Que la “historia oficial” la escriben los que ganan todos lo sabemos. En el caso del rock, la Historia Real la marcan a fuego los que van cayendo al costado… Apenas una comparación odiosa. Por empezar Mark Lanegan sigue en pie y en gran forma, pero jamás tuvo el reconocimiento que tuvieron sus compañeros de escena, Nirvana, Pearl Jam, ni siquiera Alice In Chains. Aunque ya al frente de los Screaming Trees, junto a los hermanos Conner, supo ganarse el afecto, la admiración y el respeto de muchos, los que investigan siempre un poco más y no se conforman con el cuentito de los canales de TV. Estuvieron antes, fueron psicodélicos, sucios, garageros y grabaron un puñado de discos interesantes, en el sello SST primero y en Epic después, cuando las compañías se sacaban los ojos para fichar a todas las bandas de Seattle.
Lanegan, lejos de dormirse en los laureles, se mandó como solista y en un plan diferente, arriesgando. Se convirtió en una especie de trovador folk, siempre batallando contra sus propios demonios, que no son pocos y nada débiles. Abrazó la tradición de la música norteamericana, tomando prestado elementos del blues y el folclore de raíces para encontrar una alquimia propia, única. Lo de siempre; mirar al futuro con total conocimiento del pasado. El fantástico Whiskey for the Holy Ghost será de ahora en más la matriz con la que todos sus trabajos serán comparados, aunque en Scraps at Midnight dejó el listón bien arriba, con un disco admirable, apoyado en la fuerza y el peso de sus canciones.
Empieza con "Hospital Roll Call" en donde la única letra es la palabra “dieciseis” repetida unas cuantas veces, un poco a modo de introducción pero si esa es la entrada… ¡lo que será la comida!
Scraps… tiene un poco de todo, pero a la hora de las baladas es imposible pasar por alto a "Stay"; conmovedora hasta las lágrimas, es el pedido del amante abandonado que sufre por la ausencia de su objeto de deseo, le pide de rodillas que lo deje quedarse. No es tanto lo que dice sino cómo lo dice, la entrega de Lanegan es total, con su voz aguardentosa característica, es imposible no creerle. En "Bell Black Ocean" se acompaña apenas por un piano y unos arpegios de guitarra acústica, a la hora de reforzar la idea de lamento, nada mejor que una guitarra slide lastimera. Otra balada de corazones rotos. "Wheels" bien podría ser el "Walk on the Wild Side" de la llamada Generación X, con su atmósfera de ensueño. Otra vez poco acompañamiento, dos o tres acordes, la batería con escobillas jazzy y los fraseos de saxo. Y la voz, ESA voz. Hay una murder ballad en "Walking on a Train", que haría la envidia de cualquiera de los cultores de esa tradición, Lanegan se apega a la forma pero a modo de punto de partida, se apropia del subgénero y suena cien por ciento a él mismo, no podría haber sido hecha hace treinta años, por ejemplo.
No se quedó quieto después de Scraps at Midnight, sus discos solistas aparecen con cierta regularidad. Decidió seguir su discografía con un excelente disco de versiones titulado I'll Take Care of You, con una selección que habla de alguien que conoce bien su oficio. Tampoco pueden dejar de mencionarse los discos que ha grabado con Isobell Campbell, la ex-Belle and Sebastian, donde muestra otra faceta de su personalidad musical. Por lo visto tenemos Lanegan para rato. Nosotros, los conversos, lo agradecemos.
Escuchar online en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
The Screaming Trees - Invisible Lantern
Mark Lanegan - The Winding Sheet
Isobell Campbell & Mark Lanegan - Sunday at Devil Dirt
2 comentarios:
LA AMBULANCIA CAMINANDO.
BUEN DISCO, GRAN TAPA.
Si!!! La tapa es preciosa! Quien la habrá hecho? Seguro que es alguien más o menos conocido.
Me hace acordar al estilo de dibujo de las tapas de Sympathy for the Record.
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