Suzi Quatro - ídem [1er. LP - 1973]

Arranca con “48 Crash”, a lo bestia, tres acordes (¿para qué más?) una cantante a grito pelado, una banda que hace lo que tiene que hacer, sólida como una roca, tiene su solo de guitarra reglamentario, en un poco más de tres minutos dice todo lo que tiene que decir y se desvanece en el éter. Difícilmente olvides ese estribillo cavernícola.

Rock and roll. O rock a secas, eso no importa. No necesita mucho más que esto y sí requiere de una alta dosis de complicidad. Es estúpidamente genial -o genialmente estúpido- pero no te deja opción; te agarra y no te suelta o te deja indiferente. Esto es así. Y Suzi Quatro era una chica enfundada en cuero cuando esto no era tan frecuente, fue una pionera, a su modo. Sería algo así como la respuesta yanqui a T. Rex, que en su momento se cansaba de vender discos en Inglaterra, pero nunca la pegó del todo al otro lado del Atlántico. El segundo tema, “Glycerine Queen”, de su pluma, compuesto en conjunto con su guitarrista, Len Tuckley, es un ejemplo claro de esto, bien podría haber sido un tema de Electric Warrior o de The Slider.

Los hits los componían dos personajes semi olvidados en esta historia, nada menos que Mike Chapman y Nicky Chinn, sí, los mismos que escribían los grandes temas de The Sweet (entre otros), gente que sabía lo que hacía, expertos en meter ese gancho pop en el mentón, ese pedacito o esa repetición, fundamental a la hora de adherir para siempre una canción a un cerebro. Este disco, el debut homónimo de Suzi Quatro, también tiene sus momentos bluseros, sobre todo de la mano de “Official Suburbian Superman” y hasta el obligatorio cover de los Beatles en “I Wanna Be Your Man”, una buena elección, bien ajustada al estilo de la banda e ideal para definir el asunto, en una versión excelente; rock cuadrado y cabezón, sin vueltas pero con sangre, huevos y oficio.

“Primitive Love” es otro de los temazos del disco, lo más parecido a una exploración musical que se puede encontrar acá, tomado con pinzas, esto nunca deja de lado su costado bruto y así es como debe ser, hay un concepto fuerte y se respeta a rajatabla. De yapa, en el lado B te encontrás con otro de sus grandes temas, “Can the Can”, que no estaba en la edición inglesa original del disco, también de la dupla Chapman / Chinn. Glam rock perfecto, o como lo quieras definir. Esto no va a poner a prueba tu intelecto ni nada que se le parezca, pero te va a hacer pasar un rato de fiesta rockera. ¿Te parece poco?







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