Acá va una
teoría; la falta de reconocimiento y el mote de “banda de culto” de Camper Van
Beethoven se debe a que son demasiado eclécticos. Al menos en sus primeros tres o cuatro discos. Siempre que cuesta
clasificar algo, etiquetarlo, acomodarlo dentro de nuestros parámetros
conocidos… mejor descartarlo. Fue el "problema" que siempre tuvieron,
venían de la escena hardcore-punk californiana, pero hacían ska, música hebrea,
polkas y hasta se la jugaban con elementos árabes, a veces dentro de la
misma canción.
La idea era cagarse de risa de todo, desafiar las convenciones y poner incómodos a los ortodoxos. Lo lograban y en ese sentido, la música de Camper Van Beethoven, sigue más vigente que nunca. En Camper Van Beethoven, tercer LP de estudio, aparecido originalmente en 1986, parecen redoblar la apuesta de Telephone Free Landslide Victory y II & III, los dos primeros discos. Se encuentran con la hija de Jerry Garcia de los Grateful Dead en “We Saw Jerry’s Daughter”, en un punk rock a toda velocidad, con pedal steel incluído. Se toman el atrevimiento de reírse un poco de Led Zeppelin en “Stairway to Heavan”, una suerte de experimento de estudio de grabación con cintas al revés, cítaras y la mar en coche.
Como si esto fuera poco, casi al final, hay una versión a medio camino entre irreverencia y respeto de “Interstellar Overdrive”, del primer disco de Pink Floyd, The Piper at the Gates of Dawn. No todos los experimentos del disco funcionan, pero el sentido del humor sano y un poco inocente hace que el mérito de intentarlo esté por encima de los resultados. No faltan los chistecillos políticos de la mano de “Joe Stalin’s Cadillac”, un bluegrass rápido con violines para la ocasión o “We Love You”, que nos transporta a una persecución en un callejón de Marruecos o lo que te quieras imaginar. Acá conocen al diablo, ven que toca muy bien la guitarra y lo invitan a sumarse a la formación. ¿Rock? Y… técnicamente esto es más rock que Humble Pie o cualquier grupo de guitarras y cortedad de miras de la actualidad. Esto no anticipa en absoluto a la banda que armaría el frontman Dave Lowery unos años después, los mucho más exitosos -y convencionales- Cracker, en la década siguiente, ni tiene mucho que ver con los discos de CVB que vendrían después, como el excelente Key Lime Pie, o el doble en donde versionan completo Tusk, de Fleetwood Mac.
Hubo varios que sí entendieron el chiste, la influencia de Camper Van Beethoven y sus tres primeros discos puede rastrearse incluso en algunas bandas actuales. De la forma que lo hacían ellos, de manera totalmente espontánea, con mucha onda y sin demasiados recursos técnicos, no lo ha vuelto a hacer nadie.
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Chequear también:
Camper Van Beethoven - Our Beloved Revolutionary Sweetheart
They Might Be Giants - Apollo 18
The Mekons - Fear & Whiskey
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