miércoles, 19 de noviembre de 2008
Satan Dealers - El ardor de los perfumes prohibidos
Hay varios factores que dejan claro que El ardor de los perfumes prohibidos no es simplemente otro disco mas de guitarras como los miles que hay dando vueltas por todos lados, en esta época de exceso -y mal manejo- de información. Nada más lejano a la realidad. Los Satan Dealers se encargan de rebatir esa idea incluso con la escucha más despistada y carente de atención posible. Las sucesivas repeticiones revelan un cuidado por el detalle ajeno al género, un vuelo lírico completamente inusitado y una atención especial puesta en las canciones que son lo que, al fin y al cabo, lo pintan como un candidato a clásico inminente. No hace falta más que escuchar los coros y las palmas en "Nada tiene por qué", los diferentes sonidos de los teclados empleados en "Madre", los arpegios prácticamente psicodélicos de "No afines puntería" o la belleza innegable del solo de "Fuego" solo por citar algunos de los mas notables detalles de producción.
Una mención especial merecen las letras; Satan Dealers jamás pontifica, nunca se para ante el mundo como un ejemplo a seguir, abandona sin más el patético pedestal en el que se sitúan descaradamente muchas de nuestras estrellas de rock. Quizás se trate de una simple cuestión de credibilidad y afortunadamente Satan Dealers sale muy bien parado en lo que a esto respecta. Aquí lo que se plantean son interrogantes, no ofrece soluciones, no sabemos el por que de tanta mierda alrededor pero somos concientes de que existe y no podemos hacer oídos sordos. Claro que todo esto no tendría ningún tipo de sustento sino fuera por las canciones y -otra vez- este apartado está mas que satisfecho. El ritmo arrollador de "No hay amigos en este tren" es una prueba fehaciente. El estribillo del ya mencionado "No afines puntería" muy difícilmente se pueda olvidar si le pegás dos o tres escuchadas. "Perro de lluvia" sería un hit inmediato si el mundo fuera perfecto, pero claro, como está muy lejos de serlo… El ardor de los perfumes prohibidos quizá pueda ayudar a compensarlo.
Un disco que es un gran paso adelante para una banda, que, sin hacer ningún tipo de concesiones, sigue irremediablemente su camino casi en soledad… por suerte.
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Satan Dealers - The Brightest View
Satan Dealers - By My Side
The Soundtrack of Our Lives - Origin, Vol. 1
lunes, 17 de noviembre de 2008
The Collectors - Grass and Wild Strawberries
Si este disco hubiera aparecido veinte años después, en la tapa predominaría el negro, con letras en rojo sangre y mejor no hablar de cómo lucirían los músicos. Pero como Grass & Wild Strawberries se grabó en el dorado 1968, cuando casi todo estaba por hacerse, ni siquiera la tapa da alguna pista de lo que nos espera adentro, es más; ellos aparecen sonriendo y ni siquiera tienen el pelo demasiado largo.
The Collectors ya habían grabado un LP homónimo anteriormente y este, segundo y último de una breve discografía, fue compuesto para una obra de teatro, pero lo que lo diferencia de cientos o miles de trabajos aparecidos en esta floreciente etapa no es otra cosa que la música.
Después de una introducción instrumental medio blues/jazz y una ejecución admirable aparece la primer joya; “Grass and Wild Strawberries” -el tema que da título al album- con un tempo ligero, un bajo zigzaguente, voces armonizadas a la perfección, arreglos de batería muy creativos y un saxo salvaje que teje unos fraseos exóticos a lo largo de los apenas dos minutos de duración. En “Things I Remember” se puede decir que realmente la cosa empieza a levantar vuelo. Un ritmo marcial del redoblante es la base de esta canción con claras influencias del Canto Gregoriano. Malas vibraciones despedidas a diestra y siniestra inician el descenso al infierno. Eso no es todo, el ritmo frena para pasar una coda amenazadora y sombría. “Don't Turn Away from Me” es el respiro necesario, sin alejarse del todo del clima macabro. Podría ser un tema de los Jefferson Airplane de Crown of Creation ya que en la ejecución hay talento y buen gusto. Son pocos los ejemplos disponibles en aquel entonces que igualan la atmósfera de bad trip que propone “Teletype Click” con su cadencia violenta y agresiva, su riff malvado y esas voces trabajadas en el estudio para reforzar el clima malévolo, un antecedente directo del gran Black Sabbath de los primeros años. En “Seventeenth Summer” continúa el paseo por el lado oscuro y era el puntapié obligado para la improvisación en vivo.
