Helloween - Keeper of the Seven Keys, Part II

Para que algo te guste tiene que tener alguna de las siguientes virtudes; emocionarte, hacerte pensar o bailar, traerte recuerdos de épocas vividas, mostrar ciertas virtudes musicales que uno suele apreciar y un largo etcétera. O ser divertido. Esto, para mi gusto es extremadamente divertido. No me lo puedo tomar en serio. Si eso es bueno o malo no es algo que me importe, pero me divierte y mucho. Necesita una gran cuota de complicidad para ser disfrutado en su justa medida. ¿Tipos de veintipico de años haciendo un disco conceptual basado En el Señor de los Anillos de J.R. Tolkien? Evadiendo cualquier contacto con la realidad y con aquello de que el arte debe reflejar la vida o el momento en que se vive. Esto es evasión pura, lo tomas o lo dejas.

Es exageración extrema, todo está llevado al máximo. Supuestamente es uno de los discos pilares de lo que algunos llaman power metal y es lógico que así sea, los tipos fueron pioneros. Lo que hicieron o dejaron de hacer los descendientes de Helloween me tiene sin cuidado. Agarran Queen y lo llevan todavía más lejos, una banda que siempre caminó en el borde de la delgada línea que separa lo mersa de lo aceptable, con nivel, con altura, con todas las capacidades técnicas que hacen falta para llevar a cabo una empresa de este tipo. ¿Querés voces agudas? Hay voces que parecen las de un castrato del siglo XVII y en abundancia. ¿Te hace falta pesadez y violencia instrumental? Acá tenés de sobra, todos los volúmenes están al rojo vivo. ¿Te gustan las melodías edulcoradas, para cantar desaforado y recordarlas al instante? De eso también hay y para tirar para arriba.

Con “Eagle Fly Free” es cuando realmente la cosa toma vuelo, después de una introducción cortita y el pié ya te deja claro de qué va el asunto con Helloween. La velocidad es impresionante. La destreza instrumental de los tipos te apabulla. El cantante es una bestia capaz de alcanzar notas increíbles. Hay que reconocerles que el paquete está muy bien armado, sellado y listo para ser enviado. Para mi gusto cuando aflojan la velocidad es cuando flaquean un poco pero nunca deja de ser entretenido para escuchar, están pasando diez mil cosas por segundo, es muy difícil aburrirse con la secuela de Keeper of the Seven Keys. En “Rise and Fall”, cuando de repente meten un cambio de velocidad, es oír para creer y cuando llega el solo de guitarra te cierra todo, de forma definitiva.

La impresionante habilidad técnica de los músicos de Helloween y la forma en que está grabado y compuesto, hacen que alguien que normalmente saldría corriendo despavorido con estos argumentos de venta, se quede quieto, muy quieto, disfrutando. Y sí; divirtiéndose mucho.







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