miércoles, 4 de julio de 2018
George Harrison - All Things Must Pass
Caso extraño el de George Harrison. Con los Beatles lo dejaban poner como mucho dos temas por disco, en el Álbum Blanco mete cuatro… matemática pura. Cuando por fin se saca de encima el cepo de la banda que lo hizo famoso, saca su primer LP como solista, una suerte de diarrea compositiva, que jamás vuelve a superar. Para ser honestos nunca vuelve ni siquiera a arrimarse a las alturas que trepó con All Things Must Pass.
El disco en su momento salió en una lujosa caja como las que envolvían los discos de ópera, que siempre fueron carísimos, aún así se cansó de vender y, por un momento, fue el ex-Beatle más exitoso, aclamado y reconocido. Era triple, pero no hay que olvidar que el tercer disco eran unas zapadas, que se grabaron con los músicos calentando motores, que nadie en su sano juicio necesita volver a escuchar dos veces, más que como una curiosidad, souvenir o como gusten llamar a este gesto indulgente, típico de rock star de los setentas. Otra maña en la que “el Beatle callado” empezaba a caer acá, era la de dar consejos en las canciones, el predicador. George había visto la luz y no podía hacer menos que esparcirlo a los cuatro vientos. Muchos se le cagaron de risa, como siempre sucede en estos casos, para colmo, en los discos siguientes esto se agravaría.
Pero hablemos de la parte positiva, que de eso hay mucho en All Things Must Pass, tiene que ver con la música, lo que realmente importa. Las canciones que tenía acá eran impresionantes. Se puede hacer una leve enumeración para no olvidarse de la grandeza de este LP. Están los dos temazos que compuso cuando era amigote de Dylan y el primero, una obra maestra abre el disco, “I’d Have You Anytime” y merece el puesto. “If Not for You” sólo ostenta la rúbrica de Mr. Zimmerman, también sale en New Morning y algunos recordarán la versión a dúo en el concierto para Bangla Desh. El muro sonoro de Phil Spector, encargado de la producción, esta vez llega hasta el cielo, en “Isn’t It a Pity” directamente construye una catedral, sobre todo al final del tema, con una coda a toda orquesta. Acá está “My Sweet Lord”, por el que se comió un juicio por supuesto robo, de parte de los Chiffons, quizás su tema más recordado como solista (¿el otro sería “Something”?). El delicioso y divertido “Apple Scruffs”, dedicado a las fans de los Beatles que los esperaban religiosamente, en la puerta de Abbey Road. Todos los temas valen la pena, todos tienen algo para decir. La galería de músicos famosos también sentó un precedente en All Things Must Pass, incluso se da el lujo de tener a los cuatro Badfinger solamente para grabar capas de guitarras acústicas.
Doloroso o no, la carrera de George Harrison desde acá en adelante, fue un lento declive, con grandes temas, eso sí, aunque esporádicos -también hay que decirlo- y nunca volvió a hacer un disco redondo e incuestionable como este, su debut, All Things Must Pass.
Escuchar en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
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1 comentario:
Enorme álbum que tiene joyas desperdigadas por todos lados. Para elegir. "Behind That Locked Door", "I Live for You", "All Things..", y hasta el gran hit y supuesto choreo... temas que si te agarran con la guardia baja te dejan moqueando.
Cuando lo escucho siempre termino haciéndolo dos veces: una escucho, la otra le toco la acústica encima.
Contradictorio George, siguiendo su camino espiritual al tiempo que, dicen, se entregaba a despampanantes bacanales en su casa o donde fuera. ¿Quién no haría lo mismo de estar en su lugar? ¿Quién de nosotros no es contradictorio? Quien se crea libre de eso que tire el primer track del disco 3.
Abrazo
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