Dentro del
inconmensurable grupo de héroes sin gloria de la historia de la música popular,
están los compositores de Brill Building, el viejo edificio de oficinas de
Nueva York que, a diferencia del noventa y nueve por ciento de los edificios de
oficinas, era en su momento una inagotable usina de creatividad.
Sí, los tipos escribían por encargo, si eso los hace menos válidos o no es otra discusión, pero lo que no se puede debatir es que tipos como Barry Mann y Cynthia Wells, Anette Tucker y Nancie Mantz o el gran Isaac Hayes y el trio Holland / Dozier / Holland en Detroit, eran unos talentos de otro planeta. O la misma Carole King (exitosa también como solista) junto a su marido Gerry Goffin, con hitazos de la talla de “Will You Love Me Tomorrow?” o “The Loco-Motion”. Es un caso similar al que hoy nos convoca; la dupla compositiva conformada por otra pareja con papeles y todo; Ellie Greenwich y Jeff Barry, junto con Jagger / Richards o Lennon / McCartney, una de las asociaciones cancioneras que más clásicos han dejado en relativamente poco tiempo de trabajo. Aunque estos dos no salían en las tapas, pero si das un vistazo en tu colección de discos, en la letra chiquita, o incluso en tu “colección” de mp3’s… los vas a ver a lo largo y ancho y hasta te vas a llevar alguna sorpresa.
Sí, los tipos escribían por encargo, si eso los hace menos válidos o no es otra discusión, pero lo que no se puede debatir es que tipos como Barry Mann y Cynthia Wells, Anette Tucker y Nancie Mantz o el gran Isaac Hayes y el trio Holland / Dozier / Holland en Detroit, eran unos talentos de otro planeta. O la misma Carole King (exitosa también como solista) junto a su marido Gerry Goffin, con hitazos de la talla de “Will You Love Me Tomorrow?” o “The Loco-Motion”. Es un caso similar al que hoy nos convoca; la dupla compositiva conformada por otra pareja con papeles y todo; Ellie Greenwich y Jeff Barry, junto con Jagger / Richards o Lennon / McCartney, una de las asociaciones cancioneras que más clásicos han dejado en relativamente poco tiempo de trabajo. Aunque estos dos no salían en las tapas, pero si das un vistazo en tu colección de discos, en la letra chiquita, o incluso en tu “colección” de mp3’s… los vas a ver a lo largo y ancho y hasta te vas a llevar alguna sorpresa.
Melodías increíblemente pegadizas, letras sin demasiado sentido pero con rimas disparatadas y originales, instrumentación barroca pero bien dosificada… eran condimentos infaltables en las piezas de esta gente. Junto con Phil Spector (uno que sí tiene reconocimiento) escribieron para las Ronettes, The Crystals, Bob B Soxx & the Blue Jeans y hasta Darlene Love, creando una suerte de paisaje, de retrato socio-político de una época hace mucho tiempo dejada atrás, por desgracia. Más tarde pasaron al sello Red Bird (de Jerry Leiber y Mike Stoller, otra dupla sin igual) y ahí tuvieron más éxito todavía, escribiendo -sobre todo- para las Shangri-Las.
Los temas de Greenwich / Barry han sido versionados por gente tan distinta como los Animals y los Beatles pasando por Kiss, Neko Case e incluso los powerpoperos Red Kross, en los noventa. Es simple, si estás escuchando un tema muy bien construido, pensado, con un puente que destaca del resto y combina sin problemas, es muy posible que estés expuesto a uno de esos temas. El catálogo es variadísimo y muy extenso. Reflejo de una época en que la canción entendida como tal, con la perfección imperfecta que requiere, con todos sus elementos trabajando en función del todo, era premiada con una catarata de dólares. Otros tiempos, ni mejores ni peores… distintos, eso sí.
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