Excelente puerta de entrada a una de las mejores bandas de culto de todos los tiempos. Se trata de una compilación que retrata el recorrido de la banda que prácticamente inventó el pub rock. Pero como todas las grandes bandas, Brinsley Schwarz excede los límites del género en cuestión. Se formaron cuando se disuelve Kippington Lodge, en donde ya militaban algunos de los miembros. Una vez decidido el cambio de nombre, protagonizaron un hecho que cambiaría para siempre la manera de encarar el negocio de los integrantes. Un extraña maniobra publicitaria los “vendió” como grandes estrellas en los Estados Unidos y se les arregló un show a toda pompa en la Gran Manzana, con periodistas de los medios más importantes. Como suele pasar en estos casos de premeditación extrema, todo lo que podía salir mal… salió mal.
De los errores se aprende. Una vez de vuelta en Londres, deciden alquilar una casa en las afueras de la ciudad y encerrarse a componer y tocar música. Influídos por The Band, que por aquel entonces habían tenido mucho éxito con Music from Big Pink y sus paisajes rurales despojados de artificios. Despite It All fue la consecuencia de este nuevo acercamiento, el primer gran disco de la banda, que sigue a un LP homónimo algo errático, que tiene sus momentos (en 15 Thoughts... es representado por "Shining Brightly", con clarísima influencia de Crosby, Stills & Nash). "Country Girl" y "Funk Angel" son los temas de este segundo trabajo y ya se puede ver el conocimiento enciclopédico de la música que tenían los miembros de Brinsley Schwarz, tenemos rhythm & blues, country, jazz, rockabilly, surf, baladas y toda la música hecha hasta aquel momento, interpretados con solvencia, elegancia y sin ninguna floritura innecesaria.
El festín empieza con "(What’s So Funny 'Bout) Peace, Love & Understanding", probablemente la canción por excelencia de Nick Lowe. Una orgía de guitarras arpegiadas a la manera de los clásicos Byrds y unos acordes alla Townsend para un mensaje anti-cinismo, lleno de candidez y optimismo: “cada vez que siento que se me escapa de las manos, hay algo que necesito saber: qué tienen de gracioso, la paz, el amor y la comprensión”. Es Lowe de pies a cabeza, un romántico de los que ya no quedan. Como detalle se puede mencionar que, a pesar de que Costello había grabado una versión exitosa, gracias a una nueva interpretación de esta perla, que aparecía en la banda sonora de El Guardaespaldas (aquella de Whitney Houston y sus aullidos), Lowe se volvió millonario de la noche a la mañana gracias a las regalías... ¡A más de veinte años de la aparición original de la canción! Silver Pistol, el disco más despojado e intimista del grupo, es representado por "Nightingale", una balada hermosa y "Rockin' Chair" un instrumental meláncolico y reflexivo con gusto a Hank Marvin y sus Shadows. "Surrender to the Rhythm", "Don’t Lose Your Grip on Love", "Nervous on the Road" y "Home in My Hand" son extractos del disco más celebrado de la banda: Nervous On the Road, un derroche de calidad sin desperdicio. Vale la pena aclarar que Brinsley Schwarz era uno de los integrantes del grupo, guitarrista, cantante y productor. Junto con Ian Gomm, también guitarrista y vocalista, firmaban algunas de las composiciones pero Nick Lowe empezó a ganar terreno en este campo y en seguida se convirtió en el compositor principal.
Para los amantes de las perlitas (o aquellos que ya tengan los cinco discos de estudio) también hay hallazgos dentro de 15 Thoughts… porque "Hooked On Love", un tema de neto corte soul, sólo había aparecido como lado “B” de un sencillo y el proto-reggae "Hypocrite", que originalmente venía incluido en la compilación de rarezas Please, Don’t Ever Change, es una versión radicalmente diferente. Garantizado; 15 Thoughts… es una puerta de entrada, una zambullida en realidad porque una vez que nos dejamos tentar por los encantos de Brinsley Schwarz, es poco probable que los abandonemos.
No está en YouTube pero está casi toda la discografía en Spotify.
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Brinsley Schwarz - The New Favourites of Brinsley Schwarz
The Band - Cahoots
Nick Lowe - The Convincer
miércoles, 30 de septiembre de 2009
The Green Pajamas - Poison in the Russian Room
Es increíble lo que se puede hacer combinando elementos con astucia. Una colección de discos de una magnitud considerable, una destreza más que aceptable la hora de ejecutar los instrumentos y un oficio para hacer canciones que combinan talento, olfato y mucho de trabajo artesanal.
