Paul Westerberg - Eventually

Nada más efímero que una moda. Como casi cualquiera sabe, todo que es moda tiene fecha de vencimiento y a nosotros nos interesa, precisamente, lo que va a estar ahí para siempre. Los mismos que ignoraron este disco eran más o menos los que se encargaban de tapar de elogios a los Replacements, unos pocos años atrás. Ellos quieren novedad, ruido, cuestiones extra musicales para llenar sus reseñas con anécdotas coloridas de revista de chusmeríos.

Claro, cuando sale Eventually, segundo disco de estudio de Paul Westerberg, no podría haber ido más a contramano. De todo. Eran los últimos coletazos del grunge y todo lo que fue la movida Seattle, se hablaba mucho de new metal, Korn y todos esos. Me pregunto quién sigue escuchando esa música hoy. Sé que esos ejemplares todavía existen, sí. De modo que las canciones honestas, más o menos desnudas de Westerberg le importaron a pocos. De hecho me atrevo a decir que ni siquiera le importaron a sus viejos seguidores, aquellos que se habían conmovido con “Unsatisfied”, los que se sintieron identificados con “Bastards of Young”, los mismos que pensaron que alguien les hablaba al oído en “Androgynous”. Este fue El Otro Paul, el que le habló a la Generación X, que les dijo que no estaban tan solos y que había alguien que tampoco estaba del todo conforme con el versito que les habían querido encajar. Por supuesto que los años habían pasado y ahora ese mismo tipo estaba sobrio, por el momento al menos, más maduro, tenía otras preocupaciones y casi cuarenta años. Pero sus seguidores, que nunca se contaron de a millones, habían encarado otras rutas; habían comprado eso que antes los hizo renegar o bien se habían quedado en esa mentalidad adolescente. ¿Quién era el público de Westerberg a mediados de los noventa? Pocos, hay que decirlo.

Pero escuchás Eventually hoy y envejeció mejor que la inmensa mayoría de la música que estaba en boga a mediados de la década del noventa. Vale decir que de movida apuntaba a algo cien por ciento clásico. Estas canciones bien podrían haber sido grabadas hoy o a fines de los sesenta. No vayas a escuchar este disco con ánimos de encontrarte con algo aventurero porque te va a defraudar. Estas son canciones, de esas que intentan decir algo, que tienen el corazón roto, como en el corte de difusión “Love Untold”, uno de los temazos. O como cuando apela a las baladas y te parte al medio, como en “MamaDaddyDid”, en donde cuenta que eso de formar una familia no es lo suyo, o “Hide N Seekin’”, que más tarde tuvo una linda versión de la mano de Thea Gilmore.

Si querés acordarte de paso que este fue el tipo que estuvo al frente de los Replacements también tenés de esos rockazos para sacudir la patita, como “Trumpet Clip”, con Tommy Stinson como invitado o “You’ve Had It With You”, en donde si mirás bien la letra, seguía hablándole a varios. “Al final yo también te harté” dice cuando termina. De ninguna manera.








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