¿Qué tenés
que ser para ser relevante en estos días? Por empezar valiente, temerario,
hasta inocente. El hecho de molestarse por
grabar canciones propias, nuevas, en plena era de imbecilidad generalizada, ya es
meritorio. Si encima de eso lo que hacés es valioso, sincero, honesto, sonás bien,
tus canciones dicen algo y no sos un imitador de los que tanto abundan, estamos hablando de algo trascendente. Lo que hace The Clientele, en Music for
the Age of Miracles, el octavo disco de estudio de los ingleses.
El tema que da título está a lo último, toda una declaración de principios, los tipos quieren que escuchemos el LP completo, acordes no convencionales en un tema que parece salido de Odyssey and Oracle de los Zombies, pop de ensueño, narcótico, dulce sin ser empalagoso, también suena a los Moody Blues de la primera época, los de A Question of Balance o On the Threshold of a Dream, incluso la forma de grabar las voces tiene un parecido. “Ultimamente he estado viviendo como si estuviera muy lejos, como si fuera otra persona, en algún otro lugar, en la danza de nuestros días” canta Alasdair MacLean, el compositor y voz líder, envuelto en un colchón de cuerdas que va creciendo de a poco. El disco empieza con “The Neighbor”, no por nada pusieron esa canción en primer lugar, aclarando de movida las intenciones musicales de The Clientele, música de cámara, arreglada, bien compuesta y pensada, que no deja de ser apta para todo público, en realidad para los que zafamos de la idiotización masiva que propone la modernidad. A pesar del título engañoso, ésta no es música que quiere ser moderna, sí es música que quiere ser inmortal, quedar ahí para siempre. Lo que pasa cuando termina el segundo estribillo, esos arreglos de oro, captan la atención inmediatamente e incitan a una segunda escucha, algo que no se escucha con tanta frecuencia hoy en día, la famosa “invitación a volver”.
Music for the Age of Miracles siempre está en un nivel de intensidad parecido, en una suerte de almohada de pop suave levemente psicodélico y, gracias a eso, transcurre con gracia, “Everything You See Tonight Is Different from Itself”, otro de los grandes temas, tiene de todo adentro de sus seis minutos y pico de duración, sin cambiar el tempo en ningún momento, con decisiones interesantes y arreglos inesperados.
A pesar de que, para una inmensa mayoría, van a pasar desapercibidos, The Clientele ya es una banda que tiene fans y graban para el prestigioso sello Merge. Todo queda entre nosotros, los que todavía no damos el brazo a torcer.
Escuchar en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
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The Clientele - God Save the Clientele
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