¡Qué grandes los Stranglers! Siempre fué una banda que dió un poquito más que el resto en lo que a música respecta. Ni hablar si los comparamos con varios de sus compañeros de generación.
Esto es lo que su título indica. Un tango. Tango a la manera de Stranglers, de más está decirlo. Está cantado en un español medio ridículo por J.J. Burnel y la letra es una regurgitación de lugares comunes pero la música... es otro asunto. Ahí está la clave.
Rockero, podrido, mala onda, fiel al estilo de la banda, con los teclados chiflados y psicodélicos de Dave Greenfield. El solo de guitarra es heróico, sucio, sexual, retorcido. Acá hay una joya perdida de un grupo de gente que viene haciendo esto hace años, décadas. Incluso hay una sorpresa en el final.
Se puede escuchar en YouTube acá.
Estos ya pasaron por todas. Todas y cada una de las tempestades que tiene que sortear una banda con cuatro décadas de existencia. Se fué Hugh Cornwell, que era el que componía y cantaba la mayoría de las canciones durante la etapa clásica de The Stranglers. Siguieron, le sacaron pecho y acá están. Todavía en pié, dando pelea.
Giants (2012)
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