Todas las
grandes bandas están sobrevaloradas. Sin excepción. Beatles, Stones, Led
Zeppelin, Blur, Nirvana, Sex Pistols, etcétera. Todas tienen muchísima prensa, se ha
escrito mucho sobre ellos y el fan promedio es el primero en
valorar en demasía, al endiosar una banda y creer que todo lo que hacen es
sublime. En realidad, si agarramos cualquiera de estas bandas podemos ver que
lo que hicieron y es extraordinario, en general es poco. El resto es
más o menos cumplir, o zafar.
Del otro lado están las bandas chicas, las que no salen en ningún lado y nunca son valoradas en su justa medida. Está lleno y muchas veces entran en esta categoría… merecidamente. Pero otras, como Mellow Drunk no lo merecen. Son pocos los que logran un disco completamente sólido, atemporal, repleto de buenas canciones y Always Be Drunk es uno de esos. Lo de “siempre hay que estar borracho” viene de Baudelaire, Leigh Gregory es uno de esos tipos que han leído mucho y eso se nota en las canciones que, rara vez, suelen ser personales. El tipo proyecta y estudia personajes y se ha encargado de afirmar que “es muy difícil encontrarme en las canciones, la auto-referencia no es lo mío”.
El primer temazo del disco aparece de la mano de “Everybody Knows You’re a Star”, un medio tiempo muy al estilo de Crazy Horse, con guitarras podridas al punto justo, con una voz susurrada como la de Steve Kilbey de The Church o cualquiera de los dos cantantes de Suede. En la sección anterior al estribillo hay un cambio de acorde que te descoloca y te hace desear que llegue el alivio. Está repleto de solos de guitarra bien mugrientos, sin virtuosismo pero muy musicales, líricos. Dura cinco minutos y pico pero podría seguir un buen rato. El resto de las canciones se mueve -de manera muy cómoda, hay que decirlo- en esa línea; canciones. Redondas, sin fisuras, con una pátina evidente de melancolía, como la foto de tapa, que refleja perfectamente lo que contiene. Tiene también el ineludible cover fino de la mano de “Long Drawn Sunday Night” de los escoceses The Orchids, una suerte de Belle & Sebastian no tan amables.
Lo de Mellow Drunk pegó más bien por el lado de los músicos, como suele pasar en estos casos, con Marty Willson-Piper invitándolos a tocar cuando su banda fue a San Francisco o Dean Wareham de Luna declarándose fan y tocando con The Jazz Butcher y Johnny Thunders. Mellow Drunk; un “tapado” de los buenos.
Escuchar en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
The Walkabouts - Ended Up a Stranger
Mellow Drunk - Never Sleep at Night
The Jayhawks - Sound of Lies
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