Los Green Pajamas vienen batallando en un injusto semi-anonimato desde mediados de los ochenta. Formados en Seattle por Jeff Kelly y Erich Lichter, pasaron los primeros años de la banda grabando canciones propias en casettes. Unidos por una admiración mutua por el pop sicodélico de los 60's y el Paisley Underground de los Los Angeles, practicado por The Three O' Clock, Dream Syndicate o Plasticland. En la década siguiente, la personalidad de los Green Pajamas ya estaba completamente delineada, tuvieron algún que otro hit a nivel local y discos tan humildes como hermosos; Strung Behind the Sun, All Clues Lead to Megan’s Bed, Seven Fathoms Down and Falling, entre otros.
Quizás el hecho de no haber sido exitosos a nivel masivo sea de ayuda para Kelly y cia. porque la música que hacen no está pensada para sonar en todas las radios y mucho menos en grandes estadios, es ideal para la soledad de un cuarto, un par de auriculares y mucha atención a los detalles, que están presentes en todos lados.
Poison in the Russian Room los encuentra más ambiciosos que nunca, desplegando un abanico de recursos sorprendente y ampliando la paleta sonora de manera notable. Además de las referencias habituales (Beatles, Majestades Satánicas, early Bee Gees, Kinks) vamos a encontrar influencias de bandas sonoras, guiños a la música clásica e incluso pinceladas de jazz. Está estructurado en dos partes, como Ogden's Nuts Gone Flake de los Small Faces; una cara con canciones sin relación aparente (todas excelentes, por cierto) y la segunda parte con una especie de suite temático / conceptual. "In Search of the Elusive Fairy Queen and Some Pleasure Unknown" es una historia para niños, una fairytale que poco tiene de infantil, más bien lo contrario, hay morbo, muerte y sordidez.
Lo de los Pajamas es muy ecléctico a nivel musical, menos “cancionero” y más aventurero a nivel formal. Fluye sin inconvenientes y es otra muestra cabal de las posibilidades de una hábil combinación de elementos conocidos para obtener algo novedoso y fresco.
Esto último es -precisamente- lo que diferencia a los Green Pajamas del resto de las bandas de la actualidad, esa capacidad de auto-superación y esa magia para sonar contemporáneos, haciendo uso de un impresionante cúmulo de influencias para sacar otro conejo de la vieja galera.
Escuchar online en YouTube o en Spotify.
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The Green Pajamas - Northern Gothic
The Green Pajamas - 21st Century Séance
The Green Pajamas - Narcotic Kisses
martes, 29 de septiembre de 2009
C.A. Quintet - Trip Thru Hell
Es poco lo que se sabe sobre el C.A. Quintet pero lo que sí se sabe es que grabaron este increíble disco a fines de la década del 60. Oriundos de Minneapolis, jamás salieron del medio-oeste norteamericano en el breve período en que estuvieron juntos como banda. De hecho, de Trip Thru Hell, el único LP que grabaron, se hicieron sólo unas 700 copias que se vendieron rápido pero jamás se hicieron más ejemplares. Después del disco, la historia de siempre; drogas, peleas, managers corruptos... nada nuevo bajo el sol. Desaparecieron sin dejar pista, en busca de una vida “normal”.
A principios de la década del 80, a más de diez años de la edición original, Trip Thru Hell se reeditó sin autorización al otro lado del Atlántico, en Inglaterra, y ahí la cosa fue diferente. Tampoco tan diferente, pero adquirió un merecedísimo estatus de Disco de Culto, algo que probablemente jamás exceda, porque Trip Thru Hell no está hecho para todos los paladares. Incluso se destaca en su contexto original; nadie hacía esta música en el año '69, y para ser sinceros, nadie la ha vuelto a hacer. Tiene un título (sería Viaje a través del Infierno) completamente adecuado a la música que contiene, un desfile de paisajes oscuros, comparables a La Divina Comedia o a los cuadros de El Bosco, es más, la ilustración de la tapa es similar a lo que mostraba el gran pintor holandés.
