Uy dio... ¿Quién necesita que le recuerden lo grandes que fueron los Beatles? A mí me gustaría pensar que nadie, pero visto y considerando que conozco muchos músicos y melómanos de difertentes edades que no tienen muy claro el asunto, podemos hechar luz sobre un ítem no tan laureado en la discografía de los pibes de Liverpool.
Los discos de estudio son de escucha indispensable, sin excepción, incluso los "cuestionables", como la banda sonora de Yellow Submarine o Beatles for Sale (insólita exclusión en algunas listas) incluyen momentos de brillantez incandescente.
Para la época en que aparece Live at the BBC ya casi que se había terminado de rasquetear el frasco, no quedaba mucho más que editar. Igual se siguió haciendo, este es el negocio más lucrativo que ha exisitido en cuanto a música popular. No se olviden el porqué de aquellas condecoraciones a Caballeros del Imperio Británico, en pleno apogeo de la breve carrera de los pibes, pero esa ya es otra historia. Los Antology ya habían hecho su trabajo de excavación arqueológica, que hayan sido tres dobles fué un exceso pero ellos podían darse ese lujo. Casi en seguida vino Live at the BBC, otro doble.
Y también es indispensable. Por varios motivos.
Primero y principal te muestran que nada surge de un día para el otro y que la frase de David Byrne ("la música pop avanza cuando alguien imita a sus héroes y le sale mal") es muy atinada. Acá están las fuentes; Elvis -por supuesto- Carl Perkins, los grupos de chicas como las Shirelles, Marvelettes, etcétera, el country, los Everly Brothers (que les enseñaron a cantar) las baladas edulcoradas... los Beatles agarraban todo. Y de ese cóctel salió la personalidad, que se fué definiendo a medida que crecían. En público, por cierto.
Segundo y no menos importante, este artefacto sirve para corroborar lo buenos que eran tocando. Los tipos conocían su oficio y sin virtuosismo ni exhibición masturbatoria -eso vino más tarde- era muy claro que eran músicos de categoría. Además de que como ensamble, algo fundamental en los tres acordes que usaban por acá, eran una máquina aceitadísima. Dicen que en Hamburgo pasaron de ser una banda del montón a lo que se puede escuchar acá. Hay momentos en que rockean fuertísimo, la versión de "I'm Gonna Sit Right Down and Cry" es una prueba patente, demostrando a la pasada que sabían como encarar un cover. O cuando Macca encara a Little Richard, con una fuerza que más adelante aparecería esporádicamente. "Slow Down", "Too Much Monkey Bussiness", "Matchbox", eran temas que solían hacer muchas bandas en aquel entonces, pero hacerlos como los tocan los Beatles acá, en vivo, sin maquillaje y poquísimos recursos técnicos de grabación, eso sí que no era tan frecuente.
Y por último, para desenterrar de una vez y para siempre la gansada esa de que Ringo no era un buen baterista. ¡Por favor! Creo que hoy quedan pocos que se animan a repetir esa pavada. Por las dudas acá hay un par de argumentos. "Some Other Guy"... es demencial lo que hace, directamente y sino tenés "The Hippy Hippy Shake", "Sweet Little Sixteen" o cualquier otro de los rápidos y cuadrados. Tratá de encontrarle un pifie. Y del tempo mejor ni hablemos.
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Chequear también:
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