El tema que sigue no tiene la originalidad de los anteriores sin dejar de estar a la altura, con sus cortes, cambios de ritmo, notas suspendidas y una guitarra que dialoga con las voces de forma intrigante y sencilla; “The Long Rain” en ningún momento desentona y hasta vaticina: “Donde vas a estar, qué es lo que va a suceder, cuando la lluvia larga comience a caer”. “My Love Delights” destila bluegrass, aporta variedad y funciona como trampolín para las duras tormentas eléctricas que se vienen. Sin dar tregua, aparecen todos los elementos que convierten a este disco en una verdadera genialidad, “Dreams of Desolation” hace honor a su título y es uno de los puntos álgidos del disco. Una velocidad desquiciada, una melodía enferma y desesperada, aquí todo está pensado para transmitir la atmósfera asfixiante. Otro respiro en un camino de sobresaltos es “Rainbow of Fire”... ¡Pero a no engañarse! Por que después del comienzo tranquilo, viene un crescendo que rebosa buen gusto, oficio y calidad interpretativa. Otro gran acierto. “Early Morning” con su ritmo sincopado y sus guitarras chirriantes recuerda a los picos alcanzados por Hendrix o el Clapton de Cream, pero la sorpresa, la vuelta de tuerca, son sus arreglos vocales con notas altísimas. Para cerrar el disco The Collectors nos regalan otra pequeña obra maestra; “Sheep on the Hillside”, plagada de connotaciones religiosas por el clima que genera, la melodía se eleva lenta para descender y volver a arrancar con mas fuerza.
No es para sorprenderse que Grass & Wild Strawberries no haya tenido éxito comercial, pero la mayoría de los miembros de la banda siguieron ligados a la música de una forma u otra, cuatro de sus integrantes formaron Chilliwak que obtuvo cierto suceso en la década siguiente pero las cumbres borrascosas escaladas por The Collectors ya no serían de la misma altura.
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The Collectors - The Collectors [1er. LP - 1967]
A.C. Quintet - Trip Thru Hell
Comus - Song to Comus: The Complete Collection
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Magazine - Secondhand Daylight
Magazine fue el vehículo utilizado por Howard Devoto para transmitir sus ideas, muy originales por cierto, después de su alejamiento de los fundamentales Buzzcoks.
La música de Magazine parece dar por tierra con aquella idea equivocada de que los punks de la primera camada despreciaban todo lo que los precedía. Los ecos del art-rock de primera mitad de la década son mas que evidentes; sintetizadores a la manera de Eno en Roxy Music, paisajes sonoros con aires de rock sinfónico y climas fríos y etéreos dignos de lo mejor del Yes de los primeros cinco o seis discos. Prueba de esto es el pasaje que adorna el puente de “Back to Nature” con influencias fáciles de detectar.
Pero claro, no se trata de un disco de rock progresivo, ya que la síntesis hallada por Magazine, y particularmente en este, su segundo opus, es totalmente innovadora, personal, única. A pesar de que las composiciones no son “tradicionales” en el estricto sentido de la palabra, no dejan de ser canciones y ninguna supera los seis o siete minutos de duración, no hay repetición inútil, no escuchamos virtuosismo excesivo ni solos instrumentales interminables. El punto clave de Secondhand Daylight es su capacidad para generar climas opresivos, gélidos, muchas veces incluso siniestros, y lograr que el oyente se sienta reconfortado después de darle una pasada y jamás sobrepasado, saturado o aburrido.
