Guitarrita acústica, tema de fogón, la voz bien al frente, un Scott Walker de la era moderna. Nunca es tan simple el asunto si hablamos de Julian H. Cope. La letra es increíble, mostrando un costado humorístico que no había aparecido anteriormente, evitando caer en algo simplón, imposible de volver a escuchar. Ya saben, ningún chiste es gracioso dos veces. A nivel composición hay un puente que está bien pensado, como para que la canción tenga una vuelta de tuerca.
Aparece originalmente en: Skellington (1990)
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Caos elegante. Vaya definición. Para un artista, para una canción o una carrera. Primer disco de estudio después de la separación de los Teardrop Explodes. La letra es Julian Cope cien por ciento. Con un costado inocente y valiente al mismo tiempo. Puede ser una reflexión al respecto de lo que había pasado con su anterior banda pero también podría tratarse de cualquier otra cosa, el significado podés dárselo vos, como en cualquiera de las grandes canciones del rock and roll. La melodía te va a costar sacártela de la cabeza, vale advertir.
Aparece originalmente en: World Shut Your Mouth (1983)
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Una guitarras podridas anuncian que acá está todo mal. Ahí entra la voz, al fondo, a los gritos. ¿Va a estallar en mil pedazos? Acá hay una auto-cita, a su obra maestra ecologista del '91, Peggy Suicide, por supuesto. Disparando fuerte y sin metáforas contra la religión organizada, para él son todas la misma mierda. Al final, ese estallido inminente, ese martillazo que estabamos esperando... nunca llega. ¿Habrá sido para redondear la idea?
Aparece originalmente en: You Gotta Problem With Me (2007)
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Asombrosa cantidad de ideas musicales son las que aparecen en Interpreter, en donde empezaba a asomar el Julian Cope moderno, el del siglo XXI. Ideas de todo tipo, citas a filósofos y músicos en los libritos de los discos, la faceta de historiador (el Anticuario Moderno es otro de sus grandes apodos) y demás intereses. Incansable. Acá hay una canción con aire a himno inolvidable, a los tres minutos y medio hay un golpe de timón, una vuelta de tuerca que sorprende. ¡Hasta el infinto y más allá!.
Aparece originalmente en: Interpreter (1996)
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Acá es cuando pareció aceptar ciertos parámetros impuestos. A su manera, claro, no iba a dejar de hacerlo en sus términos, porque Saint Julian es un discazo. Sonido adaptado a la época y además, entre sus canciones, hay por lo menos seis o siete de esos que son para atesorar, en un catálogo plagado de momentos únicos, irrepetibles. Esos teclados de iglesia que aparecen acá después de la sección intermedia, de ese cambio raro, dos o tres segundos, antes de volver a la estrofa. Si esto es "comercial" no tiene por qué dejar de ser valioso.
Aparece originalmente en: Saint Julian (1987)
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