Hay gente que tiene problemas con los discos dobles. Los miran con desconfianza y los relacionan con cierto costado indulgente del músico en estado de gracia. Porque te guste o no, para hacer un disco doble hay que estar en una situación especial. En cierto momento de la industria discográfica había que ser un artista comercialmente exitoso, para que la compañía solventara los gastos que implicaban fabricar un disco doble. Hoy, en esta suerte de nebulosa en que vivimos, por increíble que parezca, todavía hay gente que se zambulle en semejante empresa. Drive-By Truckers, The Soundtrack of Our Lives, Julian Cope y la lista podria extenderse.
Me sitúo en otra vereda, para mi gusto los discos dobles son el cénit de la música. Desde el momento mismo en que alguien se atreve a encarar un proyecto así ya hay méritos de sobra. Por supuesto que a todos los dobles les sobra algún que otro tema. A cualquier disco normal le puede llegar a sobrar alguno. ¿Cómo no va a pasar algo parecido con uno que tiene el doble de duración, cantidad de temas o lo que sea?
Physical Graffiti es el sexto LP de estudio de Led Zeppelin y se podría decir que está hecho y coincide con los años en que estaban en la cima del mundo. En aquel momento podrían haber hecho lo que se les cantaba. Y eso fue lo que hicieron. Como pocos, vale decirlo. Nunca fui fanático de la banda, siempre los aprecié, es innegable el valor histórico de Houses of the Holy o Led Zeppelin III, sus discos siempre cumplen, el legado es intachable, aquello de haber mezclado con el blues, la música celta y el folclore europeo es algo que nadie en su sano juicio podría discutirles. Acá casi no hay desperdicio, sí puede haber algún que otro tema más “liviano” que el resto, me juego la cabeza a que se divirtieron tanto o más grabando “Boogie With Stu” (con Ian Stewart, el pianista “a la sombra” de los Stones) que haciendo temas rompedores de esquemas -y de tímpanos- como el enorme “The Rover”, uno de los más pesados y originales del catálogo de Led Zeppelin.
El instrumento de
John Bonham, el Bonzo para los amigos, que siempre fue un placer para todos los
que nos gusta escuchar bateristas, en ... Graffiti suena como nunca, es un tren que
te puede arrollar en cualquier momento, un tren con un groove impresionante y
un golpe que te puede aplastar el cerebro. Y sí, acá está “Kashmir”, un tema
con no pocos aciertos e innovaciones y uno de esos que cansaron, de tanta
sobreexposición, aunque escucharlo en su contexto original nunca viene mal. También
hacen su debut temazos monstruosos como “Bron-Yr-Aur”, “In the Light” o el
hermoso “Down By the Seaside”. En Physical Graffiti hay de todo y para todos. Que
a partir de acá todo fue cuesta abajo es otro de esos asuntos que no nos
interesan tanto.
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Chequear también:
The Beatles - ídem [el Álbum Blanco]
The Clash - Sandinista
Smashing Pumpkins - Mellon Collie and the Infinite Sadness
2 comentarios:
Para mí ésta es su sexta y última obra maestra, una carrera soberbia a emparentar por calidad con la de los Stones, los Beatles o los Beach Boys. Eso en estudio, porque en vivo nade hacía sombra al dirigible británico.
Un abrazo, Beefheart.
Hola Gonzalo! No soy muy fan de ellos pero sí, hasta acá son todas obras maestras, es innegable. Este es mi favorito, quizás por el hecho de que es doble, me encantan los discos dobles!!!
Otro abrazo,
Mariano
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