Catalogado muchas veces como un disco “difícil de escuchar”, con toda la razón del mundo, no es algo que va a entrar a la primera, no debe haber sido esa la intención, sobre todo si se lo compara con el resto de la obra de la banda, Secondhand Daylight es prácticamente irresistible una vez que se le abre la puerta, como esos grandes discos que plantean universos propios, que tienen la capacidad de generar una atmósfera particular, siempre y cuando se le otorgue la atención necesaria.
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Buzzcoks - Spiral Scratch
Magazine - The Correct Use of Soap
Brian Eno - Taking Tiger Mountain (By Strategy)
lunes, 10 de noviembre de 2008
Gram Parsons - Sacred Hearts and Fallen Angels: The Gram Parsons Anthology
Que Gram Parsons inventó el country-rock puede discutirse, pero que contribuyó significativamente a hacer que fuera bien visto por las castas rockeras de la segunda mitad de los sesentas, es una afirmación muy difícil de negar.
En plena Era de Acuario, en la fiebre del llamado “verano del amor” Parsons ya había grabado el primer y único disco de la International Submarine Band, anticipándose varios años al movimiento que dominaría el mainstream norteamericano de principios de los setentas. Su siguiente movimiento fue nada menos que el fundamental Sweetheart of the Rodeo con los Byrds, insuflando a la banda con el soplo de aire fresco que necesitaba en un momento de idas y venidas y cambios bruscos de formación.
Lejos de quedarse en el molde abandona a los Byrds para fundar otra banda esencial; los Flying Burrito Brothers, grabando dos discos geniales que catapultarían su ya inminente carrera solista.
Dos discos le sirvieron para cimentar su mítica figura y terminar lo que ya había empezado hacía -ya a esta altura- varios años; G.P. y Grievous Angel en donde (dicho sea de paso) descubre a otra figura que más adelante ayudaría a otorgarle a Gram Parsons la estatura que se le venía negando en vida; Emmylou Harris. Muchos mitos extra musicales lo rodean, que estuvo presente en las grabaciones de Exile On Main Street de los Stones, que era íntimo amigo de Keef Richards, que tenía un apetito voraz por todo tipo de drogas, que su temprana muerte se dio en las mas extrañas circunstancias o que era un niño rico con tristeza.
Pero el verdadero legado de Gram Parsons puede apreciarse en todo su esplendor en esta excelente antología de dos discos; los primeros (y mas que decentes) intentos con la ya mencionada International Submarine Band, las mejores canciones de The Gilded Palace of Sin y Burrito Deluxe y prácticamente la totalidad de sus dos álbumes como solista, mas alguna que otra joya perdida. Acá están “Lazy Days”, “One Hundred Years from Now”, “Dark End of the Street”, “Sin City”, “$1000 Wedding”, “How Much I've Lied” y muchas de las grandes canciones que hicieron que Wilco, Beck, Whiskeytown, Uncle Tupelo y tantos otros lo adoptaran como padrino y héroe musical. En definitiva, un excelente recorrido por la obra de unos de los mas grandes compositores e interpretes del siglo XX.
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Emmylou Harris - Roses In the Snow
The Rolling Stones - Exile On Main Street
Wilco - Be Here Now
Dennis Wilson - Pacific Ocean Blue
Según dice la leyenda, Brian Wilson, el genio creativo de los Beach Boys, estaba encantado con este disco. Nadie esperaba que Dennis, famoso por ser el fiestero de la banda, el amigote del tristemente célebre Clan Manson, el único verdadero surfista de la banda, podía llegar a pergeñar una obra maestra como Pacific Ocean Blue, y mucho menos en el momento en que se dieron las circunstancias. Es importante recordar que, a mediados de los 70’s, los Beach Boys estaban lejos de sus épocas de esplendor, habiendo editado algunos trabajos que no estaban a la altura de sus pergaminos y cayendo en desgracia para el status quo musical de aquel entonces.
