lunes, 21 de octubre de 2024

The Yardbirds - Little Games


Tenían todo para alcanzar la gloria y no pudo ser. Al final el cartelito que les quedó para la posteridad es algo así como La banda que tuvo a tres de los grandes guitarristas. Esto es vox populi; Eric Clapton, Jeff Beck y Jimmy Page. El tema es que, si uno le pregunta a un melómano promedio qué temas de ellos conoce, ahí van a aparecer las dudas. Hay un buen puñado de singles que pueden estar a la altura de cualquier gran tema de la década del sesenta: “For Your Love”, “Still I’m Sad”, “Hello Little Schoolgirl” o “Evil Hearted You”. Discutible: los Yardbirds no llegaron a hacer un disco definitivo, un PetSounds, un Face to Face o un Between the Buttons.
Having a Rave Up… y Roger the Engineer son decentes, pero están lejos de ser obras redondas, como sí lo fueron los ejemplos ya mencionados.

Vale decir que la mitad de los temas en esos dos LP tienen todos los requisitos para clasificar a lo grande; innovación, audacia, búsqueda, originalidad, buenas interpretaciones y personalidad. ¿Y el resto…? El resto no está a la altura.

Little Games es el cuarto larga duración y acá las grietas ya se empezaban a ver por todos lados. Que haya existido es poco menos que un milagro. Se podría decir que ninguno de sus temas está cerca de “Over, Under, Sideways, Down”. En su defensa tampoco hay nada tan flojo como “Jeff’s Boogie”, que es un riff como cualquiera de Elmore James y no mucho más. Acá Jeff Beck había hecho las valijas y Jimmy Page queda como único guitarrista, con Chris Dreja pasando al bajo. Como productor tienen a un histórico, nada menos que Mickie Most (Animals, Donovan, Herman's Hermits) quien dos por tres logra meter destellos de su magia, como Maradona en los noventa, cuando todavía podía correr durante veinte minutos.

El origen de los temas (y el resultado) es una verdadera ensalada, algunos llevan la firma de los integrantes de la banda, son en realidad reescrituras de blues clásico (Howlin’ Wolf y Muddy Waters) un tema proveniente de Brill Building (“No Excess Baggage”) y perlitas psicodélicas como “Glimpses” y “Only the Black Rose”. Después está la adaptación -porque decir “robo” es medio fuerte- que hizo Page para “White Summer”, en donde ya se puede escuchar a Led Zeppelin en sus principios.

Little Games no es un disco indispensable, ni por asomo. No esta mal como adición para quienes gustan de investigar en los recovecos del enorme arcón de la música inglesa de los sesenta. Y si no hubiesen sido los Yardbirds los que ponían el nombre en la tapa, hoy sería uno de esos reivindicados (*) por la posmodernidad interneteana.


(*) Ejemplos de esto último: Supernatural Fairytales, The Story of Simon Simopath, Would You Believe.









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Chequear también:

The Yardbirds - Five Live Yardbirds
Herman's Hermits - Blaze
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