí viene uno de los clientes habituales". Así se podría traducir el título. O esa otra con Steve Buscemi, The Trees Lounge, tipos grandes acodados a una barra. Tomando y tomando. Ahogando todo en el alcohol. Claramente el protagonista sabe de qué está hablando, el autor pinta un retrato muy auténtico y vívido, debe conocer a varios que están en esa situación y lo más probable es que él mismo sea uno de esos que "te llaman por tu nombre".

Tiene algunas líneas devastadoras, en realidad no le sobra nada. "La oportunidad llama una vez y después la puerta se cierra de golpe" o "es demasiado tarde para cortar el césped, igualmente no hay mucho para hacer en el otoño", la típica excusa, la auto-mentira del adicto para hacer lo único que en realidad le interesa, que es satisfacer su apetito triste. Al final el tipo se da cuenta que no sólo es uno de esos destruídos sino que él está todavía más solo que el resto. Se percata de que es un día feriado (o de vacaciones) y varios están con sus familias o en algún otro lugar, mientas él sigue ahí, en el bar. Sólo.

Se puede escuchar en YouTube acá.

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El amigo que me metió en los Replacements me decía que ellos eran los Beatles y Dylan de una generación, que Westerberg le hablaba al oído a toda una camada de gente desencantada. Sí es cierto (indudablemente) que hay un buen puñado de himnos en el catálogo; "Androgynous", "Unsatisfied", "Alex Chilton"... en Tim hay tres o cuatro también. Indispensable. 
Tim (1986)

5 Canciones 5: Lyle Lovett, Astor Piazzolla, Bad Religion, Larry Wallis y The Mighty Diamonds

Promises
Lyle Lovett

Siempre será recordado por haber sido pareja de Julia Roberts cuando ella era una cosa que no se podía creer. Lo descartó con la misma velocidad con la que se lo levantó. ¿Se acuerdan de esta película? El es un facho, un white trash condenado a muerte y ella encuentra formas de perdonarlo y hasta de quererlo. La mayoría de las canciones de la banda sonora son exclusivas de la película (Springsteen, Neil Young, Patti Smith, etc.) y este temazo no necesita más que una voz quebrada y una guitarra apenas arpegiada para decir su verdad. "Las palabras son como el veneno, te quiebran y ciegan".

Aparece originalmente en: Dead Man Walking [banda sonora oficial] (1995)

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Lo que vendrá
Astor Piazzolla y su Quinteto

¿Así que esto NO ES tango? O no era... qué se yo... era lógico que algunos se resistieran. Era muy nuevo. Empieza y podría ser una pieza de música clásica del siglo XVIII. Después sí, entra Buenos Aires, la ciudad, el humo y el suburbio. Y es impresionante. Si esto te agarra en un taxi por Rivadavia, a la altura de Acoyte -por ejemplo- llueve y mirás por la ventanilla, te puede devastar. Te caen cien años de historia encima.

Aparece originalmente en: Piazzolla interpreta a Piazzolla (1961)

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Spirit Shine
Bad Religion

Poderoso. Nunca me comí la parte de Greg Graffin y sus letras supuestamente inteligentes, a pesar de que admito que son una parte importante del asunto cuando se trata de Bad Religion. Hay una especie de pátina de seriedad que me molesta, que no me cierra. Pero las canciones... te convencen de cualquiera cosa. El cambio de tempo acá queda genial. "El espíritu brilla todo el tiempo y te puede dajar ciego". Acá sí. Compro sin dudarlo.

Aparece originalmente en: The Gray Race (1996)

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Police Car
Larry Wallis

Stiff Records. El barrio londinense Ladbroke Grove. Larry Wallis estaba en la escena, tenía que ver con Motörhead y los gloriosos Pink Fairies. Esto sería el equivalente inglés a "I'm Waiting for the Man" de Velvet Underground. También es un ejemplo del famoso "menos es más". El tema es sencillo, el riff es alucinante en su simpleza, sin embargo están pasando cosas, lo que hace el bajista es sensacional, se la juega.

Aparece originalmente en: Police Car [single 7''] (1977)

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Up Front
The Mighty Diamonds

Mucha gente desprecia al reggae que no es de la época de oro del género. No es mi caso. Vendría a ser todo aquel que no está grabado entre los primeros setenta y la primer mitad de la década siguiente. Cuando estaba claro que iba a haber cambios, con discos como Red y Chill Out, de Black Uhuru. Los Mighty Diamonds ya las habían hecho a todas para la época de este disco. Las armonías vocales están buenísimas acá.

Aparece originalmente en: Get Ready (1988)

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Video de la Semana: The Church - The Hypnogogue

The Church tiene disco nuevo. Se llama The Hypnogogue y el asunto promete. Conceptual, medio progresivo, atmosférico y climático. Habrá que esperar a que llegue el formato físico, como siempre.

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Grand Funk Railroad - Good Singin' Good Playin'

El argumento de venta de este disco viene por el lado de que lo produce Frank Zappa. Cuesta creer que Zappa haya hecho mucho más que apretar el botón de la consola. ¿Alguien lo sabe? ¿Acaso importa? No mucho en realidad, pero como dato de color es lindo, pintoresco. A priori son dos artistas que estarían situados en polos opuestos. En algunos casos es cierto; los polos opuestos se terminan acercando, tocándose. Por un lado el artista avant garde, creador de obras abstractas, raras, deformes. Lumpy Gravy, The Grand Wazoo, algunos dicen que hacía los discos de canciones para financiar sus proyectos orquestales, más caros y arriesgados. Por el otro lado, Grand Funk Railroad, banda super-exitosa de rock duro, con una cosa medio sureña, medio redneck si se quiere, patriotera, siempre embanderados con los emblemas yanquis más ofensivos para cualquiera que tenga dos dedos de frente, Zappa en primer lugar.