Grabado en varias sesiones a lo largo de todo el principio de la década, Pacific Ocean Blue desapareció sin rastro (a nivel comercial) a pesar del casi unánime éxito de críticas. La música en cuestión es lo verdaderamente sobresaliente aquí, canciones que se abren paso lenta y majestuosamente, con toques de gospel, rythym & blues y poderosas orquestaciones, cantadas por una voz cascada por vaya uno a saber que excesos, pero pletórica de sentimiento y rodeada de un halo de misterio difícil de explicar con palabras. “Dreamer” es un claro ejemplo de lo antes mencionado; un tempo lento y un arreglo denso y sobrecargado que de repente estalla en mil pedazos en un estribillo francamente conmovedor que implora “Deja que el viento se lleve lejos tu tristeza, es todo lo que estoy tratando de decir ¿Qué tal un mejor día? Enamorarse” al borde del desborde emocional. En ningún momento puede vislumbrarse que se trata de un disco de un baterista, cosa que suele suceder en muchos discos de integrantes de bandas que deciden aventurarse en terrenos solistas, en este caso el énfasis está puesto en un cien por ciento en la canción, como forma de comunicación, como manera de desnudar el alma. Es claro que el disco -como suele suceder- no pasó inadvertido para los oídos atentos. Sus huellas pueden notarse claramente en algunos trabajos de los geniales Mercury Rev o en las obras mas recientes de los Flaming Lips por citar algún ejemplo.
La reedición aparecida recientemente no hace mas que recordar el valor de Pacific Ocean Blue, con infinidad de tomas que quedaron afuera, versiones e instrumentales varios, todo coronado con el obligatorio librito repleto de fotos y textos ad hoc.
Otra prueba cabal de que éxito comercial y logro artístico no siempre van de la mano.
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The Beach Boys - The Beach Boys Love You
The Beach Boys - Carl and the Passions
Mercury Rev - All Is Dream
Richie Havens - Stonehenge
Una obra injustamente infravalorada dentro del vasto catálogo de Richie Havens, famoso, entre otras cosas, por haber sido el primero en aparecer en el escenario de el ya mítico festival de Woostock, ganarse al público y aparecer en la película que documentó aquel definitorio evento.
Las habituales letras de búsqueda espiritual, amor, redención, misticismo y esperanza de Richie Havens aparecen aquí subrayadas por arreglos llenos de gracia, minimalismo y elegancia, y su característico estilo de rasguido de guitarra española contenido al punto justo, intentando no sobresalir por encima de los climas generados por las cuerdas, las delicadas texturas de los bronces y la envolvente voz de barítono del propio Havens.
“Como el sol al amanecer, sigo intentando Mona, hacer que todos sepan que no me rendiré. Sí, el agua gotea, puedes sentirlo, eleva tu cabeza luego del trago amargo” en “There’s a Hole in the Future” o la plegaria que abre el álbum “Padre, abre nuestros ojos para que podamos sentir, para que te podamos seguir” de “Open Up Our Eyes” son suficientes para hablar de la poética empleada por Havens. El hecho de abrazar la música de los baby boomers de la primer y segunda mitad de los 60’s lo convierten en un precursor, en una era en que las brechas generacionales y raciales eran inmensas, Havens siempre se caracterizó por grabar versiones de artistas blancos (Beatles, Donovan, etc) y apropiarse de las canciones y hacerlas completamente suyas, lo que habla a las claras de un intérprete de primerísimo nivel.
En Stonehenge los “homenajeados” son Dylan y los brillantes early Bee Gees con “It’s All Over Now Baby Blue” y “I Started a Joke”, respectivamente, con hermosas versiones de temas ya grabados hasta el hartazgo por otros artistas, pero que reciben acá un tratamiento respetuoso y aventurero a la vez.
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Richie Havens - Mixed Bag
Van Morrison - Astral Weeks
George Harrison - All Things Must Pass
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