Histórico, diferente, rompedor de esquemas, It Still Moves es el tercer disco de estudio de My Morning Jacket y es uno de esos que quedan en la memoria de los seguidores y con el que comparan cada uno de los lanzamientos. Ya saben; aquello de “es el mejor desde…”
Las grandes bandas modernas, los grupos actuales valiosos, los que quizás mañana sean clásicos (en un mundo que se niega a seguir agregando clásicos) son esos que suenan como un millón de bandas pero a la vez como ellos mismos. Se puede detectar un aire o una influencia pero está mezclada e incorporada junto a otras cientas o miles. Se puede decir que It Still Moves es rock clásico pero esto no podría haber sido hecho antes, esto pertenece a sus tiempos, al primer lustro del siglo veintiuno.
Tienen un elemento característico muy fuerte en la voz de Jim James, una suerte de predicador alucinado, un creyente a ultranza en el poder redentor del rock and roll, un tipo místico, con los pies en la tierra, si es que esas dos cosas pueden estar juntas en una sola persona. Su voz es aguda, al extremo, sería un Jon Anderson (de Yes, por las dudas) que pueden escuchar los millenials sin salir corriendo despavoridos.
Música cósmica
de raíces. También, dos cosas que no suelen ir acompañadas o de la mano, acá
sí. Un buen ejemplo es el segundo tema, se llama “Dancefloors” y pasa por
varios estadíos, es un ritmo funk medio trabado pero pegadizo al máximo, hay
groove y, como su título bien indica, pista de baile. En un momento entra en una
suerte de trance, del que sale de repente con una sección de bronces que podría
no tener nada que ver, sin embargo funciona y a la perfección, el tema parece
flotar en una nube de… música extraterrenal. En “Golden” las cosas parecen
volverse un poco más normales. Hasta que entra la batería y por ende, la banda.
La melodía que tienen ahí es de una belleza incomparable, celestial. Está Neil
Young, los Flaming Lips, se pueden encontrar referencias aunque nunca de manera
directa, el asunto está filtrado, con astucia, oficio y espontaneidad, acá nada
suena forzado o traído de los pelos. En este disco está el tema emblema de la
banda, es “One Big Holiday”, una explosión guitarrera extraordinaria de más de cinco
minutos. Es de esos que los que van a verlos están esperando para sacudirse un
rato y -¿Por qué no?- tirar algún que otro cuernito al aire al mejor estilo
Ronnie James Dio.
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Chequear también:
Mercury Rev - All Is Dream
Band of Horses - Infinite Arms
My Morning Jacket - Z
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