domingo, 8 de febrero de 2015

Los Twist - La dicha en movimiento


¿Qué serían Los Twist? ¿Una mezcla de los Stray Cats con Glenn Miller, con un poco de The Cramps? Cuesta definirlos sin apelar a comparaciones forzadas. Lo cierto es que sólo podrían haber sucedido en la época y lugar en que les tocó vivir. Hijos también de la mítica primavera alfonsinista, con la vuelta de la democracia en Argentina, llegaron en un momento en que reírse y enfiestarse sin pretensiones todavía era mal visto. En la época del café Einstein eran un éxito asegurado, no se parecían a nada y, no viene mal recordarlo, eran los únicos defendidos a ultranza por Luca Prodan, que era fan absoluto de la banda.

La dicha en movimiento fue producido por Charly García quien, según él mismo ha relatado, lo único que hizo fue pedirles que tocaran en vivo el repertorio y apretar el botón de grabar, después metió algún que otro teclado, alguna guitarra y el disco estaba terminado.

Musicalmente rescata un buen puñado de géneros eternamente tachados por la intelectualidad anquilosada de estas Pampas; rockabilly, swing, surf, easy-listening… combinado con unas letras tan geniales como estúpidas, con Pipo Cipollatti (hijo de un comisario de la Federal) y Daniel Melingo pelando chistes ridículos: “bajé en Sarmiento y Esmeralda, compré un paquete de pastillas Renomé” cantan en “Pensé que se trataba de cieguitos”, un aguafuerte porteña satírica, de los pocos temas que se atrevieron a tocar el tema del acoso policial en tiempos de dictadura. “Ya está colmada la plaza, no cabe ni un alfiler, la Bombonera está ardiendo y como dijo Sarmiento; «los Masones en bicicleta y los radicales a pié»” dice la letra de “25 estrellas de oro”, matando en el mismo tiro dos pájaros favoritos de Pipo; política y fútbol, caminando temerariamente la línea entre el rídiculo y el humor absurdo. En “El primero te lo regalan, el segundo te lo venden” se burlaban despiadadamente de las frases que repite cierta gente, el famoso “hablemos sin saber” tan frecuente, al ritmo de un funk ochentoso medio berreta. Otros clásicos de este debut son “Ritmo colocado”, el inolvidable “Salsa!” y “Cleopatra, la reina del twist” cantado por Fabiana Cantilo.

Lo que hizo Pipo Cipolatti después del éxito es digno de un análisis sociólogico, que no vamos a hacer, llegando a pasearse por los programas de chimentos, ventilando sus peores miserias. Los que lo queremos y recordamos, siempre vamos a hacerlo por el mismo motivo; los tres primeros discos de Los Twist.







Escuchalo entero en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

Los Twist - Cachetazo al vicio
Daniel Melingo - Ufa!
Brian Setzer Orchestra - Dig that Crazy Christmas




4 comentarios:

Centrofovar dijo...

Muy bueno! Es uno de los discos de mi infancia -clichés aparte- de esos que le dejan una marca a uno. Fue uno de los primeros que me pegó de verdad, junto a "Yendo de la cama al living" del bigote.

El tiempo le ha dado la razón a Pipo, y "La Dicha" pese a algunas referencias puntuales, ha envejecido bien. Suena fresco, valiente, digno de gente que quiere salir a patear basura al callejón, vestirse raro, tomar la ciudad.. y merca.

Tiene unos arreglos que ni la mejor banda actual se animaría a hacer. Unas líricas sugestivas que han sido mal imitadas hasta el hartazgo ("Pajaritos de colores vas a ver, cuando pruebes esta salsa que compré...”).
Una mezcla de alegría con cinismo, y también hay bronca, aunque más solapada.

Cuanto rockabilly, punk y todo eso -en términos de cantidades- habrá escuchado Pipo hasta ese momento será tema de debate, porque todos sabemos de su deuda con cierto pop costumbrista del estilo de Palito O*****a. Pero Stray Cats, el mono Costello, Madness y B-52s parecen firmes en los discos que deben haber girado en las casas de esos forajidos vampirescos de las jodidas noches porteñas.

Un abrazo!

Mariano dijo...

Como le va amigo? Creo que coincido en todo menos en lo del envejecimiento. Para mi este disco suena viejo, suena "vencido", como varias producciones de Charly en esa época (escucho "estoy verdeeeee" y se me eriza el lomo) y gran parte del rock de esta zona. Uno escucha cualquier disco de los Stray Cats y parecen grabados ayer. Se salva por las canciones y sus chistontos.

Estaría buenísimo grabarlo de nuevo.

Centrofovar dijo...

jaja y por lo menos lo de Charly pretendïa ser "moderno". En ese sentido creo que pese a la marca en mi inconsciente (?), "Yendo" tiene más olor a naftalina, con ese sonido pésimo lleno de cámara para disimular la berretería. Lo volví a escuchar hace poco, online (nunca me lo compré en cd). Esos toms electrónicos tipo ¡trum-trum-trum-trum! aaaaaagh.. eso sí me da cosa... el mismo recurso empleado por Páez, Miguel Cantilo, y probablemente hasta Rubén Goldín. ¡Qué pelmazos!

Toda esa onda de La Mega me da escozor, me recuerda a lo espantosamente atrasado que estaba el panorama, la gente en general. Poco informada, vaga. Los críticos eran pésimos. ¿Cómo iban a hacer algún tipo de comparación o análisis si lo más "renovador" que habían escuchado hasta el momento era The Police? En ese sentido, y aunque a muchos les resulte infame -lo siento por ellos- veo un muy mal envejecimiento en los endiosados Serú Girán, con todo ese tufo a ducumental de los años de plomo. Creo que hasta los odio. Si ser joven era escuchar a Weather Report, mama mía.

Mariano dijo...

Coincido ampliamente. Serú Girán es tremendamente embolante. Terrible. Insoportable.

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