jueves, 20 de agosto de 2009

Ride - Going Blank Again


Formados en Oxford a fines de la década del ochenta, Ride es una de esas bandas que son catalogadas dentro de un movimiento o escena que logran trascender casi inmediatamente. La etiqueta en cuestión era la de shoegaze, esa camada de bandas ruidosas y ariscas que tocaban sin hacer ninguna concesión para con el respetable, con un volumen cercano a lo insoportable. Pero Ride no sólo renegaba de aquel mote, lo traspasaban con cada uno de los pasos que daban. Exploraban el poder y alcance del ruido, las búsquedas con la distorsión de guitarras y el atractivo innegable de los decibeles compitiendo y reforzando las melodías.

A la altura de Going Blank Again ya tenían en su haber tres EP’s y un larga duración, el magnífico Nowhere (aquel de la tapa con una ola en medio del mar), se habían ganado el respeto de la prensa y el público por igual y hasta grababan para el emblemático sello Creation de Alan McGee. Era mucho lo que se esperaba de ellos y por suerte no defraudaron.

El loop de sintetizadores, a la manera de "Baba O’ Riley" de the Who, es el llamado de atención que propone Ride para su segundo trabajo. Inmediatamente aparecen las guitarras, entrelazándose, jugando y tejiendo un tramado armónico. De repente para, vuelve el loop y ahí sí, están todas las velas desplegadas y listas para navegar. Las voces de Mark Gardener y Andy Bell cantan casi siempre en armonía, con sílabas largas y fantasmagóricas, que junto a las guitarras siempre en “volumen once” conforman la marca registrada de Ride. Son ocho minutos de intensidad pura, "Leave Them All Behind", por extraño que parezca (sobre todo teniendo en cuenta la duración) fue el simple que eligieron para cortar en Going Blank Again.

"Twisterella" es el tema más pop y accesible del disco, rápido, las guitarras están mas limpias, tiene un estribillo de esos que se recuerdan al instante y los arreglos instrumentales están puestos en el momento y lugar preciso. Los colchones de teclados contribuyen a reforzar la idea. Está claro que la música que acunó a los integrantes del grupo es una influencia en el sonido general, es el rock que escuchaban sus padres y sus hermanos mayores, ese que pasa de generación en generación sin perder atractivo, son los ecos de Pink Floyd, los Moody Blues y el punk-rock que están en el cóctel, filtrados y resignificados para tomar un nuevo e interesante cariz. "Chrome Waves" es otra demostración del nivel de sutileza que podía llegar a alcanzar Ride en sus momentos más inspirados. Un rasgueo de guitarras acústicas aparece antes de las voces, con un fondo de teclados que parece una orquesta completa. Atención especial merece el solo de guitarra, breve, conciso, completamente subordinado a la canción. Se dan el lujo de terminar el álbum con la que probablemente sea la obra maestra de Ride, nada menos que "OX4", uno de esos temas épicos en donde no sobra nada y en donde todas las decisiones que se pueden tomar para una composición han sido las acertadas. Empieza lenta, como queriendo plantear un despegue algo perezoso, para estallar en un feedback controlado de guitarras y voces que se cruzan. La relativa monotonía de los acordes que conforman la base rítmica del tema está contrarestado por unos arreglos melódicos de los teclados, que contestan y realzan la melodía vocal y ahí está la clave, el hallazgo que hace que funcione todo a la perfección.

No faltaron las infaltables peleas entre sus integrantes, Ride fue disipándose, en pequeños escandaletes muy poco dignos, no sin antes grabar otra pequeña joya infravalorada al momento de su aparición, Carnival of Light con más de un rastro de psicodelia sixtie revisitada. Como nota de color, cabe recordar que Andy Bell es un integrante estable de la formación de Oasis desde Standing on the Shoulder of Giants.

A Going Blank Again le fué bastante bien a nivel comercial y excelente en lo que a críticas se refiere. Puede que todas las expectativas que se depositaron en ellos hayan sido un factor desecadenante para la crisis que vivieron, pero sin dudas este fue el momento de gloria de Ride, superando el desafío propuesto por el juez más despiadado: el paso del tiempo.








Escuchar online en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

Ride - Nowhere
My Bloody Valentine - Isn't Anything
The Boo Radleys - Giant Steps


1 comentario:

Martín dijo...

Es el proximo a remover de la queue de discos.

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