miércoles, 22 de diciembre de 2021

Emmylou Harris - Wrecking Ball


Un poco de resumen viene bien. Emmylou Harris cantó coros en los dos discos como solista de Gram Parsons, esos que definieron lo que él mismo llamaba “música cósmica americana”, después de su breve pero definitivo paso por los Byrds y el hito que fué Sweetheart of the Rodeo. No fueron discos que fueron “entendidos” en seguida, llevó décadas hacer que el tiempo les dé la razón y Emmylou hizo un trabajo no menor en ese proceso. En los discos que la convirtieron en una estrella, esa seguidilla brillante en la década del setenta (Elite Hotel, Pieces of the Sky o Luxury Liner) siempre se encargaba de meter alguna versión de Parsons, ayudando a construir el mito en que se convertiría el ex-capo de los Flying Burritos.

La diferencia entre ella y varios que venían del country, música de raíces o como se le quiera llamar, es que siempre fue más cosmopolita, más abierta, incluyendo siempre interpretaciones de temas que podrían considerarse inesperados y hasta fuera de lugar por ciertos sectores más conservadores. Fácil; Emmylou Harris siempre fue bastante más que la imagen de chica granjera que más de uno se hizo de ella. Este disco es la prueba, en caso de que haga falta.

Wrecking Ball sale en el ’96 y es de esos trabajos que marcan un nuevo principio, un resurgimiento. Sí o sí hay que mencionar a alguien que es parte importante del triunfo que representa y es Daniel Lanois. Venía de hacer su magia como productor de Oh Mercy de Bob Dylan, un poco después de haberse hecho famoso a nivel mundial con The Joshua Tree, de U2, por supuesto. Acá la producción es mágica, eleva a las canciones a alturas insospechadas, nadie hubiera pensado que “Goodbye” de Steve Earle era algo más que una buen tema. Acá se convierte en un monumento sonoro, con la voz impresionante de Harris, quien entrega una performance notable, y el aporte de Lanois, construyendo climas y atmósferas. Este es básicamente un disco de versiones, pero algo lo despega del resto, los temas están elegidos de manera especial, se nota, y hay dos de la pluma de Lanois, que es probable que hayan sido escritos para la obra. “Every Grain of Sand” de Dylan estaba sepultada por una producción más bien anodina en Shot of Love, acá se convierte en algo digno de enviar al espacio, para mostrar en qué andábamos musicalmente hablando los humanos, en aquel entonces. Neil Young, Lucinda Williams y hasta Gillian Welch pasan por el filtro Harris / Lanois de manera sobresaliente, en un disco que cierra por todos lados, armado con un concepto clarísimo.

Vale recordar que Dylan vuelve a llamar a Lanois para Time Out of Mind, después de haber tenido algún que otro desencuentro y los dos salen con un disco histórico, que tiene mucho en común con Wrecking Ball. Seguramente lo debe haber escuchado.








Escuchar online en YouTube o en Spotify.







Chequear también:
Emmylou Harris - Roses In the Snow
Willie Nelson & Family - Honeysuckle Rose [música de la banda sonora original]
Daniel Lanois - For the Beauty of Wynona





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