jueves, 29 de marzo de 2018

martes, 20 de marzo de 2018

Lou Reed - Sally Can't Dance


Hay tantos motivos para amarlo como para odiarlo. En las entrevistas siempre se comportó como un bastardo, maltratando a todo el mundo y es el rey de el auto-elogio. Siempre supo venderse de manera muy hábil aunque también ha estado al borde de la parodia, de ser fagocitado por su propio personaje. Muchas veces ha hecho movimientos inesperados que son para masoquistas; el disco doble de acoples Metal Machine Music, que increíblemente tiene sus defensores, la bazofia indescriptible con Metallica o instrascendencias como Mistrial o The Raven. Pero es un héroe y lo queremos por sus aciertos, que son muchos y superan con creces a sus deslices.

Sally Can’t Dance es uno de esos discos que podrían entrar en la categoría de “discutibles”, es de la época en que Lou Reed hacía un simulacro de inyectarse heroína en el escenario, asomándose al bochorno, tenía que hacer algo distinto a Berlin, una obra maestra que había vendido mucho menos que Transformer, el disco que lo transformó en una estrella. Con el toque de Midas de Bowie, no hay que olvidarse. Es discutible porque no hay un concepto claro que unifique las canciones, no hay un sonido distintivo y Lou Reed más de una vez se encargó de negarlo, aclarando que lo único que había hecho fue grabar las canciones sin demasiado interés y dejar todo el resto al productor.

Es defendible por que lo que hizo Steve Katz fue hacer un disco moderno en todo sentido, hacer más o menos lo que sonaba en aquel entonces, a mediados de los setenta y lo que hizo es muy decente. Puede cuestionarse desde el lugar de pseudo-punkito al que le molesta que está super bien tocado y arreglado como ningún otro disco de Lou Reed. Escuchar el final de “N.Y. Stars” con ese torbellino de guitarras al mejor estilo Mott the Hoople es escuchar un disco de rock and roll hecho y derecho, anterior al punk, con todo lo bueno y lo malo que eso implica. Cualquier disco que tenga “Kill Your Sons” no puede fallar, una de esas canciones inmortales, la canta con cierto desgano pero este es el exorcismo de Lou Reed, quien supuestamente fue sometido a terapia de electro-shock por sus padres, para “curarlo” de su sospechada homosexualidad. Un tema enorme, desde donde se lo mire u oiga. “Ennui” es una balada de piano al estilo de lo que hacía Elton John, antes de perder cualquier tipo de credibilidad y es por estas cosas que el disco no les gusta a los naricita parada de siempre.

Desde el punto de vista estrictamente musical y a nivel sonido Sally Can’t Dance es uno de los grandes discos de Lou Reed, un poco a la sombra de otras obras maestras con más “chapa” alternativa. Algo que a cierta edad a uno deja de importarle, por suerte.







Escuchar entero en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

The Velvet Underground - Loaded
Lou Reed - Legendary Hearts
Adam Green - Friends of Mine




lunes, 19 de marzo de 2018

Video de la Semana: The The - This Is the Day


De Soul Mining, el primer disco de The The, la banda de Matt Johnson y una de las grandes canciones melancólicas de la década del ochenta. Imperdible el uso que le dan en el final de Empire Records, una película sobre discos (una disquería, en realidad), nada menos que con Liv Tyler.





jueves, 15 de marzo de 2018

Julian Cope - Elegant Chaos



Ultimamente pensé mucho en esta canción. Un título es importante. Muy importante. Hace que la canción caiga bien de antemano, que sea bienvenida antes de ser escuchada. En eso Julian Cope es un maestro, a pesar de que tiene varias con muy buenos títulos y a la hora de los bifes no pasa demasiado, sobre todo en sus último dos o tres discos. Pero el hombre ya aportó y mucho.

Al principio casi no daba pasos en falso, hay que decirlo. Empieza con una melodía con un tecladito de juguete de esas que no se olvidan fácil y después sí, después aparece su voz, esa voz, el Scott Walker del post-punk, el Sinatra de Tamworth. "Todo el mundo sabe, fui féliz por un rato pero ahora el chiste se terminó".

Ahora lo tengo medio abandonado pero hubo una época, hace unos diez años, que de cada cinco discos que escuchaba, uno era de Julian Cope, llegué a idolatrarlo y no sólo por su música, por sus libros, su actitud, sus conciertos y hasta su página de Internet. Un capo.





Escuchar en YouTube.





