“Ellos nos enseñaron cosas que debemos hacer pero nunca nos dijeron cómo. Ellos dijeron que el amor alcanzaría para construir un muro y nos enseñaron todo menos el dolor que trae. Te hace pensar si realmente importa, pero las reglas que nos enseñaron eran todas inútiles y las historias que escuchamos eran todas mentiras”
Así empieza Saratoga, con "On the Floor", un manifiesto, las cartas sobre la mesa jugadas en la primera mano para un tipo que escribe con el corazón, que delata la falsedad y la cara podrida del tan mentado “sueño americano”. Acompañamiento parco, la voz partida al medio por una vida a la que no le faltaron elementos novelescos y la misma canción, al final, con el título y los arreglos cambiados. Paul Kopasz sabe que tiene un gran disco entre manos y no arruga frente al desafío. Las hizo a todas, estuvo preso, fue adicto a la heroína, viajó por el mundo y leyó y escuchó a los clásicos; fanático de Borges y Walt Whitman, amigo de Townes Van Zandt y una impronta que desciende directamente del canon de grandes compositores. Los de siempre, sí, Dylan, Tom Waits, Lou Reed e incluso ilustres perdedores más recientes, como Paul Westerberg o Steve Earle. Con la pequeña / gran diferencia de que a Paul K. no lo conoce nadie. O casi nadie. Todavía no le ha llegado el reconocimiento masivo y eso que hace poco salió una película biográfica pero seguramente va a pasar, los buenos, a la larga o la corta terminan siendo descubiertos.
Además de renegar, de llorar, abrir su corazón y gritar grandes verdades a los cuatro vientos, el amigo Paul K. tiene una virtud que termina siendo indispensable; sentido del humor. No todo es color de rosa, eso lo sabemos todos, pero tampoco todo es tan negro. Los Prayers son una banda de acompañamiento muy noble, que sabe divertirse. Sólo hace falta escuchar "They Just Don’t Make ‘em Like They Used to" para reírse cómplice ante esos coros gospel y esa letra irónica. O también está el country rock anfetamínico de "The Judge (On Judgement Day)" con su correspondiente pianito honky-tonk, este tranquilamente podría haber estado en Exile On Main Street o en alguno de los de Humble Pie. En "Artificial Heart" se despacha con otra canción de las importantantes, una canción de amor perdido de esas que conmueven, el tipo está herido y logra transmitirlo con convicción. Letra y música formando una gran alianza. ¿No es esa la premisa básica del buen rock? Hay una versión de Townes Van Zandt, casi al final del disco, una inédita que el texano jamás grabó, es "Harm’s Swift Way" y es la misma que eligió Rober Plant para versionar en Band of Joy, uno de sus discos recientes. ¿Lo habrá escuchado Robert al amigo Paul K.? No parece descabellado si recordamos que el rubio de Zeppelin siempre fue un curioso investigador musical.
También, al final de Saratoga vuelve la canción que había empezado el disco, con la letra un poco cambiada, la banda demostrando categoría y con un Paul K. que dice algo así: “Me enseñaste que no todos los versos tienen que rimar. No hay necesidad de poner tu alma en cada línea, dijiste que la culpa era de Dios mientras iba abandonando el juego y el castigo es cubierto por el crimen y la verdad, no suele estar en los carteles”. Amén.
Escuchar online en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
Bruce Springsteen - Nebraska
Townes Van Zandt - The Late Great Townes Van Zandt
Paul K. & the Weatherman - Love Is a Gas
2 comentarios:
Compré con la reseña! voy a ver si lo consigo!
Mmmmm muy dificil incluso de bajar. Te lo llevo el viernes. Hoy le presté un best of doble a Carbonel. A desperdigar el virus de Paul K.!!!
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