domingo, 26 de febrero de 2012

Scott Walker - Scott


Hace poco en el cable pasaban seguido 30 Century Man, el documental sobre Scott Walker. Hay una escena que sirve para definir a este yanqui de nacimiento e inglés por adopción. Él está atrás del vidrio, en el estudio, mirando muy atento mientras un músico de sesión se encarga de grabar una percusión más bien peculiar; golpeando con los puños… ¡una media res entera! Nuestro héroe no parece convencido, sale de la cabina, va y lo corrige: “no, así no, mejor pegale así… ¿ves?”. En la cara no se le mueve un músculo y al pobre sesionista tampoco, claramente “curado de espanto”.

También es notable como cambia la percepción generalizada que se tiene sobre un artista con el paso de los años. Primero, en la época de los Walker Brothers, Scott era una especie de ídolo adolescente, salía en las revistas “del corazón”, algo así como un Backstreet Boy de los sesenta. Después, con sus primeros cuatro discos solistas, llegó el reconocimiento y la adulación. No hay que olvidarse que esos discos llegaron a figurar entre los diez más vendidos al momento de su aparición. Más adelante, cuando sus discos se volvín más excéntricos, esporádicos y holgazanes, su figura se fue desvaneciendo. Hasta que llegó Julian Cope. En plena cresta de la ola con los Teardrop Explodes, el pibito de acento provinciano no se cansaba de elogiarlo en entrevistas y de recomendar sus discos a quien quisiera oírlo. Ahí le llegó el revival. A Scott le importó poco en realidad, siempre esquivo, desencantado con el negocio del espectáculo hacía ya rato.

Es que esos discos eran (y son) tremendos. En este, el primero, va a contramano de todo, ciego en su visión, valiente, no tiene nada que ver con la psicodelia, el verano del amor y todo el resto de lo que pasaba por aquel entonces. Hay tres productores / arregladores encargados de construir esta catedral sónica, algo así como la versión inglesa del famoso Muro de Sonido de Phil Spector. Escuchen la densidad instrumental que hay detrás de esa gran voz en "Mathilde", la primera de una larga serie de versiones de Jacques Brel, con quien Walker estaba poco menos que obsesionado. En Scott hay dos más del cantautor belga: "My Death" y la increíble "Amsterdam", con ese vertiginoso crescendo orquestal. Otro que también estaba de moda por aquel entonces era Tim Hardin, cuyos herederos deben vivir cómodamente por la gran cantidad de versiones que se han hecho de sus temas. Acá está la delicadísima "The Lady Came from Baltimore" y después, en Scott 2, aparecería "Black Sheep Boy". Pero no sólo era un gran intérprete, las composiciones propias merecen ser destacadas también. "Montague Terrace (In Blue)" está a la altura de cualquiera de las canciones del disco y de su carrera. Y lo mismo pasa con "Such a Small Love" y "Always Coming Back to You", también de su autoría.

Después vendría su semi-retiro/reclusión, con discos hechos a media máquina, la efímera reunión con los Walkers Brothers y mucho más adelante esos discos alienígenas como Tilt o el más reciente The Drift, que lo llevaron a la categoría de artista de vanguardia, haciéndole ganar nuevos fanáticos (y perder otros tantos) en círculos a los que no había llegado previamente. Otra historia que también queda para más adelante.







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Chequear también:

Scott Walker - 'Til the Band Comes In
The Walker Brothers - Nite Flights
Scott Waker - Climate of Hunter



miércoles, 15 de febrero de 2012

High Tide - ídem [2do. LP - 1970]


Hay muchos debates con eso de quién inventó el heavy metal, la música pesada o como prefieran llamarle. Si fue Led Zeppelin, Blue Cheer o los Kinks con "You Really Got Me"... no vamos a ser nosotros quienes demos el veredicto. Es una discusión de nunca acabar. Pero los High Tide son precursores, estaban ahí en el momento justo. Pero nadie -o muy pocos- se enteraron. También vale decir que, mientras muchos de los grupos que se disputan ese cetro tenían temas “accesibles”, los High Tide no hacían el menor esfuerzo por parecerse a nadie, por repetir un riff un par de veces o meter un estribillo medianamente recordable. Digamos que no hacían concesiones de ningún tipo. Como siempre; lo que para muchos es un defecto para otros es una gran virtud.
 
