Cuando se enteró que la compañía discográfica iba a editar este disco, una suerte de rejunte de simples con sus respectivas caras B, en lugar de lo que él tenía bajo el brazo, se volvió loco, iniciando una relación tormentosa con todo lo que rodea a la música y que no tiene nada de musical; los contratos, entrevistas, etcétera. Lucio Battisti, uno de los cantantes más famosos y exitosos de Italia, acababa de grabar Amore e non amore, un disco conceptual y ambicioso que iba a ser la continuación natural de su primer LP homónimo del ‘69, pero en su lugar apareció Emozioni, el que todo el mundo recuerda como su segundo álbum de estudio y en el que aparecen varias de sus canciones más recordadas.
Battisti ya había andado por todo el mundo, era un lector ávido y había entendido -y digerido- la música popular que valía la pena al final de la década. Había escuchado a los Animals, a los Stones y era fanático de Dylan, de hecho muchos lo apodan ‘El Dylan italiano’, comparación injusta porque es dueño de su propio estilo, tanto a nivel cantante como desde el punto de vista compositivo. “Fiori rosa, fiori di pesco”… ¿cómo se podría describir? Una mezcla entre Badfinger y los temas más melodramáticos de los primeros Bee Gees, con la pompa y el bombardeo sentimental clásico de los italianos. Los arreglos barrocos y recargados le quedan como anillo al dedo y está al borde de la sensiblería, sin cruzar nunca la frontera. Como cantante tiene personalidad, sin tener un registro privilegiado ni nada de eso, es expresivo y cuando está al borde de sus posibilidades, quiebra la voz como ciertos cantantes de blues y soul. En “Il tempo di moriré” usa la clásica metáfora de hacer el amor y tocarle la puerta a la parca, la petite mort, un recurso un tanto gastado se podría decir, pero como la música es interesante, uno puede dejar de lado esas cuestiones, es un blues lento, con un tempo extraño y una guitarra ahí, al borde del descontrol, del desbarranco. En este disco te podés encontrar también con “Acqua azzurra, acqua chiara”, “Non è Francesca” y “Anna”, temas que tocó hasta el final de su carrera.
Emozioni fue apenas el principio de la meteórica vida musical de Battisti, siempre fue reacio a las entrevistas y cualquier tipo de invasión a su privacidad, incluso más tarde se retiró completamente de las presentaciones en vivo, para concentrarse sólo en sus discos y el trabajo en el estudio. Cuando tenés éxito… podés darte ese lujo.
Escuchar entero en YouTube o en Spotify.
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