jueves, 3 de febrero de 2011

Band of Horses - Infinite Arms


Siempre pasa esto. Cada vez que aparece una banda que tiene éxito, que vende discos, los ejecutivos de las compañías discográficas afilan los colmillos y salen a la caza de supuestos talentos. A veces con suerte, otras con buen ojo y otras tantas con una combinación de las dos cosas. Así es como por cada Nirvana tenemos a cincuenta Silverchair y por cada Fleet Foxes tenemos doscientos Mumford & Sons. Así como ahora, que todos son folkies, neo-folkies o el mote que les caiga, a una banda como Band of Horses quizás se la mire de reojo y más cuando la prensa especializada no hace otra cosa que babearse con ellos desde que aparecieron, a principios de la década pasada.

Separar la paja del trigo es un trabajo ingrato, pero una vez hecho es reconfortante y eso es lo que pasa con estos muchachos del noroeste de Estados Unidos. Van a parar al trigo sin escalas. Primer disco; muy bueno, segundo disco; igual de bueno. Tercer disco… ¡qué dilema el tercer disco! Por empezar una gran virtud; llegaron a hacer un tercer disco. Hoy suele pasar que con el primero están por todos lados, nuevos Salvadores del Rock & Roll. Para el segundo nadie se acuerda de ellos. Los Band of Horses logran más que salir ilesos de la experiencia. Es más, Infinite Arms tiene sabor a triunfo, a conquista. ¿Por qué? Hay cambios, manejan matices, cantan con otro nivel, las canciones ganaron en variedad y en peso. Supuestamente ahora las cosas son más democráticas en el seno interno del grupo y se nota.


Cinco canciones clave para convencer hasta al más testarudo:
1) "Factory": el tema que abre el disco, cuerdas, las voces en armonía desde el primer momento, unos Crosby, Stills & Nash modernos. También tiene que ver con los Flaming Lips más ambiciosos, los de la resaca post-psicodélica de Soft Bulletin. Apuntan alto y aciertan.

2) "Compliments": esta entraría dentro de un sub-género, pertenece a esas canciones que cuestionan la existencia de Dios, de un ente superior que regula las cosas o como prefieran llamarle. Con convicción, coherencia y decisión, hay confianza y la letra logra transmitir esa angustia de duda existencial a la perfección. Brillante.

3) "Infinite Arms": no por nada es el que da título al álbum. Empieza suave pero va levantando vuelo de a poco y cuando está allá arriba, en el aire, es una delicia auditiva.

4) "NW Apt.": ¡Rock & roll! ¡Si! Para sacudir un poco la confortable modorra planteada. A colgarse las guitarras, volumen a once y a tirar la casa por la ventana. Hay estribillo, ideas y calidad de sobra. La producción es notable. No sólo están esas guitarras enormes en primerísimo plano, por detrás están pasando un montón de cosas. ¡Qué bueno es encontrarse con música como esta!

5) "Neighbor": para cerrar el disco en una nota emotiva. Hay que tener un temple de acero para ser indiferente a esto. Grandes coros, gran final.

Si este es el tercer trabajo de estudio, uno no puede menos que desearles lo mejor a Band of Horses. Han hecho su primer gran disco.






Escuchar online en YouTube o en Spotify.






Chequear también:

Help Yourself - Beware the Shadow
Elliott Smith - Figure 8
Band of Horses - Everything All the Time


6 comentarios:

Anónimo dijo...

eh!!! que tenes con silverchair???????

Anónimo dijo...

se hace el fino.

Andrea H. dijo...

Silverchair? No merecen ni 10 segundos de tiempo. Uy! Creo que tarde mas de 10 segundos en poner esto!

Beefheart Smiles dijo...

JAjajajajaj Andreita! Tanto tiempo! Te mando un gran abrazo!

suñe dijo...

ahhhhhhh si silverchair, los hanson australianos, si si me acuerdo!

Beefheart Smiles dijo...

Cómo olvidarlos? Rock para Disneylandia, para Cris Morena y Cantaniño. Jajajaj que manera de ensañarse!

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