Sea Shanties, el primer disco es una catarata interminable de riffs macabros, duelos de guitarra y violín, voces de ultratumba y letras indescifrables. Un discazo de esos a los que cuesta entrarle, pero si encontrás el momento y la situación que hace falta para desentrañarlo, ya no hay vuelta atrás. Este disco, homónimo, sufre del clásico síndrome de “segundo disco”. El único problema que tiene es ese, que es el segundo, algo así como Adventure de Television comparado con Marquee Moon, por citar un caso típico.

Pero en High Tide las cosas se vuelven más retorcidas, más intrincadas, más enfermas y, mientras que en Sea Shanties había alguna que otra balada, tenía esos temas que dan un respiro cuando la cosa se vuelve agobiante, acá no, al contrario. Son solamente tres temas en donde los músicos dan rienda suelta a todas sus indulgencias y experimentos. Uno de ocho minutos, otro de nueve y uno de… ¡quince! No es fácil el asunto. Pero los tipos son buenísimos tocando, en esos temas largos es imposible aburrirse, es una idea atrás de otra, todas relativamente interesantes, hay un espíritu de búsqueda insaciable y se nota. Escuchen como ejemplo el motivo del final del tema más largo, de "Saneonmymous", son unos tres o cuatro minutos de una idea musical admirable, extraña e hipnótica. Los integrantes son los mismos cuatro que en el debut, con el guitarrista y cantante Tony Hill (ex-Misunderstood) y Simon House (que después pasaría a Hawkwind), en violín y teclados, siendo los miembros con más renombre. Y se nota que ya se conocían más, pierden un poco de agresividad con respecto al primer disco, pero ganan mucho en musicalidad. Hay quienes dicen que este es algo así como el primer disco de metal progresivo y más allá de lo odioso de la etiqueta, puede servir para dar una pista del contenido. La cantidad de cosas que pasan en "The Joke", el último tema… es oir para creer. Explicar cuesta, pero hay pasajes de folk rock, por momentos suena a Black Sabbath sumergido en LSD, hay jazz, psicodelia a raudales… de todo y bien mezlclado.

No es el disco que vas a escuchar con amigos en una fiesta para que baile la monada, pero si le encontrás la vuelta, vas a descubrir que acá hay magia, en serio. Satisfacción garantizada.







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High Tide - Sea Shanties
Mad River - Mad River
The Mars Volta - The Bedlam In Goliath


lunes, 13 de febrero de 2012

5 Canciones 5: Luis Alberto Spinetta, pt. I


Ni cuenta te das

Después de la separación de Almendra, RCA lo tenía contractualmente atado a Luis. En sólo una semana y con la ayuda de sus amigos, grabó lo que sería el trampolín hacia lo que vendría luego: una obra de neto corte psicodélico, hippie. Durante mucho tiempo, estuvo fuera de catálogo hasta entrada la era del CD. De este disco bisagra, se desprende "Ni cuenta te das", una canción en clave acústica, cuya letra surrealista y onírica nos lleva a paisajes de ensueño, donde pueden avistarse barcos, flores eclipsados por la figura de él mismo, que clama desesperadamente "Mientras la música llega hasta a mi, vamos a mi!". Una canción bellísima que encaja perfectamente con la idea estética y poética del álbum. Un punto algido y por mucho tiempo olvidado en la discografía del Flaco.

Aparece originalmente en: "Almendra", más tarde reeditado como "Spinettalandia y sus amigos" (1971)

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La sed verdadera

¿Qué decir sobre el que muchos consideran el mejor disco del rock de habla hispana? Este tema enclavado justo en la mitad del disco, nos sirve para bajar de tanta elocuencia, tanta genialidad. Es un pasaje acústico cargado de sutilezas poéticas en menos de tres minutos, donde la voz del Flaco suena más dulce que nunca, como aniñada, pero certera y contundente. Cada palabra suena con su propia musicalidad. La canción siempre pareció la menos emblemática de Artaud. Que Luis la haya regrabado en el MTV Unplugged, refuerza esa idea. (Teniendo en cuenta la filosofía de ese álbum, despojado de grandes canciones comerciales).

