lunes, 10 de abril de 2017

Sufjan Stevens - Carrie & Lowell


Sufjan Stevens nunca fue un tipo sin ambiciones. ¿Se acuerdan de cuando quería hacer un disco para cada uno de los estados de Estados Unidos? Esa sí que era una idea difícil de llevar a cabo. Por suerte nuestro protagonista de hoy se contentó con tener en su haber por lo menos tres o cuatro discos clásicos; Illinois o el más reciente The Age of Adz, entre otros. A esta altura de su carrera no es poco, teniendo en cuenta que se trata de alguien relativamente joven todavía.

Carrie & Lowell es diferente a los anteriores, es uno de esos discos que sirven para exorcizar demonios interiores pero tampoco se parece mucho a esos trabajos que han servido para el mismo menester. Pensemos por ejemplo en Plastic Ono Band, el grito primal de Lennon y puntapié inicial de su carrera como solista. Lo que hace Stevens es menos directo, más poético, según como se lo mire, es inteligente y, hay que decirlo, menos egocéntrico. A pesar de que las canciones son extremadamente personales, se las arregla para no hacer de esto un diario íntimo que de repente decide mostrar al mundo.

La cosa es más o menos así: los nombres del título son sus padres, la madre de Stevens se fue cuando era apenas un niño y él quedó con su padre y su hermano, ella era adicta a las drogas de mierda esas que te dan para combatir la depresión y enfermedades mentales, que no hacen otra cosa que llenarte de agujeros por otro lado. En su contra se puede decir que hay historias mucho más dramáticas o descarnadas, a su favor hay que insistir en que Carrie & Lowell nunca se trata de drama, de auto-flagelo, a pesar de estar teñido de un velo de melancolía, ésta nunca pasa a ser protagonista absoluta, ese balance está muy bien manejado. Cuando en “Should Have Known Better” cuenta que la madre los abandonó en un negocio de alquiler de videos, ese hecho ni siquiera es lo más importante de la canción, se encarga de hacer que el resto tenga el mismo nivel de intensidad. Musicalmente las decisiones parecen haber sido tomadas para reforzar lo mencionado; no transmitir un clima de opresión sino más bien dejar en claro que de la tristeza y los reveses se puede salir bien parado y, sobre todo, no caer en la obviedad del refugio ilusorio de la ironía y el descreimiento.

Esto último parece ser una constante a lo largo de la carrera de Sufjan Stevens, a veces parece un tanto ingenuo o inoncentón. Siempre es mejor eso que un cínico.







Escuchar en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

Sufjan Stevens - Seven Swans
Elliott Smith - Roman Candle
Iron & Wine - Archive Series, Vol. 1



2 comentarios:

Centrofovar dijo...

Uuh recuerdo haber escuchado Illinois, que me ENCANTÓ, pero después me olvidé totalmente del bueno de Stevens, a pesar de las reseñas que lo ubican -pude comprobar que con justicia- entre lo mejor de lo que va del siglo. Me pareció mejor que lo que hace Bon Iver, por ejemplo. Ya me pongo al rescate!

Beefheart Smiles dijo...

Coincido, Bon Iver como decía Capusotto "no me pegó ninguna imagen". Este disco... FUF... me encantó!!! Llegué dos años tarde pero bueh... mas vale tarde...

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