Hubo seis o siete años en que hizo todo bien. Tenía algunos años más que los que estaban dando vuelta de una vez y para siempre la música popular. No muchos, unos diez más que los Beatles por ejemplo, pero en aquellos días de aceleración brusca, era un abismo generacional. Lee Hazlewood, en vez de darle la espalda a las novedades, como suele pasar con tipos "ya establecidos", paró sus antenas, incorporó. Tampoco es que se convirtió en un iconoclasta absoluto, pero para alguien que venía de un nicho medio conservador, lo suyo fué notable, distinto.
"Some Velvet Morning", una de sus canciones más famosas, es country, pero hay una atmósfera de ensueño, una cosa narcótica, embriagadora. ¿Y sus discos como solista? Ahí hacía lo que se le cantaba. Como se ganaba el pan de cada día con Nancy Sinatra y como productor de otros artistas, nadie esperaba mucho de Lee Hazlewood solista, su retribución a la compañía venía de otro lado. Quizás por eso tenía carte blanche en el estudio. No iba a venir un ejecutivo a vetarle un tema o una idea. Love and Other Crimes -uno de sus discazos- tiene a la Wrecking Crew como sesionistas, dando cátedra de cómo tocar (y grabar) en función de la canción.
Requiem for an Almost Lady es otro de esos discos de ruptura, de separación. Un subgénero que empezaba a asomar en la primer mitad de los setenta. Hecho a su manera, como podría esperarse. Toca todos los temas; el dolor, el rencor, tristeza, aceptación, burla. Lee Hazlewood era un maestro en eso de reírse de uno mismo, las introducciones habladas en los temas son geniales acá. "El día que nos conocimos los dioses se dieron vuelta y se rieron bien fuerte" o "En el principio no había nada, pero era divertido mirar la nada crecer". Requiem… está producido de manera muy sencilla, mayormente acústico, sin batería. De todas maneras hay variedad musical y los arreglos están puestos en el lugar justo. El clavicordio en "Won't You Tell Your Dreams" o esa nota insistente en el cierre del estribillo de “Come On Home to Me”, el tema oscuro y psicodélico del disco, con una letra impresionante en su balance entre sencillez, poesía y elocuencia.
Lee Hazlewood es, como bien dicen varios, un gusto adquirido, podés quedar afuera de sus chistes tontos pensando en qué es lo que encuentra la gente que lo defiende a capa y espada. Pero si ya sos parte de esa gente, no hace falta que te expliquen nada. Y esta es otra de sus obras maestras.
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Chequear también:
Waylon Jennings - Singer of Sad Songs
Nancy Sinatra - Movin' On With Nancy
Lee Hazlewood - These Boots Are Made for Walkin' (The Complete MGM Recordings)
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