Todos sabemos de qué se trata el reggae de manera que no hace falta explicarlo. Es un poco como todos los géneros; una cuestión de amor u odio. Si le encontraste la vuelta lo vas a adorar, de lo contrario no habrá forma de hacerlo entrar. Lo que a priori parece una música rudimentaria y limitada es en realidad más difícil y tiene sus secretos que separan por millas al buen reggae de la imitación berreta, del refrito sin alma. No hace falta más que prestar un poco de atención a cualquiera de las innumerables bandas que fracasan en el intento y que pululan hoy en día hasta debajo de las alfombras. Cualquiera de esas bandas comparada con “la cosa real”… sale muy maltrecha.
Casi no hace falta decir que lo que hace Linton Kwesi Johnson pertenece al grupo de los indiscutidos, acá no hay vueltas, no hay trucos, esto es cien por ciento creíble. Por empezar viene de Jamaica, un factor de credibilidad determinante. Es en los detalles en donde reside la magia de esta música, esos ritmos de bajo viscosos, zumbones, casi se puede oler el patchuli. Son pocas notas y los silencios están utilizados de una forma difícil de describir con palabras. Donde no hay música es tan -o más- importante como cuando sí hay sonidos. No es algo que se aprende, simplemente se lleva en la sangre. A diferencia de otros grupos del género, los músicos de Johnson, con Dennis “Blackbeard” Bovell en la guitarra y la Dub Band, tienen más habilidad que el promedio y se nota. Hay “condimentos extra” en Forces of Victory, toques jazzy, muchos solos de guitarra y una sección rítmica diferente, hipnótica. Kwesi Johnson era periodista y escritor aficionado antes de grabar su primer disco. A pesar de que hay rebeldía y sus letras son contestatarias, se aleja del panfletarismo habitual en que suelen caer este tipo de líricas. Tomemos por ejemplo "Sonny's Lettah (Anti-Sus Poem)". Es la historia de un preso encarcelado injustamente que le escribe a su madre. En unas pocas líneas se da el gusto de tocar varios temas candentes y de bajar línea de manera inteligente: racismo, brutalidad policial y desamparo social. Si a eso le sumamos el acento cerradísimo de Johnson y su voz grave y cautivante… el cóctel es perfecto.
El solo de guitarra de "Reality Poem" parece salido de un disco de space rock, el ritmo lento y oscuro de "It Noh Funny" o el tempo dub de "Time Come", el encargado de cerrar, son sólo algunos de los grandes momentos de Forces of Victory, que como todo gran disco, tiende a trascender las fronteras (muchas veces autoimpuestas) del género en cuestión.
No es el único gran disco en la carrera de Johnson pero es uno de los más reconocidos, una sola pasada basta para dar por tierra con un buen puñado de imitadores y -de paso- para saber bien de qué se trata realmente todo este asunto.
4 comentarios:
Hola Mariano. Muy Buen disco y que decir de LKJ realmente un grosso. Quizas un tapado para las "masas consumidoras de reggae" que hay hoy en dia pero que artista. Desde sus letras contestatarias, pasando por la voz de él. Tiene aires de Toaster también su forma de cantar. Saludos!
Ojo! No es tan "tapado". Ayer, casualmente, me enteré que este disco se editó hace poquito en Argentina. Sabía que se habían editado unos cuantos del género y de hecho los vi en una batea en el "Supermercado de la Música", pero no sabía que Forces of Victory estaba entre esos discos.
Sí, es verdad se edito aca en Argentina. Se editaron cosas como el "police and Thieves" de Junior Murvin y "The Harder They Come" de Jimmmy Cliff entre los mas destacables. Jaja el "supermercado de la musica". Saludos!
esta todo bien con el negro.
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