Hay una diferencia entre lo que grabó al principio, el material con el que se forjó un nombre y la música del resto de su carrera. En sus años siguientes hizo de todo, siempre con cierto criterio y con una dirección clara, definida. Hasta grabó discos de reggae, como el extraordinario Mo’ Roots, del ’74, un poco antes de que Marley pasara a ser una super estrella mundial, cuando era apenas un secreto entre músicos y enterados.
Al principio era una suerte de curador del blues, un archivista. Parecido a lo que hizo con el folk y el country Ry Cooder, también en sus primeros LP de estudio, cuando todavía no componía temas propios. Hablando de Cooder, los dos tenían una banda que se llamaba Rising Sons, con apenas veinti-pocos, unos años antes de la fiebre del acid-rock y el flower power, a contramano de todos. Grabaron un disco para Columbia Records que quedó archivado (en los noventa se editó) a pesar de su evidente calidad y la banda se separó.
Hacían más o menos lo que practicó Taj Mahal al principio, algo así como un estudio del blues clásico, una relectura que evitaba la obviedad. Digamos que no es que hacían temas de Muddy Waters, sin que eso significase que no apreciaran el trabajo de los grandes pioneros. Lo de ellos tenía más que ver con un rescate del olvido de héroes de culto. Tenían un conocimiento enciclopédico de cierto espectro de la música de raíces yanqui. ¿De dónde sacarían esa data recóndita? ¿Bibliotecas? Bueno, vivían en California por empezar, un lugar en donde el menor atisbo de cultura era estimulado, bien visto, recompensado incluso. Si estabas interesado y eras curioso, ese material estaba ahí, al alcance. Sólo había que saber a dónde ir a buscarlo. Y el que es buen pescador sabe muy bien en qué lugar del río está el meollo de la cuestión.
Además los tipos
les daban una vuelta de tuerca. Y manejaban un balance interesantísimo entre
reverencia y desfachatez. Si agarraban un tema de Woodie Guthrie, lo hacían de
una forma que sólo podría haber sido perteneciente a esa época. Si hoy hacés un
disco como The Natch’ Blues, el segundo LP de estudio de Taj Mahal, quedás como un
ridículo, no tiene ningún tipo de sentido. Seguramente hay varios que lo hacen. El aire purista que se respira en
estos surcos ya no corresponde a esta era. Pero en Diciembre del ’68 la
historia era otra, muy distinta. Acá, a diferencia del debut -homónimo-
empiezan a aparecer los temas propios. En plan “homenaje a___” (rellene con el
blusero extinto y desconocido de su preferencia) y con un conocimiento de causa
admirable. No era algo que iba a servir para una carrera. Por suerte no se limitó
a eso.
Escuchar online en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
Taj Mahal - Giant Step / De Ole Folks at Home
Taj Mahal - Oooh So Good 'n Blues
Taj Mahal & Toumani Diabaté - Kulanjan
No hay comentarios:
Publicar un comentario