El viaje arranca con unas notas macabras. Este motivo va a volver varias veces a lo largo de la obra con ligeras variantes, a la manera de las sinfonías, los conciertos y las estructuras de la música académica. Unas voces femeninas de ultratumba condimentan el menú antes de un riff de garage-rock bien maléfico, como unos Electric Prunes bajo los efectos de un mal ácido. De repente aparece… ¡un solo de batería! Sí, así es, pero este tiene sentido, tiene que ver con el lugar en donde ha sido puesto. Después del solo, vuelve el tema principal y ya estamos inmersos de lleno en el submundo de C.A. Quintet. ¡Ah! Por si fuera poco, hay unos ruidos (porque no se puede decir que se trate de un solo) de guitarra fuzz que anticipan a The Fall en diez años. "Colorado Morning" es una cabalgata infernal con sus trompetas ad hoc, otro clima escalofriante. "Cold Spider" sigue en esta vena terrorífica, un vals satánico por el que Paganini hubiera arqueado las cejas. Antes de que explote todo llega "Underground Music", el descanso necesario, con un uso interesante de los instrumentos de bronce. ¡Ojo! Tampoco es que desaparecen las sombras, el clima sigue nublado, la tormenta está al acecho y el estallido de funk malvado del final es uno de los highlights indiscutidos del disco. “Nada crece jamás, nada nunca es lo que parece” en "Sleepy Hollow Lane" “las sombras se vienen encima, nunca sabés del todo dónde estás” cantado magistralmente por Ken Erwin, alma máter del grupo. Retorno breve del tema principal, fade-out y a otra cosa. A "Smooth as Silk" en realidad, otra joyita que trasciende ampliamente su género, lleno de arreglos y cambios de tiempo, entre otras delicias auditivas. En "Trip Thru Hell, Pt. 2" se cierra este paseo por el lado oscuro, reaparecen las voces femeninas, el tema principal y otra sorpresa; una sección de jazz que demuestra claramente la versatilidad de esta banda. El final apoteósico, lleno de gritos y ruidos varios está a tono con el resto de lo que habíamos escuchado.
Los singles que aparecen como bonus track de la versión en CD sirven para demostrar la increíble evolución del grupo desde sus primeros intentos, mucho más convencionales tanto a nivel lírico como musical. Pero atentos con "I Shot the King" y la espeluznante versión del super-clásico de Screamin' Jay Hawkins "I Put a Spell On You" que permite intuir que, después de todo, solo continuaron una línea que ya estaba trazada. Ellos sólo tomaron la posta y la llevaron un poco más lejos.
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H. P. Lovecraft - This Is H.P. Lovecraft
Arthur Brown - Galactic Zoo Dossier
Ramases - Ramases
The Jesus and Mary Chain - Darklands
El truco era prácticamente infalible. Una banda con una actitud escénica belicosa, tocando de espaldas al público, dando entrevistas con un acento incomprensible y unas canciones de pop efervescente sepultadas bajo toneladas de guitarras sucias, distorsionadas. Los críticos compraron casi sin vacilar, el público… también.
Después de Psychocandy, aquel debut que más de uno llevó a su disquería amiga al son de “me parece que está mal, me lo vendieron fallado”, los hermanos Reid se tomaron un descanso y se dedicaron a escribir canciones. En ese interín Bobby Gillespie dejo su puesto de baterista “de parado”, formó Primal Scream. Por esa época apareció una compilación de rarezas y caras B llamada Barbed Wire Kisses para matizar la espera de un sucesor propiamente dicho.
Lo primero que salta a la vista (o al oído para ser precisos) es el sonido, completamente renovado, más radial y depurado. Atrás quedaron las baterías llenas de cámara, las guitarras “pegadas” en la mezcla y las voces saturadas de reverb. El acento está puesto en las composiciones, no hay tanta mugre, hay sutilezas, arpegios narcóticos y cambios de dirección inesperados. Siempre dentro del espectro en el que se mueven William y Jim Reid, claro. No esperen arreglos sinfónicos ni tiempos musicales ajenos al 4/4 tradicional, ellos son expertos en el dominio de la canción pop, y dentro de ese esquema se mueven como peces en el agua.
