Varias
cosas vienen a la cabeza a la hora de hablar de la sociedad que tienen Isobell
Campbell y Mark Lanegan hace ya unos años. La primera es… ¿De dónde saca tiempo
Lanegan? ¿Cómo hace para ser tan prolífico y mantener un estándar de calidad en
todo lo que hace? Saca discos con Greg Dulli bajo el nombre The Gutter Twins,
colabora también con el dúo electro-rock Soulsavers y encima tiene una carrera
solista muy saludable, aunque quizás no sea esa la palabra más adecuada.
Otra cosa que llama la atención es que acá Lanegan es un mero colaborador, la ex-Belle & Sebastian es la que compone todas las canciones, escribe las letras y arregla las partes de cada instrumento. Algo muy meritorio si tenemos en cuenta que las canciones de Hawk jamás suenan femeninas y para nada aniñadas como sí eran sus primeros intentos como solista. Si Campbell quiso emular a sus héroes, hacer su propia interpretación de Johnny Cash y June Carter lo logra. Esto es mucho más que recreación, más que una imitación. En Lanegan encontró a su Lee Hazlewood, el tipo con la voz cascada por los excesos y con miles de historias de ruta, con la damita delicada y frágil; una combinación que no puede fallar, el viejo truco de la bella y la bestia. También es llamativo como ella pasa a segundo plano, sobre todo a nivel vocal, casi nunca hace voz líder y lo deja a Lanegan hacer lo suyo, contentándose incluso con algunos murmullos a modo de coro y suspiros apasionados que responden a los fraseos guturales de su partenaire. ¿Quieren más sorpresas? El instrumental que dá título al disco, un blues rápido y destartalado como los que hace Dylan ahora, con unos arreglos podridos disonantes que se encargan de hacernos acordar que este es un disco de rock, en todo sentido.
¿Más? Las dos versiones de Townes Van Zandt. Si… ¡Dos! El cantautor texano sigue siendo reivindicado, merecidamente. Los temas que eligen son “Snake Song” y la inoxidable “No Place to Fall”, en donde la voz de Lanegan suena más limpia -y respestuosa- que nunca. También está la balada celta “Eyes of Green”, que no estaría fuera de lugar en los discos de los noventa de los Waterboys. También hay guiños, a Mazzy Star en “To Hell and Back Again”, en donde sí canta Campbell y suena exactamente igual a Hope Sandoval. A Nancy y Lee hay muchas “sacadas de sombrero”. Varias. “Sunrise” tiene a “Sundown, Sundown” como punto de referencia inequívoco y “Come Undone” tiene un arreglo de piano y un clima general muy parecido a “Friday’s Child”.
Otra cosa que llama la atención es que acá Lanegan es un mero colaborador, la ex-Belle & Sebastian es la que compone todas las canciones, escribe las letras y arregla las partes de cada instrumento. Algo muy meritorio si tenemos en cuenta que las canciones de Hawk jamás suenan femeninas y para nada aniñadas como sí eran sus primeros intentos como solista. Si Campbell quiso emular a sus héroes, hacer su propia interpretación de Johnny Cash y June Carter lo logra. Esto es mucho más que recreación, más que una imitación. En Lanegan encontró a su Lee Hazlewood, el tipo con la voz cascada por los excesos y con miles de historias de ruta, con la damita delicada y frágil; una combinación que no puede fallar, el viejo truco de la bella y la bestia. También es llamativo como ella pasa a segundo plano, sobre todo a nivel vocal, casi nunca hace voz líder y lo deja a Lanegan hacer lo suyo, contentándose incluso con algunos murmullos a modo de coro y suspiros apasionados que responden a los fraseos guturales de su partenaire. ¿Quieren más sorpresas? El instrumental que dá título al disco, un blues rápido y destartalado como los que hace Dylan ahora, con unos arreglos podridos disonantes que se encargan de hacernos acordar que este es un disco de rock, en todo sentido.
¿Más? Las dos versiones de Townes Van Zandt. Si… ¡Dos! El cantautor texano sigue siendo reivindicado, merecidamente. Los temas que eligen son “Snake Song” y la inoxidable “No Place to Fall”, en donde la voz de Lanegan suena más limpia -y respestuosa- que nunca. También está la balada celta “Eyes of Green”, que no estaría fuera de lugar en los discos de los noventa de los Waterboys. También hay guiños, a Mazzy Star en “To Hell and Back Again”, en donde sí canta Campbell y suena exactamente igual a Hope Sandoval. A Nancy y Lee hay muchas “sacadas de sombrero”. Varias. “Sunrise” tiene a “Sundown, Sundown” como punto de referencia inequívoco y “Come Undone” tiene un arreglo de piano y un clima general muy parecido a “Friday’s Child”.
Este es ya el tercer disco de estudio que hacen juntos y, si alguno miró de reojo o desconfió cuando este proyecto se puso en marcha, cuando empezaron con Ballad of the Broken Seas, con todo el hype de cierta prensa, no tienen más que escuchar Hawk para darse cuenta de que acá hay tela para cortar.
Escuchar online en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
Lee Hazlewood - Cowboy In Sweden
Nick Cave & the Bad Seeds - No More Shall We Part
Isobel Campbell & Mark Lanegan - Sunday at Devil Dirt
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