Bob Dylan & The Band - The Basement Tapes

Las Cintas del Sótano. Así sería el título del disco traducido. Otra de las piezas míticas del rompecabezas dylaniano. Esencial en más de un sentido. Como casi cualquiera sabe -o debería- acercarse a la obra del hombre de Duluth, Minessota, no es tarea para tímidos y holgazanes. No señor, el asunto va a llevar un tiempo prudencial, importante, va a consumir horas de estudio, muchísimas escuchas atentas y, si uno planea hacerlo en serio, hay mucho material complementario por ahí, dando vueltas, en varios formatos y con diferentes niveles de acceso y dificultad. No podés pasar por alto las Basement Tapes. Son una asignatura obligatoria.

Esto se graba en medio de la aparición de Blonde On Blonde y John Wesley Harding, en el ’67. En el año en que el mundo iba a cambiar de una vez y para siempre, Dylan se quedaba afuera e iba completamente a contramano ¿A propósito? Probablemente. Mientras el ambiente musical se endurecía o se llenaba de flores y psicodelia, esta gente se encerraba en un sótano a intentar rescatar un pasado rural, mitólogico, clandestino. Una versión deformada de ese Estados Unidos gótico, del costado del camino, retratado por una visión romántica, inexistente. Esto fue después del supuesto accidente en moto, no faltan quienes creen que dicho accidente nunca ocurrió, que Dylan necesitaba levantar la pata del acelerador y le vino bárbaro como excusa. Sí es cierto que en ese período de “retiro voluntario” salieron estas canciones. Los compañeros de aventuras eran los Hawks, quienes muy poco después serían The Band, de la mano de un LP debut muy influyente; Music from Big Pink.

Vale la pena aclarar que la edición oficial se hizo mucho más tarde, en el ’75 para ser precisos, aunque varios temas circularon de manera pirata en un disco que se llamó The Great White Wonder, sin tapa. Fue lo que les llegó a los músicos, que de inmediato reconocieron el potencial de estas canciones; los Byrds (por supuesto) Fairport Convention, Manfred Mann, Julie Driscoll y Brian Auger tuvieron hits con interpretaciones propias, mucho antes de que los originales llegaran al gran público. Vale aclarar que el sonido y el nivel de producción es equivalente al de un demo, buena calidad, aunque lejos del estándar que ya era norma por aquel entonces.

Se transmite un ambiente jocoso, lúdico, con unas letras inspiradísimas: “hay un cierto asunto que aprendí de mi amigo Mouse, el tipo que nunca se sonroja. Es que uno siempre debe salir corriendo de su casa, sobre todo si no querés andar albergando urgencias” cantan los muchachos, tratando de aguantar la risa, en “Open the Door, Homer”, haciendo un intento de traducción de una rima cómica, de un juego de palabras indescifrable, con el que seguramente se divirtieron mucho. Acá tenés “This Wheel’s On Fire”, “You Ain’t Going Nowhere” y “Tears of Rage”, los tres temas que se conviertieron en super clásicos con el paso del tiempo. Pero si querés una inmersión completa, acá están “Odds and Ends”, “Million Dollar Bash”, “Yazoo Street Scandal” o “Nothing Was Delivered”, por citar sólo algunos favoritos de ayer y hoy. Si no escuchaste esto… suerte la tuya, te espera un camino fascinante, extraordinario.







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