Empiezan con "Darklands" un medio tempo relajado que va creciendo lentamente pero sin llegar a estallar en ningún momento. "Deep One Perfect Morning" es lenta y reflexiva, uno no puede menos dejarse arrullar por las voces aún detectando la ironía que subyace en los textos, nada es tan simple en las “tierras oscuras”. “Hablando rápido sin poder decir nada, yo me afeitaría la piel por vos. Hablando rápido al borde de la nada, me rompería la espalda por vos” dice "Happy When It Rains", un verdadero himno a la soledad, al estar en contra de todo “porque sí”, siempre conservando un costado romántico, soñador. "Down On Me" y "Fall" son sacudones eléctricos violentos, para no desentonar del todo con lo que nos habían acostumbrado pero una joya como "Cherry Came Too"… ¡eso no lo esperábamos! Es en esa canción que se entiende perfectamente de qué se trata Jesus and Mary Chain; son los Beach Boys, los Ramones y los grupos de chicas de los primeros 60's, todo tamizado por el sarcasmo de los 80's: “Cherry me lleva a ese lugar ahí arriba, con besos de cables pelados y su amor, Cherry y yo somos tan extremos, haciendo el amor al son de un grito”.
Después de Darklands el camino fue un constante “cuesta arriba”, cada uno de sus discos era comparado (un poco injustamente) con sus dos primeros álbumes. Pero también hay que decir que en todos hay buenos momentos y a lo largo de más de una década siempre han sabido meter un respetable puñado de canciones geniales. No es poco.
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Jesus and Mary Chain - Honey's Dead
Teenage Fanclub - Bandwagonesque
The Raveonettes - Pretty In Black
sábado, 26 de septiembre de 2009
Virus - Agujero interior
Formados en La Plata, a fines de los setenta, en los últimos estertores de la dictadura más cruel de la historia argentina. En vez de cargar las tintas y seguir machacando con consignas panfletarias, en un clima político completamente enrarecido, Virus proponía precisamente lo contrario. Diversión, desparpajo, liberación del cuerpo y la mente. Los eternos talibanes reaccionaron con furia. Es entendible; en un país anclado en el tiempo, una banda como Virus era como un plato volador aterrizando en un jardín de infantes. Completamente a tono con lo que pasaba en el resto del mundo (en una época en que no era tan fácil “estar al día”), la banda liderada por el gran Federico Moura -un frontman único, desbordante de personalidad y carisma- tenía convicciones demasiado firmes como para dejarse vencer. ¡Ah! Y canciones, muchas, el argumento irrevocable por excelencia.
Para el momento de Agujero interior ya eran mucho más aceptados que en los comienzos y gozaban de cierto éxito a nivel popularidad, ventas y críticas. Optaron por la dupla Danny / Michel Peyronel (sí, el de Riff) para la producción y se nota un viraje importante a nivel sonoro, más crudo y a la vez compacto. Con "En mi garage", el tema que abre el disco, está todo claro; guitarras fuertes, ritmo acelerado y un teclado bien al frente, que no estaría fuera de lugar en cualquier trabajo de Devo o los Talking Heads de la misma época. "El probador" es un fiel reflejo de aquellos años; desenfreno sexual, negación de cualquier tipo de compromiso, una mujer tomando decisiones, un hombre en una situación pasiva y en un lugar semi-público. En una sociedad acartonada… iba a levantar polvo. ¿La música? New Wave bien entendida y asimilada, al nivel de cualquiera de los hits de The Cars. El manifiesto del disco es el tema que dá título, “Hay que salir del agujero interior, largar la piña en otra dirección, poner el cuerpo y el bocho en acción” es sintético, poderoso e irónico al máximo. "¿Qué hago en Manila?" es una de esas baladas que tan bien le salían a Federico, a medio camino entre el Brian Ferry de Avalon y el Bowie de "China Girl".
Como en toda banda grande, las perlas, las gemas ocultas, son esas canciones que no pasaban en las radios, no tenían videos ni formaban parte del repertorio habitual. Ahí aparece entonces "Buenos Aires smog" con su ritmo frenético y sus dentelladas guitarreras bien filosas. Es en un retrato de alienación urbana conciso y bien definido: “A vivir todo ya como me gusta. A vivir todo ya nada me asusta” propone como salida al tedio, al sofocón de la ciudad. Otro de esos hits-que-nunca-fueron es "Los sueños de Drácula", describe una pesadilla de esas que son muy vívidas, en donde uno se ve rodeado, perdido y asfixiado. Nuestro héroe encuentra la salida, se da cuenta de que son “sus miedos y no los de afuera” los que lo tienen a mal traer. La música es perfecta, cambiando a medida que la historia se desarrolla y, por si fuera poco, tiene un solo de guitarra melódico, pensado, de esos que se pueden cantar.