Aparece originalmente en: Artaud (1973)


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Divino presagio

Destacadísima canción de Don Lucero, grabado hacia fines de 1989, es una suerte de interpretación spinettiana de la música new wave con su impronta experimental y lisérgica. La canción tiene movimiento, con Jota Morelli, pegandole a los parches de forma frenética hasta que en el puente ("...y entonces la lluvia dirá..."), la melodía da un giro, golpea, convence. Un vuelco inesperado donde el Flaco canta con una convicción irreverente y genial para que la música vuelva a su formato original, cargado de sintetizadores y teclados con el groove característico del tema. Un preferido de siempre.

Aparece originalmente en: Don Lucero (1989)


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El enemigo

¡La gran vuelta! El nuevo milenio tuvo a Silver Sorgo, una entidad por sí misma, en un país abatido por la crisis luego de años de silencio.
El disco abre con "El Enemigo", un tema hipnótico y sutil, con un riff intrincadísimo que sirve de melodía para que la banda fluya sobre un océano eléctrico oriental. Imprescindible chequear el video promocional, donde podemos verlo a Spinetta clavado con su guitarra en el mar cantándole a una mujer china con ropajes militares, dandole a la idea una vuelta onírica espectacular. Destaca el increíble solo de guitarra hacia el final del tema, una vez más demostrando lo virtuoso y fino a la hora de ejecutar el instrumento. Uno de los tantos regresos impecables al plano artístico.

Aparece originalmente en: Silver Sorgo (2001)


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Tu vuelo al fin

Un consejo del maestro se desprende de la última placa de la discografia: "Descubre tu vuelo al fin". Inmenso disco cargado de letras profundas y bellísimas, junto a una banda que lo acompaña mejor que nunca, este tema se destaca en su incansable arte de movilizar y de apuntar a la búsqueda interior, proponiendo que abramos nuestras alas y nos echemos a volar, concientizándonos, como en tantas otras canciones, de que "no podemos cambiar aquello que anda mal, solo pensando inútilmente". La coda del tema, progresiva, épica no hace más que reforzar la idea que Luis nos propone. Gran canción de su última obra maestra.

Aparece originalmente en: Un mañana (2008)


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Por Demián Ortíz Gutierrez




Video de la Semana: TV Smith - In the Arms of My Enemy



Video oficial del temazo que dá título al anteúltimo disco del gran TV Smith.






sábado, 4 de febrero de 2012

The Damned - The Black Album


Cuando uno se pone a pensar en todo lo que hizo está gente y en la manera en que lo hicieron, no se puede menos que sacarse el sombrero. Sacaron uno de los primeros discos punk con Damned, Damned, Damned, inventando a la pasada el hardcore, se pelearon, se volvieron a juntar casi en seguida, grabaron un disco producidos por Nick Mason de Pink Floyd (porque Syd no estaba disponible, claro) y fueron los primeros en mezclar punk con psicodelia y rock de garage en el fantástico Machine Gun Etiquette. ¡Ah! Y dejaron un tendal de simples y caras “B” que son una verdadera delicia. ¿Lo mejor? Todo eso pasó en menos de… ¡Tres años! Los muchachos vivían de manera intensa por lo visto.

Los Damned son una banda que lo tiene todo. Un cantante con una personalidad avasallante como Dave Vanian no se encuentra todos los días, a mitad de camino entre un vampiro y un crooner de los de antes. Captain Sensible es un guitarrista (originalmente bajista) muy bueno y notable compositor, no es más reconocido por borracho, por cagarse en todo y por jamás tomarse en serio nada. Y en la batería está Rat Scabies, algo así como el sucesor generacional de Keith Moon, con todo lo que eso implica.


Portada de ciertas ediciones
Para grabar The Black Album se fueron a la campiña inglesa, completamente inmersos en un mundo hecho a medida, con sus ácidos y sus porros y le dieron rienda suelta a todas sus obsesiones, caprichos y excentricidades. Por supuesto, tenían canciones, unas canciones invencibles. En el disco no faltan esos temas trasheros a pura mugre que siempre les sentaron tan bien, acá esa veta está representada por "Drinking About My Baby" o "Hit or Miss". La vuelta de tuerca venía por otro lado, por esos temás muchos más elaborados, psicódelicos, casi progresivos. "Wait for the Blackout" es uno de esos, el primer tema y cuesta creer que esta es la misma banda de "New Rose" y "Neat, Neat, Neat" pero a la vez sí, siguen siendo ellos, no pierden identidad. Por más que a ellos no les gustaba y en la edición original decía “sobreproducido por Hans Zimmer” hay un tema que es clave y es "The History of the World (Part 1)", épico, con un buen torbellino de ideas repartido con buen gusto, garra… no le falta nada. En principio fue un disco doble y la cara tres cerraba con el capricho más pretenciosamente adorable de toda la carrera de los Damned; "Curtain Call" en donde mezclan de todo y se dan el gusto de ponerse épicos descaradamente… ¡Hasta música clásica meten en la ensalada!

