Empieza con unos sonidos de interferencia, de la mano de “Geigerzähler”, un minuto de duración, como para ir metiéndonos en el concepto del disco. En la que quizás sea la banda que más hincapié ha hecho en el concepto, en las ideas, en la parte estética y visual. Cuando empieza el tema que da título ahí sí, ya te das cuenta de que estamos sumergidos en el mundo futurista de Kraftwerk. Y este es un planeta que no se parece a ningún otro.
Radio-Aktivität (o Radio-Activity para el resto del mundo) es el quinto disco de estudio de los alemanes. El que viene después del famoso Autobahn, que es el momento en que finalmente encontraron el sonido, la identidad. Donde los planetas finalmente se alinearon, después de un principio de carrera interesante pero tentativo, hay que decirlo.
¿Hablamos un poco de kraut-rock? Es inevitable. Vale recordar que las bandas representativas (Can, Faust, Amon Düül II, etcétera) tenían un rechazo categórico al término. En realidad servía solamente para agrupar a artistas que venían de un mismo país, en un determinado momento. Sí compartían el deseo de hacer una música de quiebre, revolucionaria, que dejara claro que esta generación no tenía nada que ver con la que había participado del holocausto, la segunda guerra y lo que todos sabemos, lamentablemente. Había que romper con la hegemonía de la música de Estados Unidos e Inglaterra, generar algo propio, nuevo. Cada cual lo hizo a su modo, con una personalidad arrolladora.
“Radioland” es impresionante. ¿Con qué se lo puede comparar? Ni siquiera con otros temas de Kraftwerk. El nivel de oscuridad y sordidez que transmite es algo difícil de explicar con palabras. Casi no hay ritmo, son capas de sintetizadores que se entrelazan, entran, salen, algo único. Si todavía hay gente que cree que no se puede transmitir emociones a través de la música electrónica, hay que hacerle escuchar esto. Puede llegar a ser agobiante, es precisamente la idea. Radio y radioactividad. No es joda, tener miedo es la reacción natural, el futuro ya llegó y no muestra una cara amigable, más bien lo contrario. “Ätherwellen” es una cosa un poco más familiar, más típico de Kraftwerk si se quiere, a pesar de que la sensación de incomodidad, de paranoia, sigue ahí, latente.
De los discos
clásicos de Kraftwerk, Radio-Aktivität es el menos “amable”, pero a la hora de
la verdad es posible que sea uno de los más influyentes. No es casualidad que “Die
Stimme Der Energie” suene a post-punk, anticipándose en algunos años a Magazine
y los paisajes congelados de Secondhand Daylight, por citar un ejemplo. Esta es
música que marcó a varios, sentó un precedente y, a pesar de los intentos, nunca
volvió a igualarse.
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Chequear también:
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Kraftwerk - Die Mensch·Maschine
Kraftwerk - Computerwelt
2 comentarios:
También yo adoro este disco y toda la música del grupo que nace de la matriz de "Autobahn". Yo no veo, de todos modos, esa "oscuridad y sordidez" que dices. Si te apetece leer mi opinión, la tienes en Ragged Glory.
Un abrazo, Beefheart.
Hola Gonzalo! Como andás camarada? Yo digo en ese tema particularmente, "Radioland". Voy ya mismo para allá para leer tu comentario.
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