Agujero interior fue otro paso hacia la masividad que la banda tanto quería, vendrían los teclados “modernos” de Relax y las infaltables peleas y cambios de integrantes, pero en el año '83, nadie sonaba con la fuerza, convicción y espontaneidad de Virus, la banda de los hermanos Moura.
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Virus - Recrudece
Soda Stereo - Nada personal
Devo - New Traditionalists
jueves, 17 de septiembre de 2009
Arcade Fire - Neon Bible
Cuando alguien consigue digerir, retratar y resignificar los tiempos en que vivimos con la eficacia de Arcade Fire en Neon Bible, hay que sacarse el sombrero. Porque todos sabemos que estamos en una época de miseria espiritual, de consumismo exacerbado, de exceso de comunicación y adoración notable por el “Dios Dinero”. Pero no todos somos capaces de hacer algo al respecto.
Y si ese algo es una obra como Neon Bible, no hay argumentos para derribarlo.
Arcade Fire se formó a principios de la década del nuevo siglo en Canadá, en Montreal mas precisamente, la zona franco-parlante del país del norte. Los integrantes de la banda tienen un promedio de edad de 25 años y con sólo un disco en su haber (el laureado Funeral) se habían granjeado al respeto y admiración de prensa, público y varios nombres notables del mundo del rock.
Si tenemos que describir a Neon Bible con un solo adjetivo, ese sería valentía. Porque para ser épico, grandiocuente y hacerse cargo de las pretensiones hacen falta agallas y a Arcade Fire le sobran por donde se los mire. "Black Mirror" es un introducción breve pero concisa pero ya en "Keep the Car Running" están los elementos que hacen de Neon Bible una cosa seria; un ritmo rápido y nervioso y un cantante que suena a medio camino del Bono sediento de gloria de los primeros discos y el Bruce Springsteen más heroico; aquel de Born to Run y The River. No son influencias que se citan habitualmente. Por desgracia, porque si se sabe que hacer con ellas… Nadie se acordaría de Tommy sino fuera por "Pinball Wizard", "Amazing Journey" o "See Me, Feel Me" o de The Wall sin "Comfortably Numb" o "Another Brick in the Wall" y a Neon Bible tampoco le faltan esos himnos que se pegan a la retina de la memoria. La mencionada "Keep the Car…" entraría dentro de ese grupo hipotético. Otra muestra de coraje es "Intervention" con su majestuoso órgano tubular de iglesia, que ayuda a crear un clima religioso, casi místico y la voz de Win Butler al borde del llanto, uno no puede menos que creerle, rendirse ante el dramatismo conseguido en cinco minutos de música vibrante e intensa. “Trabajando para la iglesia donde mi familia muere. Tu pequeña babysitter se volverá loca. Cada pequeña chispa de amistad y amor morirá sin hogar. Escucha al soldado gruñir, lo intentaremos a solas”. Como muestra sobra un botón. Otro punto álgido es "Black Wave/Bad Vibrations" que empieza con una mezcla entre Siouxsie & the Banshees, los Cocteau Twins y Kraftwerk, con voces femeninas a coro, en una clara atmósfera de sobrecogimiento. Después vuelve la voz líder para que no olvidemos que se trata de Arcade Fire y otorgar un “cierre” mas familiar a la canción.
La influencia de “El Jefe” se hace presente de manera muy evidente en "(Antichrist Television Blues)", uno de esos himnos épicos de redención en donde el personaje del relato logra huir de su cotidianeidad agobiante por medio del viaje. Claro, en los papeles suena artificial y hasta trillado pero la banda se encarga de que esto no suceda. Apelando a simbolismos continuamente, nada está dicho de una manera simplona, sino por medio de metáforas muy cuidadas, de alusiones indirectas pero a la vez inequívocas.
La importancia de Neon Bible será valorada en su justa medida por el juez más implacable; el paso del tiempo, que dicho sea de paso, también suele ser el más certero. Pero es claro desde cualquier punto de vista que los Arcade Fire no están escasos de ambiciones y saben qué caminos recorrer para satisfacerlas.
