El productor. La figura del productor. ¿Hasta qué punto puede llevar la música hacia un lugar que antes no iba? ¿Hasta dónde pueden llegar a “meter mano”? Empezamos con esto porque Regenaration, el séptimo disco de estudio de The Divine Comedy, está producido nada menos que por Nigel Godrich. Para decirlo en pocas palabras; el productor de Radiohead. Es entendible, esto sale dos años después que OK Computer, un trabajo importante, uno de esos que vuelven a definir la escena, el barajar y dar de nuevo. También produjo Chaos and Creation in the Backyard de Paul McCartney. Al parecer, se animaba a plantarse fuerte ante el ex-Beatle, le decía que algo no le gustaba o no le parecía, algo que no muchos osan. Como prueba pueden ver el documental de tres episodios de Macca siendo adulado por Rick Rubin.
Lo cierto
es que recién en “Note to Self”, el cuarto tema, se puede llegar a detectar la mano del
productor. Y ni hablar del que viene después, sobre todo, “Lost Property”
tiene una influencia directa, una deuda evidente con la banda de Tom Yorke y
cia. Están esos arpegios de cuerdas, la melancolía suicida, la forma en que el
tema va in crescendo y se va desarrollando, son marcas, huellas dactilares. Vale decir que no dejan de ser canciones de Divine Comedy. Esto se debe
en gran parte a la enorme personalidad de su líder y alma máter, el gran Neil
Hannon. Un temazo enorme como el que dá título, casi al final, sólo podría haber salido de su pluma. ¿Qué es? ¿Hard rock? Hawkwind para el siglo veintiuno... ¡y encima bien cantado!
Aparecieron coincidiendo con el brit pop, no tenían mucho que ver ni con Pulp ni Suede, acá la mano venía más por el lado del Scott Walker de aquellos legendarios cuatro primeros discos, Broadway, una teatralidad exacerbada, una pizca de ironía y flema inglesa indefectible. “The National Express”, Casanova, “Generation Sex”, “Becoming More Like Alfie”, Fin de siècle… para la época en que sale Regeneration se podría decir que los tipos ya tenían un legado, habían dejado una obra impecable. Así que había que cambiar, hacer algo, para que la palabra “estancamiento” se mantuviese lejos, a raya. Fue una buena idea, este disco es la dirección que necesitaban.
Nunca
entendí eso de “esfuerzo colectivo”, supuestamente Regeneration fue un disco
más democrático, cuando todos sabemos que Hannon no debe dejar de participar en
ninguna de las decisiones que se toman a la hora de grabar, componer y producir
diez o doce canciones. Once en este caso. Como Tom Petty con o sin los
Heartbreakers. ¿Cambiaba algo? No importa, nunca lo sabremos.
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