“Casi sin ver como las cosas surgen, sin importar cúal es el camino final, hoy te diría tantas cosas bellas que son mejor que ayer” canta Daffunchio en “Algún dia será mejor”, la canción con que empieza Brindando por nada, el disco número diez en la carrera de Las Pelotas, editado a principios del 2016. ¿Sería el disco en que la banda muestra que ya está “de vuelta” de todo? ¿El consagratorio? Algo de eso hay acá. Ya no tienen nada que probarle a nadie, a esta altura es difícil que consigan nuevos adeptos, hacen lo que saben hacer, con admirable nivel de solvencia y aplomo. Tienen que concentrarse en las canciones individualmente y el resto sale más o menos solo.
Y las canciones en Brindando por nada son hermosas.
“Víctimas del cielo” es el segundo tema y tiene destino de hit, es de esos que tienen olor a himno, que va a pasar a formar parte del repertorio en vivo, los fanáticos lo van a aceptar y corear, es un medio tiempo clásico en más de un sentido, un tema típico de Las Pelotas si se quiere, pero tiene algo especial, algo que lo separa un poco del resto. “Era” es un hallazgo, un tema novedoso, tempo de batería distinto, bien pensado, arman una trama con las guitarras, los coros y los colchones de teclados para que, al momento en que llega el estribillo, haya una explosión sensorial. Y el estallido llega. Temazo.
“Como una estrella” podría haber estado en cualquiera de los discos de Bowie de este milenio, en Hours o Heathen por ejemplo, rock elegante y maduro, sin urgencias, la letra parece ser un homenaje, un mensaje conciliatorio para el ángel caído de Las Pelotas, Alejandro “Bocha” Sokol. Vale recordar que esta es una banda con historia grande y rica, en caso de que recién hayas aterrizado en el Planeta Tierra, los dos líderes históricos habían estado en Sumo, recibiendo lecciones de todo tipo de una persona que dejó varias enseñanzas, hablamos de Luca Prodan, por supuesto. Los dos primeros discos de Las Pelotas son el patrón con que hacen el resto y los que los definen para siempre; Corderos en la noche y Máscaras de sal. En el camino hubo de todo, deserciones, éxitos, ascenso, caída y no pocos hits radiales (“Esperando el milagro”, “Para qué?”, etcétera) siendo una fija en festivales y teloneros de conciertos insólitos (¡KISS en River!).
Por eso que
una banda salga, después de semejante camino recorrido e infinidad de heridas
de guerra, en un país como Argentina, con canciones como las que se escuchan en
Brindando por nada, no deja de sorprender. Admirable. En todo sentido.
Escuchar online en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
The Flaming Lips - Yoshimi Battles the Pink Robots
Las Pelotas - Cerca de las nubes
Pernice Brothers - Yours, Mine & Ours
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