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Arcade Fire - Funeral
U2 - The Unforgettable Fire
Nick Cave & the Bad Seeds - Abattoir Blues / The Lyre of Orpheus
Y si ese algo es una obra como Neon Bible, no hay argumentos para derribarlo.
Arcade Fire se formó a principios de la década del nuevo siglo en Canadá, en Montreal mas precisamente, la zona franco-parlante del país del norte. Los integrantes de la banda tienen un promedio de edad de 25 años y con sólo un disco en su haber (el laureado Funeral) se habían granjeado al respeto y admiración de prensa, público y varios nombres notables del mundo del rock.
Si tenemos que describir a Neon Bible con un solo adjetivo, ese sería valentía. Porque para ser épico, grandiocuente y hacerse cargo de las pretensiones hacen falta agallas y a Arcade Fire le sobran por donde se los mire. "Black Mirror" es un introducción breve pero concisa pero ya en "Keep the Car Running" están los elementos que hacen de Neon Bible una cosa seria; un ritmo rápido y nervioso y un cantante que suena a medio camino del Bono sediento de gloria de los primeros discos y el Bruce Springsteen más heroico; aquel de Born to Run y The River. No son influencias que se citan habitualmente. Por desgracia, porque si se sabe que hacer con ellas… Nadie se acordaría de Tommy sino fuera por "Pinball Wizard", "Amazing Journey" o "See Me, Feel Me" o de The Wall sin "Comfortably Numb" o "Another Brick in the Wall" y a Neon Bible tampoco le faltan esos himnos que se pegan a la retina de la memoria. La mencionada "Keep the Car…" entraría dentro de ese grupo hipotético. Otra muestra de coraje es "Intervention" con su majestuoso órgano tubular de iglesia, que ayuda a crear un clima religioso, casi místico y la voz de Win Butler al borde del llanto, uno no puede menos que creerle, rendirse ante el dramatismo conseguido en cinco minutos de música vibrante e intensa. “Trabajando para la iglesia donde mi familia muere. Tu pequeña babysitter se volverá loca. Cada pequeña chispa de amistad y amor morirá sin hogar. Escucha al soldado gruñir, lo intentaremos a solas”. Como muestra sobra un botón. Otro punto álgido es "Black Wave/Bad Vibrations" que empieza con una mezcla entre Siouxsie & the Banshees, los Cocteau Twins y Kraftwerk, con voces femeninas a coro, en una clara atmósfera de sobrecogimiento. Después vuelve la voz líder para que no olvidemos que se trata de Arcade Fire y otorgar un “cierre” mas familiar a la canción.
La influencia de “El Jefe” se hace presente de manera muy evidente en "(Antichrist Television Blues)", uno de esos himnos épicos de redención en donde el personaje del relato logra huir de su cotidianeidad agobiante por medio del viaje. Claro, en los papeles suena artificial y hasta trillado pero la banda se encarga de que esto no suceda. Apelando a simbolismos continuamente, nada está dicho de una manera simplona, sino por medio de metáforas muy cuidadas, de alusiones indirectas pero a la vez inequívocas.
La importancia de Neon Bible será valorada en su justa medida por el juez más implacable; el paso del tiempo, que dicho sea de paso, también suele ser el más certero. Pero es claro desde cualquier punto de vista que los Arcade Fire no están escasos de ambiciones y saben qué caminos recorrer para satisfacerlas.
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Arcade Fire - Funeral
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jueves, 3 de septiembre de 2009
Neil Young & Crazy Horse - Zuma
Es así de simple: todos los discos que sacó Neil Young en la década del setenta son imprescindibles. Quienes admiren al domador de tormentas eléctricas, al cantautor rural de aire folkie o al combatiente de demonios internos, los lenguajes que usó el canadiense a lo largo de aquella década, tienen mucho material para disfrutar. Incluso sus escarceos con Crosby, Stills y Nash tienen aportes interesantes.
Siguiendo la trilogía compuesta por Time Fades Away, Tonight's the Night y On the Beach, un periplo teñido de tristeza y música utilizada como vehículo para exorcizar los dolores de alma, apareció Zuma, un trabajo menos torturado, más liviano si se quiere, con sus momentos de oscuridad, como de costumbre.
Con Frank “Poncho” Sampedro reemplazando al fallecido Danny Whitten en guitarra, Neil Young reagrupó a los Crazy Horse y grabó Zuma en condiciones más saludables que en sus trabajos inmediatamente anteriores, el resultado, como suele ser, se nota en los surcos.
