martes, 19 de diciembre de 2023

La Máquina de Hacer Pájaros - ídem [1er. LP - 1976]


Alguna vez Héctor Starc, guitarrista conocido como “La Bola de Ruido” e integrante fundamental de Aquelarre (y más tarde Tantor) decía que “el que no toca jazz es un paquete”. Declaración polémica y a la vez entendible, sobre todo para aquellos tiempos. Después se arrepintió, supuestamente. Mediados de los setenta, Miles Davis ya había hecho Bitches Brew, Di Meola y MacLaughlin eran el paradigma del guitarrista y el rock progresivo / sinfónico era el furor absoluto. La idea era llevar las cosas a un extremo, en todo sentido. A nivel ejecución, interpretación, composición, arte de tapa… todo. Después pasó lo que todos sabemos, pero en esos años se hicieron cosas increíbles. Tómalo o déjalo.

Charly García venía de Sui Generis, el dúo con Nito Mestre que fue una suerte de Simon and Garfunkel made in Argentina. Se cansaron de vender discos y convocar gente en sus conciertos. Ya para la altura del tercer y último LP, Instituciones, se veía que el viraje iba a ser grande. Ahí es cuando se forma La Máquina de Hacer Pájaros, con JL Fernández en bajo, el gran Oscar Moro en batería, Gustavo Bazterrica en guitarras, y Carlos Cutaia y el mismo García en teclados. Es la banda semi-olvidada de Charly, que en Argentina es poco menos que un prócer, musical y algo más.

Hay un sitio de internet que se llama Rate Your Music, también conocido como RYM, en donde los usuarios y melómanos del mundo entero califican y describen sus favoritos. Los dos discos de estudio de La Máquina tienen su nombre en negrita, las letras más grandes y marcadas que las comunes o normales. Eso significa que el disco tiene aprobación universal, eso sería que muchos usuarios a lo largo y ancho del planeta lo tienen en alta estima. Es simple; RYM no miente, acá no hay verso. Y es que son discos sobresalientes. Me atrevo a decir que, si esta gente hubiese grabado -y tocado- en UK o en Estados Unidos, hoy hablaríamos de ellos a la altura de Yes, King Crimson o cualquiera de los diez grandes grupos del género.

La musicalidad que tenían es impresionante, habían logrado un grado de ensamble a nivel banda que requiere de mucho; habilidad técnica, conocimientos de teoría musical, horas y horas de ensayo… esto no lo hacía cualquiera. Y tenían canciones. Algo importante. “Como mata el viento norte”, con su onda medio folky y marcada influencia de Crosby, Stills & Nash. “Por probar el vino y el agua salada”, que no hubiese estado fuera de lugar en Fragile o Close to the Edge.

Charly García tuvo el buen tino de saber adaptarse a los tiempos, cuando esto quedó medio desfasado o la hora de tocar muchísimo ya había cansado, supo cambiar a tiempo y armó Serú Girán, que también tenía cosas intrincadas pero era más accesible, más apto para todo público. Ahí vino la canonización, historia que dejamos para otra oportunidad, para la próxima.







Escuchar online en YouTube o en Spotify.






Chequear también:
Sui Generis - Vida
Serú Girán - Bicicletas
Charly García - Yendo de la cama hacia el living / Pubis angelical





2 comentarios:

Centrofovar dijo...

Qué bueno, por Dios. Es increíble el nivel interpretativo, armónico, musical, artístico que denotan estos surcos, que junto con Películas establece un enjundioso binomio cuya evolución parecía vislumbrarse hacia algo más pop, lo que finalmente ocurrió con otra gente y otro nombre. Del segundo álbum acredito a "Obertura 777" como una verdadera paliza progresiva que haría poner verdes a los confundidos Yes de Tormato.
Abrazo!!

Beefheart Smiles dijo...

Si camarada, son los dos unos discazos de la San Cuete. Elegí comentar este porque la tapa me gusta muuuuuucho, nada más.

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