Que este no se consiga fácilmente es un crimen, más teniendo en cuenta que han reaparecido cualquier cantidad de discos argentinos. En CD no sé si está editado, en LP es difícil de ver, siempre carísimo y en estado… baqueteado, como mínimo. Esto es La cara oscura de la luna del hemisferio sur. El paralelo es sólo para recordar que es una obra maestra, a la altura de los veinte o treinta grandes discos de la música no-académica. Ese término a santo de no repetir el nombre de la banda; MPA. Músicos Populares Argentinos. A pesar de ser literal al extremo, incluye una toma de partido, una declaración de principios bien directa.
Mis viejos lo tenían en casette y cuando salíamos de viaje en auto lo escuchábamos siempre. Me acuerdo de todas las canciones de memoria y durante veinte o treinta años no lo volví a escuchar, ya lo tenía incorporado en mi ADN. O eso creía. Pegarle una revisitada fue toda una experiencia. Si algo agradezco de mi crianza musical fue que mis padres, y me parece que esa generación en general también, no hacían distinciones de género. Jamás era “ahora vamos a escuchar tangos” ni nada de eso. Atesoro ese mensaje subliminal y espontáneo con un cariño enorme.
Pueden hacerse más
comparaciones. Al pedo, pero ya que estamos… ¿Por qué no? Esto es lo que
hicieron los Grateful Dead cuando vieron que, si seguían con esa psicodelia
extrema, no iba a quedar vivo ni uno. O los brasileños protagonistas del
movimiento que se llamó Tropicalia, Caetano, Gilberto Gil, Gal Costa, esa gente.
Fue un "bueno, la experimentación estuvo buenísima, ahora hagamos canciones. Abracemos
el folclore de nuestro país sin que sea una reivindicación patriotera. Seamos
audaces y llevamos el asunto a que también nos dejó un gran aporte esa búsqueda.
Hagamosló con el bagaje que nosotros traemos". Estos acá se la jugaban el triple,
porque en Argentina hubo años en que, si eras cuestionador y desafiabas ciertas
tradiciones, eras un enemigo político, por ende tu vida corría peligro. Antes que cante
el gallo sale en el ’86, ya no se corría ese riesgo. El Chango Farías Gómez,
que era más grande que el resto de la banda, lo había sentido y muy de cerca.
Cuando vinieron a mi pueblo natal, que medio que no existe, en el escenario
estaban en una especie de trance y no les importó que el público no fue muy
receptivo con la propuesta. A lo mejor querían zapatear. ¿Quién sabe? En la
música se nota ese quiebre, en la versión de “El humahuaqueño” por ejemplo, hay
una zapada infernal que no tiene nada que envidiarle a King Crimson. o cualquier
otra banda de rock progresivo del mundo. Y Verónica Condomí es una cantante de
otro planeta, dueña de una voz cristalina y un registro altísimo, precioso.
Podría pelearle el puesto a Sandy Denny o Maddy Prior, esas cantantes perfectas
tan apreciadas en el folk inglés. Acá no la conoce nadie.
No fue mucha la
producción discográfica de MPA, es este y otro que se llama Nadie más que nadie.
Entendible. A pesar del nombre del grupo, esto no iba a ser popular nunca en ningún
lugar del mundo. No le deben haber vendido un disco a nadie y les deben haber
editado una cantidad ridícula de copias. Debe ser por eso que es tan difícil de
conseguir. Hoy lo podés escuchar en seguida, en YouTube. ¡JA!
Escuchar online en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
Los Trovadores - Zamba de monte y hacha
Anacrusa - Anacrusa III
Chango Farías Gómez y La Manija - Rompiendo la red
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