Hablar
objetivamente de los Beatles es imposible, no tiene mucho sentido; ya se ha dicho todo. La gente tiene una relación personal con ellos, hablamos de los
integrantes sin el apellido, como si fuera un amigo cercano o el vecino. ¿Por dónde
empezar a hablar a la hora de escribir sobre la banda más grande de todos los
tiempos? Del impacto sísmico que tuvieron en la vida moderna ya se ha
dicho mucho, de la calidad de las canciones también. No queda otra que hacerla
personal, contar una vivencia propia, individual, al menos eso es lo que se me
ocurre ahora.
Se cumplen cincuenta años de la aparición de The Beatles, el único doble de los Beatles, conocido por todos como El Álbum Blanco. Por supuesto que Paul está dispuesto a seguir sacándole rédito a su gallina de los huevos de oro y ahora sale una nueva edición con demos, material inédito, sonido mejorado y vaya uno a saber qué otra mentira. No lo necesitamos, no necesitamos más nada, con lo que tenemos está perfecto. El fondo de la olla se terminó de rascar con los Anthology, hace ya… ¡más de veinte años! Ahí terminó de salir todo lo que hacía falta, en realidad era para fanáticos, de lo contrario, con lo que ya existía estaba más que bien.
El Álbum Blanco es el primer disco importante de mi vida, el primero que me costó dilucidar, el que tuve que desentrañar con no poca inversión de tiempo y neuronas. Primero no me gustaba, lo odié, prefería las primeras canciones, tenía algún que otro compilado (¿se acuerdan de aquel 20 éxitos de oro?) y esto era un mundo nuevo. Como casi cualquiera sabe -o debería- en esta época eran cuatro solistas grabando juntos, ya no eran los Beatles de A Hard Day's Night, que corrían de un lado para el otro y andaban siempre juntos. Por primera vez, en varios temas hay otros miembros ausentes en la grabación, cambios de instrumentos y roles, McCartney toca la batería en varios, hay muchos en los que Lennon ni aparece, otros en los que sólo está Harrison y demás combinaciones que me partieron el alma al enterarme. De hecho, nunca quise saber del todo, no quiero que me digan que mi Papá Noel ya no existe.
Con un amigo tocábamos con raquetas de tenis mientras lo escuchábamos, teníamos nuestros favoritos, con menos de quince años uno puede imaginarse cuáles eran. Salteábamos siempre “Revolution 9” porque nos daba miedo, mucho tiempo después supimos que George Martin, el único e indiscutible quinto Beatle, luchó hasta último momento para dejar afuera el experimento drogón de John y Yoko y que también discutió para que el disco no sea doble, que hagan una edición, un recorte. Menos mal que no le dieron bola. El Álbum Blanco es perfecto con sus falencias, o mejor dicho gracias a ellas, es así como está y a mi me costaría mucho sacar cualquiera de los temas. Incluso los que tienen olorcito a relleno salen adelante, por lo buenos que eran los tipos, siempre tenés algo para admirar en una grabación de ellos; “Piggies”, de George, excelente, resentido y anti-todo, “Wild Honey Pie”… qué bien tocado y cantado, "Ob-La-Di, Ob-La-Da"... la letra es buenísima ¡y tocan ska! El tema del final que canta Ringo… hoy lo uso para dormir a mis hijos… los Beatles siguen afectando el curso de mi vida. Lo mismo debe pasar con una importante cantidad de la población mundial, para hablar un poco de nivel de influencia cultural.
Siempre me sorprendo cuando escucho a algún músico jactarse de que no le gustan los Beatles, me imagino un albañil al que no le gustan los andamios o un camionero con alergia al volante. ¿De dónde sacan todo lo que te enseñan los cuatro de Liverpool? Creo tener la respuesta para esa última pregunta; no lo tienen, se lo pierden. Cuando uno escucha la música que hacen, se nota en seguida. Una lástima.
Escuchar entero (sí o sí ENTERO) en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
Paul McCartney - Ram
Todd Rundgren - Something / Anything
The Posies - Frosting On the Beater
2 comentarios:
Totalmente, no hay nada que decir salvo lo estrictamente personal. Es una de las razones por las que todavía nunca escribí sobre ellos en mi blog. Los Stones en cambio, al tener una discografía más nutrida y con muchas zonas oscuras -algunas gemas ocultas (yo defiendo Undercover por ejemplo) y varios desastres- se prestan más para la fantasía. Pero los Beatles lo agotaron todo. ¡Y qué al pedo todo el rejunte de tomas descartadas y demos! No aportan absolutamente nada, es gente en pleno proceso creativo, el cual para ellos -como para todo artista- habrá sido excitante pero para el resto es totalmente intrascendente. Con lo que hay alcanza y sobra. Si me fuera a morir hoy, ¿qué escucho, el Álbum Blanco o la toma 6 de Long Long Long con una cuerda menos y un cambio en la letra?
No se puede concebir ese álbum sin alguna de sus piezas. Es como un rompecabezas. Para mí es absurdo caerle a "Bungalow Bill" (¡temazo!) o a "Ob-la-di-Ob-la-da" (¡otro temazo!), es discutir la parte del puzzle que aparentemente no le aporta nada a la imagen pero que sin ellas el mismo quedaría incompleto. ¡Ah! A mí también me daba miedo "Revolution 9".
Como sea, larga vida a los F4, y porfa, que no toquen más ese catálogo, hasta los remasters todo bien, pero no lo toquen más, no quiero saber tanto, no lo necesito.
SAlud!
Veo que estamos coincidiendo mucho camarada jajajajaaj con eso de "...la toma 6 de Long Long Long con una cuerda menos y un cambio en la letra" me hiciste cagar de risa. Que TEMAZO ese por cierto!!!
Es verdad también lo de los remasters, los CDs originales los tengo desde los 14 años y mi Sargento Pepper estaba hecho mierda. Y me compré el Album Blanco en LP, por obvias razones. Otro que me gustaría en LP es Magical Mistery Tour porque se que viene con el libro ese y el original es dificil de encontrar en buen estado (y que no te arranquen la cabeza)
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