Lo cierto es que Good Singin’ Good Playin’ suena distinto a o los discos anteriores de Grand Funk, si suena mejor o peor quedará en el gusto personal, pero sin duda es diferente. Ya en el segundo tema, un rockazo infernal, super contagioso que se llama “Can You Do It” hay una mano más notable del hombre detrás de Hot Rats, suena medio parecido a “Camarillo Brillo” de Overnight Sensation, hasta tiene ciertos arreglos musicales reconocibles al instante, las voces y coros tienen mucho que ver con lo que hacía Zappa en aquellos años. Podés ignorar todos estos datos, como siempre, al fin y al cabo esto no es más que un muy buen disco de rock duro de los setentas. No te va a modificar una célula o neurona pero tiene un buen puñado de grandes canciones. Se puede decir que es un disco “de oficio”. Todo está puesto en el lugar preciso. Los temas son atractivos, están bien tocados y tienen sus ganchos administrados con inteligencia, una cualidad que algunos no asociarían directamente con Grand Funk. De hecho, en su momento de gloria, que no fue muy largo pero sí muy productivo, los críticos los odiaban. ¿Sería por ese tufillo pro-yanqui que destilaban? Quizás la envidia de que los tipos podían llenar un estadio con asombrosa facilidad y los discos se vendían como pan caliente entre los pibes que consumían este tipo de música. Nunca lo sabremos del todo. Tampoco es que es muy relevante. A su manera se las arreglaron para hacer más de diez discos en menos de diez años, todos de buenos para arriba, con una consistencia asombrosa tratándose de una banda que se la pasaba de gira, componiendo en hoteles, aviones, como solía suceder en aquellos años fértiles de la industria discográfica.

Good Singin’… para mí gusto es el disco más redondo de todos los que hicieron, por ninguno pondría las manos en el fuego pero sí me tomaría el trabajo de armar un compilado de veinte temas impresionantes y ese sí, sería una bomba atómica de rock and roll. De acá pondría “Don’t Let ‘em Take Your Gun” y “1976”. Seguro mañana elijo otros.






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5 Tapas 5: a detener el tiempo

Con: Clarence Carter, Tyrone Davis, Paul Brett, MC5 y Bruce Foxton.

5 Canciones 5: Swing '39, Father John Misty, MGMT, Son Volt y Chicago

Limehouse Blues
Swing '39

Jazz gitano. Django Reinhardt. Por acá viene la mano con este LP debut, hecho en Argentina. Liderados por el gran Walter Malosetti y evocando los años de gloria del Cotton Club parisino. De este tema hay muchas versiones, sería perfecto ejemplo de lo que suele ser un estándar de jazz. Sugerente, evocativo, es esa música que te lleva a un tiempo y un lugar, tocada con mucho conocimiento de causa y oficio.

Aparece originalmente en: Swing '39 (1973)

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Q4
Father John Misty

Un discazo. Hubo gente a la que no le gustó. A mí me pareció sensacional, entró a la primer oída. Me hace acordar a discos como Love and Theft de Dylan, en donde la forma de "ser moderno" es, precisamente, hacer todo lo contrario. Acá hay poesía, muchísima personalidad, una canción medio beatle. Tanto desde la composición como por la forma en que está cantado. El puente es increíble. Trascendental.

Aparece originalmente en: Chloë and the Next 20th Century (2022)

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Flash Delirium
MGMT

Impresionante el video promocional que hicieron para este temazo del segundo LP de estudio. Niños bien, mimados, todo lo que quieras. Pero con talento, o con los recursos para pagar el talento. Como quieras. Temazo. Después de ver el video (obviamente elegí la versión censurada) no lo voy a poder escuchar nunca más sin acordarme. Acá produce el ex-Spacemen 3 (y Spectrum, claro) Sonic Boom, que en realidad no debe haber hecho otra cosa que llevar ciertas drogas y apretar REC.

Aparece originalmente en: Congratulations (2010)

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Last Minute Shakedown
Son Volt

Guitarras acústicas rascadas, medio tiempo, en mi caso ya compro desde los primeros tres o cuatro segundos. Cuando empieza a sonar la voz de recién despertado de Jay Farrar ya estoy convencido cien por ciento. Lo que puede llegar a pasar con la canción es secundario, no necesitas sorpresas, ni acordes raros. Es la atmósfera, el olor a pasto y a aire libre, a horizontes que se pierden. Te tiene que gustar el género, como suele suceder.

Aparece originalmente en: Straightaways (1997)

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State of the Union
Chicago

Son los primeros cinco o seis discos con Chicago, después... a la hoguera. Mejor dicho, se entiende a quienes los critican, desprecian u odian. Eran tipos con pretensiones, tienen un montón de discos dobles (no es el caso de este) y no le hacían asco a nada. Probaban todo. Esto sería un tema medio funk mezclado con soft-rock californiano al mejor estilo Fleetwood Mac de la etapa de mega-estrellato. Muchos arreglos de bronces, cosa que suele espantar a más de uno, nunca entendí bien porqué.

Aparece originalmente en: Chicago V (1972)

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