sábado, 15 de octubre de 2016

The Inmates - Five


Un intento por definir a los Inmates; banda de pub rock inglesa, formada en los últimos años de la década del setenta, cuando el género tuvo su apogeo. A diferencia de varios de esa camada, tenían un talento innato para la melodía y el gancho pop. Tuvieron algo relativamente parecido a un hit antes de sacar el primer LP de estudio, el fundamental First Offence, con una versión de “Dirty Water” de los Standells, éxito que no se repetiría. A pesar de eso la banda se mantiene hasta hoy en día, con cuatro de los cinco integrantes originales.

Five, al revés de lo que el título podría implicar, es el cuarto disco de estudio, del ’84, tiene la particularidad de contar con Barry Masters, el hiperquinético cantante original de los gloriosos Eddie and the Hot Rods y es la colección de canciones perfecta para prender fuego una fiesta. Una fiesta con la gente adecuada, de más está decirlo. Es -literalmente- un hit tras otro, una sucesión incesante de estribillos anfetamínicos, de canciones ultra pegadizas, a un ritmo colocado y super bailable, como si los Stray Cats se olvidasen por un momento de ser tan respetuosos de la tradición. O si en los dos discos de power pop de los Searchers no se hubieran olvidado de que algo llamado punk rock estaba pasando por delante de sus narices. Es injusto que un disco como este, o como cualquiera de los cuatro primeros se podría decir, sea prácticamente desconocido, está a la altura de trabajos mucho más reconocidos y quizás se deba a la época; a mediados de los ochenta prácticamente nadie sonaba así.

El ataque sensorial de “Back On the Streets” suena a una evolución natural de los Hot Rods de Life On the Line, como si The Records no fueran tan obsesivos con los Beatles y los Everly Brothers. Este es un disco con bolas, con energía, podría entrar en la categoría power pop pero esto es más rockero, más poderoso, mas punkie. El solo de “Baby Say Yeah” es una demostración clara de que los tipos tocaban bien, que les “sobra máquina” y que hacen esto porque realmente les gusta. “I’m Think I’m Getting Over You”, el segundo tema, es una descarga de testosterona que por suerte no olvida que las chicas también tienen que ponerse a bailar, que esto no se trata de hombres sudados mirándose de reojo. Si “Sister Jekyll and Hyde” no te hace mover la patita de manera inconsciente, es porque te hace falta una inyección de vida.

Estás en una fiesta, ponés este disco y hay dos alternativas; se ponen a bailar todos desquiciadamente o se empiezan a mirar raro y no saben bien qué hacer. Si la opción es la segunda… andate. Rápido.







Escuchalo en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

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Eddie and the Hot Rods - Teenage Depression
Dr. Feelgood - A Case of the Shakes




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