Las bandas
que duran mucho, a esta altura del partido, conmueven. Siguen ahí, impávidos,
contra viento y marea, contra la crisis cultural mundial, contra el desinterés
de la gente más joven, contra lo que quieren los que dominan el mundo; que nos quedemos
en casa haciendo de espectadores, bien quietitos, en el molde, sin el menor
atisbo de sobresalir de la mediocridad reinante.
Contra eso pelearon siempre los New Model Army y siguen haciéndolo. ¿Alguien se acuerda de uno de los temas más famosos que hicieron? Era “51st State”, del disco The Ghost of Cain. Ahí cantaban -bien a lo bestia- que Inglaterra se había convertido en otra de las provincias del gendarme del mundo, Estados Unidos, por supuesto. Eso era en el año ’86, con el tercer LP de estudio.
Las cosas siguen más o menos igual en Winter, que salió hace un tiempo, más de treinta años después que aquel grito enojadísimo. Hoy en día son clásicos, una banda de culto, mediana se podría decir, sus discos salen en varios países, tienen una legión de fanáticos ardientes que siempre están al pie del cañón, que los siguen cuando salen de gira y compran los discos sin haberlos escuchado. Ellos saben que New Model Army va a cumplir, que no se van a salir mucho del patrón que han marcado siempre, esa mezcla de folk celta acústico con el punk rock más sucio y combativo.
Un buen ejemplo de lo que hacen hoy en día es el tema que da título al disco número catorce de la banda; guitarras acústicas rasgadas a gran velocidad, batería marcial, preparando a las hordas para la batalla y la voz cascada pero firme de Justin Sullivan, escupiendo verdades de clase trabajadora para quienes quieran oír. ¿La novedad? Los años, la seguridad, menos urgencia y más contraste, otro manejo de la dinámica en las canciones, arreglos de orquesta metidos en el lugar justo. Nada mal para una banda que es como Motörhead, Ramones o AC/DC; cambia sin cambiar.
“Part the Waters” tiene unos arreglos relativamente novedosos, muchísimas guitarras apiladas y unos coros fantasmales que condimentan la historia a la perfección. “Eyes Get Used to the Darkness” es palo y a la bolsa, podría haber estado en aquellos míticos discos de los ochenta como Thunder and Consolation o No Rest for the Wicked, otro para agregar a lista de clásicos de New Model Army. Winter no le va a cambiar la vida a nadie y a esta altura es difícil que sigan agregando nuevos fanáticos. No importa, los que ya sabemos quiénes son, compramos, sin dudar.
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