miércoles, 15 de abril de 2015

Friar Tuck & His Psychedelic Guitar - ídem [1er. LP - 1967]


Siempre que un estilo es exitoso a nivel ventas, los imitadores, vendedores de humo y truchos generales empiezan a aparecer por todos lados. La psicodelia no fue la excepción, más bien lo contrario; fue el momento en que muchas cosas raras sucedieron, las curiosidades y malas imitiaciones estaban a la orden del día, coincidiendo con una época en que los jóvenes accedían a los larga duración por primera vez.

Es el caso de Friar Tuck, un álbum armado para cosechar los frutos del furor del llamado Verano del Amor, la “Era de Acuario” o el nombre que más te guste. Más allá de sus orígenes dudosos, el LP está muy bien hecho, tocado de manera brillante y la selección de canciones es impecable. En la grabación estuvieron varios sesionistas históricos de Los Angeles, la llamada Wrecking Crew y nada menos que Curt Boettcher, una suerte de Brian Wilson con menos fama, trabajó codo a codo con Spector, siendo apenas un adolescente y fue el hombre detrás de discazos de sunshine pop como Present Tense de Sagittarius y Begin de Millenium, entre otros. El guitarrista en cuestión es Mike Deasy, quien según cuentan tuvo que esconderse durantes días en un bosque disfrazado de monje después de un mal viaje de ácido.

“Sweet Pea” empieza medio inocente, como cualquiera de las bandas californianas del montón de aquellos años, pero al final aparecen una serie de efectos de sonido y ruidos raros que harán la delicia de la dama peposa y el caballero empastado. La versión de “Louie, Louie”, muy acorde al disco, con un cantante super colocado al micrófono, unos solos con fuzz ideal para amantes del género y un final también… a puro cuelgue. Algunos temas, como “Work Song” o “A Bit of Grey Lost”, meten bastante miedo -siempre y cuando te hagas cómplice, claro- y eso es lo que diferencia a este de varios “discos producto” similares; es verdaderamente psicodélico, mientras otros se quedan en una tapa bonita y llamativa o un nombre de banda bien pensado para la ocasión. “Fendabenda Ha Ha Ha” es otro de los puntos altos indiscutidos, con unas voces femeninas distorsionadas al principio que parecen salir del infierno y un riff insistente medio en la onda de “Psychotic Reaction” de los Count Five.  

Friar Tuck & His Psychedelic Guitar nunca iba a ser un disco importante, jamás estuvo destinado a eso, es claramente una búsqueda de diversión, de parte de músicos serios jugando a practicar un estilo bien definido. ¿Puede que todo esto sea una gran ironía? Es muy probable, no tendría nada de malo.







Escucharlo entero en YouTube o en Spotify.







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