"Don't Cry No Tears" es el tema elegido para empezar y es un perfecto ejemplo del tipo de canción y el sonido que predominaría en el resto del disco. Es una base simple, con el típico sonido rockero de Crazy Horse, se emparenta directamente con lo que habíamos escuchado en Everybody Knows This Is Nowhere, donde detrás de una alegría aparente se esconde una melancolía que siempre dice presente cuando hablamos de Neil Young: “Cuando toda el agua se ha ido hay una sensación que persiste, viejo amor sincero, no es tan difícil de ver”. Cuando empieza "Danger Bird" la atmósfera es amenazante, pero no hay fantasmas acechando en este caso, es un juego con las típicas baladas de asesinatos y un amor que ha dejado de ser. Las guitarras se trenzan en verdaderos duelos, como para dejar claro que la banda era un todo y que estaban de vuelta en su mejor forma. El momento de reposo llega de la mano de "Pardon my Heart" y es también el lugar para la reflexión por el amor perdido y el agradecimiento por lo vivido. El recurso elegido para condimentar son los instrumentos acústicos, el clima gentil y apacible con un resabio de gospel en el estribillo, con sus coros femeninos. "Looking for a Love" es un country rock típico, con excelentes armonías vocales, tiene un aire a diversión, a “juntémonos a tocar” sin mayores prolegómenos y es fácil revivir la atmósfera distendida de los músicos en el estudio, riéndose al final de la toma. En la misma línea está "Barstool Blues" una de esas canciones a medio camino entre la amargura y la sonrisa a medias, con un dejo de borrachera trasnochada, el protagonista está casi obsesionado con su objeto de deseo; “Te vi en una pesadilla y te veo en mis sueños. Y pueden pasar mil años hasta que sepa lo que eso significa”.
En "Drive Back" aparecen esos riffs insistentes y corrosivos que tan bien le sientan a Crazy Horse, a la manera de "Cinnamon Girl", "When You Dance I Can Really Love" o el posterior "Hey Hey, My My" (aquella canción-manifiesto del legendario Rust Never Sleeps). La que quizás sea la pieza más memorable de Zuma está casi al final, antes de "Through My Sails" y es nada más y nada menos que "Cortez the Killer", en donde Young, como ha hecho varias veces, toma partido por una causa, de forma clara y directa. En este caso se pone en la piel de un indio que está viendo la llegada de los conquistadores al nuevo continente, destruyendo todo a su paso, los miembros de su familia han muerto y no es mucho lo que le queda por contar. Es un mar de guitarras eléctricas que se entrecruzan en un tiempo lento, algo macabro. "Cortez…" se convirtió casi de inmediato en un clásico de las presentaciones en vivo de Neil Young y los Crazy Horse, extendiéndose por diez minutos (e incluso más), dando lugar a fogosas improvisaciones. Como nota de color se puede agregar que The Church grabó una excelente versión en su disco de versiones A Box of Birds.
Es importante recordar que, a principios de los 90's Neil Young no tenía la estutura que hoy ostenta. La llegada del CD como nueva tecnología trajo como consecuencia la disponibilidad de su catálogo que estaba -hay que decirlo- algo relegado. Fué coronado como "El Padrino del Grunge" al detectarse clarísimas influencias en la música de las bandas de aquel entonces, sobre todo de su faceta más eléctrica. Así fué como recuperó público y prestigio tras una década -los 80's- más bien errática. Volviendo a Zuma, se trata de un triunfo dentro de su humildad, la falta de concepto unificador o idea rectora que unifique las canciones termina jugándole a favor, es uno de los casos en que la ausencia de pretensiones hacen que el todo se beneficie, es una colección de canciones muy buenas y punto, con eso basta y sobra. En este caso, por supuesto.
Neil Young seguiría dando golpes bruscos de timón a su carrera, mostrándose interesado en el movimiento punk que se asomaba a la vuelta de la esquina y jamás abandonaría su actitud curiosa, el espíritu de eterno adolescente, listo para la sorpresa, abierto a los cambios. En definitiva; las virtudes en las cuales se apoya su carisma inextinguible.
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Neil Young & Crazy Horse - Everybody Knows This Is Nowhere
Neil Young & Crazy Horse - Sleeps With Angels
Neil Young & Crazy Horse - Broken Arrow
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