Hace poco se editó una biografía escrita por John French, más conocido como “Drumbo”, podría decirse que es el baterista que más “soportó” tocando con Beefheart. El pobre tipo cuenta una buena cantidad de mentiras, torturas y excentricidades propias de Don Van Vliet, más conocido como Captain Beefheart. Cuenta cómo Safe As Milk salió adelante gracias a que Ry Cooder armó todos los temas, para poder grabarlos y hacer con esas ideas sueltas un disco. Al parecer era imposible hacer que Beefheart se presentara en la sala de ensayo y dejara de gritar instrucciones desde la cama. O cómo el mismo Cooder hizo que el millar de servilletas con anotaciones y hojas sueltas terminaran siendo letras, con un principio y un final. O cuando intentaba convencer a sus músicos de que tenía poderes telepáticos, usando trucos baratos. También están las anécdotas más conocidas sobre las grabaciones de Trout Mask Replica, donde sometió a los músicos a una dieta rigurosa -y escasa- de porotos, tratando de privarlos del sueño, encerrados en una casa en ruinas. Según él, las condiciones extremas llevaban la música a límites insospechados. French en ningún momento lo niega, es más; a pesar de desenmascararlo en muchas cosas, en ningún momento cuestiona su indudable genio e impresionante torrente creativo.
Lo cierto es que Beefheart, en un momento de su carrera se cansó de ser el mimado de los críticos, que los músicos lo elogiaran en todos lados y quería vender algún que otro disco. Es lógico, Lick My Decals Off, Baby, Mirror Man, esos discos son impresionantes demostraciones de “descontrol-controlado”, pero siempre fueron, son y serán queridos (y escuchados) por freaks, dementes y ovejas negras. Sentite incluído si estás leyendo estas líneas, por supuesto. Tanto este disco como el que lo precede son intentos de Beefheart por alcanzar cierto nivel de masividad, de “suavizar” su sonido, pulir las aristas y alcanzar otro público. Él los negó siempre, arrepintiéndose de la movida casi en seguida. De más está decir que jamás alcanzó su propósito… Beefheart nunca va a poder “ocultar” quién es. Jamás.
Un ejemplo claro es "Further Than We've Done", una balada art-rock que bien podría haber sido de Genesis, pero la canta Don Van Vliet, con esa voz de gárgaras con tachuelas. Tiene unos arreglos de guitarra totalmente convencionales (en el buen sentido de la palabra). Si a vos que sos fanático de los Stones te dicen que la banda se volvió punk rock… ¿No te interesa escucharlo? Esto es Bluejeans and Moonbeams. Un experimento fallido. Pero no por falta de calidad. Escuchen a nuestro héroe disparándose -ametrallándose- el pié en "Same Old Blues" con una letra en la que parece cagarse en absolutamente todo. ¡Y es un temazo! El aplastante groove con que empieza el disco, de la mano de "Party of Special Things to Do" o el casi sureño "Twist Ah Luck" en donde suena parecido a un tema de la época dorada de Little Feat.
En la tapa de Unconditionally Guaranteed, del mismo año y anterior a este, el Capitán aparecía en la tapa apretujando dos manojos de la polémica divisa del país del norte, como para darle a entender a sus fanáticos que todo esto es (y será) un gran farsa y que más vale jugar el juego y reírse un poco para soportarlo. Gran idea.
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Chequear también:
Captain Beefheart & the Magic Band - Strictly Personal
Captain Beefheart - The Spotlight Kid
Captain Beefheart & the Magic Band - Doc at the Radar Station
2 comentarios:
Que personaje! La de la dieta a porotos es buenísima!
Otra muy buena es cuando le coló LSD al batero sin que lo sepa.
Después te la cuento en persona.
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