Encontrala originalmente en:
Su primer disco como solista aparece inmediatamente después de la traumática separación de su banda anterior, los Teardrop Explodes, quienes dejaron en su haber un puñado de grandes canciones y al menos dos discos indispensables (Kilimanjaro y Wilder).
World Shut Your Mouth (1984)





martes, 13 de marzo de 2018

Compañero Asma - Respira


Respira, uno de los -tantos- grandes discos de Compañero Asma, el vehículo elegido por Hernán Espejo para darle rienda suelta a sus obsesiones, delirios y caprichos musicales, acá va una rápida y caprichosa selección de cinco de sus canciones, con una breve descripción, mañana pueden ser otras ¿Por qué no?

6 – "El camino inverso a la locura" además de llevar un título enigmático, de esos que te incitan a la escucha urgente, tiene todo lo que tiene que tener un temazo. Cierta influencia del rock argentino pionero de los setenta (Invisible, Color Humano) Las estrofas te van llevando de manera autómatica al estribillo, de esos que te hacen levantar un puño y querer estar con una hinchada de fútbol, coreando a viva voz. Otra vez; temazo.

4 – "Right Wing Circle / Cold War Baby 1971" es la letra existencial del disco. El estribillo, con notable cambio de atmósfera y versos en francés, es un guiño al Julian Cope más cancionero. Cuando termina, viene una progresión de acordes al mejor estilo "Sexy Sadie" o esos temas raros del Álbum Blanco. Una delicia auditiva. El final es oír para creer.

8 – "Rendez-vous with the Music" no dice mucho más que su título a lo largo de la canción, pero lo dice con una voz distorsionada de ultratumba, una introducción hermosa, unos acordes de jazz espectaculares, un solo que aparece después de un notable cambio de ritmo… son dos minutos y medio de musicalidad absoluta, sin desperdiciar un segundo.

9 – "Prodigal Son" es una demostración de cómo hacer una versión, en este caso de un tema medio olvidado de Iron Maiden, de Killers, el segundo LP de estudio de los metaleros británicos. Es saber encontrar una canción en el ruido y debajo de las capas de distorsión. De paso renegar de lo que está bien y lo que no, la banda de Steve Harris siempre fue muy popular y por ende para nada cool, puntos a favor para Mr. Espejo por la reivindicación de una banda enorme, ineludible. ¡Atención especial para el solo de guitarra!

10 - "¡Es una frecuencia inmortal!" es otro de los puntos altos. “Desde lo étereo a lo celular, desde Dock Sud a La Paternal, es invisible a los ojos es una frecuencia inmortal”. Acá hay una leve influencia de las bandas de guitarras que habían aparecido a principios de la década pasada (Strokes, Franz Ferdinand, etcétera) pero Compañero Asma toca con más aplomo, más precisión que esos grupos, si prestás atención se nota, sobre todo cuando estalla la distorsión y la banda galopa a la par.







Escuchar en el Bandcamp, en iTunes o en Spotify.







Chequear también:

Compañero Asma - Afuera pero no abajo

Julian Cope - Skellington
Invisible - El jardín de los presentes




sábado, 10 de marzo de 2018

5 Tapas 5: Apagá la tele



Con: Bad Religion, Spoon, Nobodys, Sweet y The Young Knifes




martes, 6 de marzo de 2018

5 Canciones 5: John Lee Hooker


Five Long Years

Un piano de música clásica, arreglos de flauta, Joe Cocker entonando un par de estrofas... olor a zapada que alguien tuvo el buen tino de grabar. Esto es Free Beer and Chicken, caos controlado, uno de esos discos medios raros, con no pocos toques de funk y R&B. Para el segundo tema del LP retoma el tema de Eddie Boyd que ya había registrado en The Folk Lore of John Lee Hooker y se lo presta a sus amigos del momento.

Aparece originalmente en: Free Beer and Chicken (1974)

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Boogie Chillen, No. 2

Disco doble, mitad acústico, mitad eléctrico, a dúo con una de las bandas insignia del revival blusero de la década del sesenta; Canned Heat. El último registro grabado de Alan Wilson, quien murió de sobredosis y aparece en el cuadrito atrás de los músicos, en la tapa. Esta bestia de más de diez minutos era originalmente el último tema de aquella mítica alianza, es Hooker mostrando sus armas ante una banda que claramente lo reverencia y no se mete en el camino en ningún momento.

Aparece originalmente en: Hooker 'n Heat
(1971)

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Crawlin' King Snake

Acá es donde empieza todo, mucho antes de la versión de "That's Alright" de Elvis, "Rocket 88", Fats Domino o "Johnny B. Goode" de Chuck Berry. Es acá, no hay vuelta que darle. Están todos los elementos, la mugre, el barro, el sufrimiento, la lujuria, la alegría, el pecado y la redención. Esta es de cuando grababa con todos los seudónimos que se le ocurrían (Johnny Lee, Texas Slim, etc.) y ante quien prendiera las máquinas.