Casi está de más decir que el Black Album no fue del todo comprendido al momento de su lanzamiento, ni por la crítica ni por los punks acérrimos que estaban lejísimos de poder entender algo tan ambicioso y desprejuiciado como esto. Los Damned avanzaban mucho más rápido que el resto. Vale la pena recordar que ellos fueron prácticamente los únicos que se pudieron adaptar al cambio de década y lo hicieron con estilo, con discos tan buenos como Strawberries o Phantasmagoria. Los Damned: una nota al pié en el libro de la historia oficial pero como todos sabemos… la verdadera historia es otra.








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Chequear también:

The Damned - Damned But No Forgotten
Naz Nomad & the Nightmares
The Damned - Grave Disorder




jueves, 2 de febrero de 2012

Video de la Semana: Devo - Don't Shoot (I'm a Man)

Es muy probable que el disco que resultó de la reunión de Devo (del 2009) sea olvidado muy pronto pero este video es excelente. Y el tema no está nada mal.






miércoles, 1 de febrero de 2012

New Christs - Gloria


Mientras grupos intrascendentes copan la parada, apareciendo en las tapas de las revistas y consiguiendo críticas de cinco estrellas, otros más creíbles y honestos pasan desapercibidos. Por lo menos para los grandes medios y gran parte del público. Los que pertenecen al primer grupo suelen ser pibitos de veinte y tantos años, que tuercen la boca y se arreglan el pelito, vestidos para la ocasión, con toda la estrategia marquetinera por detrás. Los New Christs son tipos grandes, feos, arrugados y no le van a vender una revista a nadie. Mejor dicho; a nadie de los que compran una apariencia, una fachada. Puestos a elegir… ni lo dudamos.

La credibilidad es importante en la música, y en el rock es todo. Y los New Christs tienen credenciales de sobra. Por empezar están liderados por el gran Rob Younger, ex cantante de Radio Birdman, una de las grandes bandas australianas de todos los tiempos, pioneros, salvajes, fundamentales. Llevan varios años en la ruta sin hacer la más mínima concesión para pegarla. Todo lo contrario, son fundamentalistas del género y esa convicción se transmite inmediatamente en la música que hacen. Por eso los queremos tanto. Gloria viene después de uno de los discos clave de la primer década del siglo veintiuno, el fantástico We Got This! del 2002, un disco doble de esos que no tienen desperdicio y que -sorpresa- no apareció en ninguna de esas listitas que parecen repetirse adrede entre sí. Entre medio se dio una de las reuniones más esperadas, nada menos que la de Radio Birdman, después de más de veinte años. Una reunión con la cabeza bien alta y que dejó como souvenir un disco a prueba de balas, Zeno Beach, para agregar cómodamente a la breve -pero importante- discografía de la banda.

Arranca con "Try Something" y las cartas quedan sobre la mesa de entrada. Esto es rock con todas las letras, a cara de perro, con toneladas de guitarras, riffs clásicos que terminan sonando novedosos, alguna que otra textura aportada por los teclados, los coros femeninos y la voz de Younger en gran forma. Nunca fue un cantante brillante a nivel técnico (¿A alguien le importa?) pero transmite muchísimo, derrocha onda, sabe donde pararse sin ponerse incómodo. La verdad que elegir favoritos en este disco es una tarea ingrata, todos los temas ofrecen algo, Gloria es lo que se supone que debe ser un disco de rock moderno. Suena actual pero atemporal, tiene grandes canciones, está bien tocado con el nivel de suciedad a la orden del día y las letras son las mismas de siempre pero con las problemáticas correspondientemente aggiornadas.

Mientras algunos se empeñan en buscar el “espíritu del rock” (?) en géneros que en realidad no tienen nada que ver (el trip-hop, el drum and bass y cualquier otra pavada que salga mañana) otros nos conformamos con que las cosas se hagan con amor, con fuerza y convicción. Por suerte es el caso de los New Christs.







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Chequear también:

Radio Birdman - Living Eyes
The New Christs - Distemper
You Am I - Convicts



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