viernes, 9 de abril de 2010

The Stranglers - Stranglers IV (Rattus Norvegicus)


Como los Vibrators, los Stranglers cayeron dentro del punk-rock por varios motivos; un poco porque les servía, otro tanto por la época y, en menor medida, por lo que ofrecían a nivel musical. Ellos eran un poco mayores que Rotten, Mick Jones, etc. De hecho, Dave Greenfield, el encargado de esos teclados tan característicos ya andaba por su cuarta década y había puesto sus habilidades al servicio de varias bandas de escasa -o nula- trascendencia.

Lo que sí los emparentaba con el género era la actitud, la energía, la sed de gloria y una clara tendencia belicosa que les sirvió para granjearse no pocos enemigos. Con los Stranglers era amor u odio, no había medias tintas. Ambos extremos tenían argumentos convincentes. Los detractores los acusaban de sexistas, violentos y rebeldes sin causa. Ellos se encargaban de alimentarlos, con canciones como "Peaches", "London Ladies" o "Nice ‘n’ Sleazy", iban directamente al choque. ¿Un ejemplo? “¿Está ella tratando de salirse de ese clítoris? Liberación femenina, eso predico, predicador, caminando en la playa mirando los duraznos”.

Los Stranglers usaron el punk como plataforma, como muchos de los grupos de esa camada, supieron sacar provecho del revuelo inicial y salir bien parados, explorando otros terrenos musicales y dando rienda suelta a cierta peligrosidad que el rock había perdido en aquel momento particular. No hace falta más que escuchar "(Get a) Grip (On Yourself)" para comprobarlo. Una de las mejores canciones del disco debut que hoy nos ocupa, Rattus Norvegicus. Hay energía, hay velocidad y una lírica urgente pero también una destreza instrumental que varios de sus compañeros de movimiento no tenían. Los coros prolijos y armonizados, los arreglos hábiles de teclados… no eran elementos que muchos punks podían conseguir con la facilidad que tenían los Stranglers. "Sometimes", la canción que abre el disco es otra muestra clásica de lo que Hugh Conrnwell es capaz como cantante y letrista; “Algunos día te voy a dar un cachetazo en la cara, algún día te voy a tratar con dureza, te voy a pegar hasta que te caigas” con una voz sucia y desprolija que aumenta la sensación de amenaza. El bajo de J.J. Burnel, otra de las características de la banda, es un claro ejemplo de cómo hacer mucho con poco. Es creativo sin apelar al virtuosismo y es efectivo sin ser pirotécnico. Otro de los puntos altos viene como guinda de la torta, al final, de la mano de "Down in the Sewer" que sería algo así como el equivalente punk de "A Quick One (While He’s Away)" de los Who de mediados de los 60's. Una especie de mini-opera con varios fragmentos musicales, evidenciando el filtrado de otra influencia clave; The Doors. Con casi ocho minutos de duración es un resumen perfecto de los Stranglers de la primer etapa.

Después de Rattus Norvegicus no tardarían en aterrizar en diferentes terrenos, siempre intentando, acertando muchas veces y equivocándose algunas, pero nadie puede negar que el espíritu inquieto es una de las virtudes de los Stranglers. Con discos como La Folie, No More Heroes, The Gospel According to the Meninblack o The Raven y con varios singles exitosos ("Golden Brown", "Strange Little Girl") nunca dejaron del todo el concepto primordial; buscar, ofender un poco, provocar bastante y hacer música imperecedera.







Escuchar online en YouTube o en Spotify.






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