Aparece originalmente en: single del sello Modern Records [cara B de "Hobo Blues"]
(1948)

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Mean Woman Blues

La década del sesenta y los primeros años de la década siguiente son impecables, Hooker finalmente disfrutaba de lo que había cosechado, era recibido como lo merecía en todos lados y no paraba de grabar cada vez que la oportunidad se presentaba. No tenía problemas en robar títulos de otras canciones, de cambiar de sello según su conveniencia... hacía lo que le cantaba y todo le salía de bien para arriba. Un blues lento y levemente psicodélico gracias a ese hammond de ultratumba que aparece a partir de la mitad. Muy a tono con la época.

Aparece originalmente en:
Simply the Truth (1969)

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The Motor City Is Burning

Blues cien por ciento electrificado al igual que lo hacían sus compañeros de generación para este entonces, Muddy Waters con Electric Mud, Howlin' Wolf con las sesiones en Londres y The Howlin' Wolf Album y B.B. King sonando moderno y actualizado con discos como Completely Well. Acá hay una banda de primera, una base de acero inoxidable, un bajista dibujando en el diapasón y John Lee Hooker cantando una oda a la ciudad de los motores, Detroit. Sí, es el mismo tema que hacían los MC5.

Aparece originalmente en: Urban Blues
(1967)

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lunes, 5 de marzo de 2018

Video de la Semana: Joan Jett & the Blackhearts - Good Music



De Good Music, quinto LP de estudio de Joan Jett, del '86.





jueves, 1 de marzo de 2018

John Lee Hooker - Burnin'


Definir qué es blues en música es el equivalente poético a tratar de explicar el amor. Es algo irracional, inexplicable, fuera de lo común, sucede o no, cuando llega te das cuenta en seguida, cuando funciona en serio te volvés loco. Hay un buen puñado de similitudes, se puede establecer un paralelo. Para complicarte un poco menos, lo que podés hacer con un extraterrestre es hacerle escuchar alguno de los discos clásicos de John Lee Hooker, después de eso restan las palabras.

¿Qué disco? ¿cualquiera? ¿cómo elegir en un catálogo descomunal, de más de cincuenta LPs de estudio, sin contar compilaciones ni discos en vivo? Como cualquiera que haya grabado tanto y a lo largo de tantos años, la carrera de John Lee Hooker tiene varias etapas, los simples que grabó al principio, precarios en todo sentido, bajo varios seudónimos y sellos discográficos, son para muchos el meollo del asunto, una de las formas de acercarse al artista sin ningún tipo de maquillaje. Después está la época de “artista consagrado”, grabando con todo el mundo, con gente que creció escuchándolo, que empieza a partir de The Healer, a fines de los ochenta, haciendo en algunos casos, versiones de sus propios clásicos. Pero no hay con qué darle a la que podría llamarse “etapa intermedia”, que corresponde a una enorme cantidad de discos hechos desde fines de los cincuenta a mediados de los setenta. Acá hay de todo y para todos, acústicos, con muchos acompañantes (el disco con Canned Heat o el doble Endless Boogie), intentos de maquillaje soul, sólo con la guitarra y su voz o con un grupo chico de acompañamiento, como el excelente It Serves You Right to Suffer, del ’66. A este último grupo pertenece Burnin’, aparecido en el año 1961 en el sello Vee Jay Records.

Si no te gusta el blues puede que te suene todo muy parecido, pero ahí está precisamente el truco, hacer que algo en apariencia tan sencillo, tenga variantes y suene cien por ciento honesto. Pasa algo parecido con el reggae, el chiste está en hacer algo diferente con una estructura básica, escuchás un disco de Peter Tosh y después cualquiera de las imitaciones de segunda y te das cuenta al instante. Acá hay maldad, el diablo mete la cola, esto no es sólo alegría y celebración, es escuchar “I Got a Letter This Morning” o “Drug Store Women” para que cierre todo. ¿Cuál es la diferencia? A veces el blues fracasa rotundamente en el intento y otras veces, como a lo largo de todo este disco, es impecable en toda su gloriosa imperfección. Es simple en realidad, o al menos eso parece. Tratá de hacerlo en casa a ver si te sale.







Escuchar en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

John Lee Hooker - Burning Hell
John Lee Hooker - Never Get Out of These Blues Alive
John Lee Hooker - Mr. Lucky



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