‘Mejor arder
que desvanecerse’ escribió Neil Young, allá lejos y hace tiempo. ¿Habrá
escuchado la frase Noel Gallagher o habrá sido mera coincidencia? Cuando eran
la banda más grande del mundo (te guste o no, en un momento lo fueron) tenía
canciones de sobra, sacaban singles y EPs con
temas que no estaban en los discos de estudio y todo era de bueno a brillante.
A partir del tercer disco, Be Here Now, la cosa se fue a pique… en público.
Siempre fueron una banda “pública”, para bien y
para mal. Supieron bien aquello de que la mala publicidad no deja de
ser publicidad y lo usaron. Y hartaron. Para cuando salió Dig Out Your Soul ya
no le importaban a nadie y, si uno lo ve a la distancia, es lógico y entendible.
En Dig Out Your Soul parecen decir algo como “ya no nos importa más nada, el barco se viene abajo, hagamos lo que se nos canta” y eso es lo que hicieron. Nunca se entendió del todo la comparación de Oasis con los Beatles, por ahí el link viene por el lado de que las dos bandas son de clase trabajadora, pero las similitudes terminan ahí. Oasis siempre fue una banda con serias limitaciones, aunque lo que hacían, cuando lo hacían bien, era infalible. Eran una máquina de tirar hits. Esos dos primeros discos de estudio son una manual de rock de estadios, con los dardos apuntados a las masas, al coro de borrachos, al karaoke más ordinario y fiestero. Si tenés algún problema con ese tipo de canciones, ya podés ir dejando de perder tiempo en esta reseña.
Habían salido de gira con los suecos The Soundtrack of Our Lives y en “Bag It Up”, la bestia de guitarras en once que arranca el LP, parecen hacer un guiño a la banda de Ebbott Lundberg y compañía. Es todo a lo bestia, sacrificando gancho por fuerza, por polenta guitarrera, con su correspondiente crescendo, psicodélico carente de cualquier tipo de sutileza. En “The Turning” hasta Liam Gallagher, uno de los personajillos más cuestionables de esta historia, hace lo que tiene que hacer y se deja de joder, le pone su voz de Johnny Rotten moderno a un estribillo ideal para ir a agarrarse a trompadas con quien se ponga enfrente. El resto es más o menos lo mismo, en el buen sentido de la palabra. Esto es música de guerra, directa, palo y a la bolsa, fuerte, todo lo fuerte que puede ser una banda de pop británico de Manchester, por supuesto, no estamos hablando de esos otros géneros que sin distorsión dejan de existir.
Dig Out Your Soul no le cambió la vida a nadie, no tuvo esa intención. Roqueó fuerte y se dejó atrás ciertas mañas que venían molestando. Si había que dejar un epitafio para una banda como fue Oasis, era este disco. Ni más ni menos.
Escuchar entero en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
Oasis - Definitely Maybe
Inspiral Carpets - Greatest Hits
Mando Diao - Give Me Fire
8 comentarios:
Hay que ser un terco fan muy hundido en la ceguera para no coincidir en que después de Morning Glory los Oasis entran en serios problemas. Hasta ahí, también coincido, hasta ciertos lados B eran de excelencia , como el caso de la etílica "Acquiesce"; lado B de "Some Might Say", nada menos. Increíble. Ese período 94-96 es lo que en los manuales debería figurar como ejemplo de "cuando te salen todas".
Me parece que aparte de los problemas de ego, drogas y demás, el principal problema fue un componente musical que les costó horrores tirar bajo la alfombra: sus limitaciones como artistas. Para mí el Oasis del siglo XXI sale a flote solamente de a ratos, a base de un incómodo amor propio que ni ellos se creían y de orgullo (¿de clase? ¡naaaa, si eran del jet-set!); pienso en "The Hindu Times", en "Go Let it Out", e incluso en aquel hit plomizo y desganado de "Lyla". Pero los discos enteros de los Oasis millonarios jamás me llegaron a convencer. Empero, tengo un cariño personal con Heathen Chemistry, que fuera reseñado en mi blog, en virtud de su corta duración y en virtud de que la segunda mitad es tan mala que me causa simpatía, pero solo eso.
Otro tema son los Gallagher como solistas. No me canso de decirlo: lo que hacen no me parece malo; simplemente me parece innecesario y prescindible.
Indiscutibles argumentos y opiniones colega. Un amigo me decía "si, es verdad, cuando salió el disco ese ya no le importaban a nadie" y me dieron ganas de decirle "si, cuando salió ese disco, en realidad, a nadie le importaba más NINGÚN disco" pero se iba a hacer muy larga.
Amén.
Jajaj totalmente. Nadie escucha discos... esa sola frase dispara una conversación que excede los límites de un posteo. Es muy gracioso, si te fijas en Spotify y pones el cursor en el medidor de escuchas, a medida que descendés en la lista el número decrece exponencialmente. Eso habla de una conducta, de un consumo en primer y claro lugar, pero a veces para mí, tangencial o subliminalmente hay una valoración. En algunos hasta comprobás ambas cosas: es cómico cómo en un disco largo y horrendo como el último de Fito Paez (al igual que toda su infumable producción de lo que va del siglo), solo una porción minúscula de los que escucharon el primer track se las arregló para llegar jadeando y puteando al último tema de un álbum de hora y cuarto y 18 temas.
Abrazo!
No me contaste que te parecía este disco. Puedo adivinar que no te gusta. O me equivoco?
Es lindo, de hecho concuerdo en que es su mejor esfuerzo desde sus épocas doradas, pero no llegó a seducirme. Lo escuché hace relativamente poco, este año sin ir más lejos. Recuerdo que cuando salió yo estaba en otra búsqueda, en plena expansión. Justo en la época en que empecé a frecuentar la disquería Hacienda; recuerdo que estaba a full releyendo viejos números de la revista Rock and Pop, comprando otros que no tenía en Parque Rivadavia, y rastreando discos que citaban sus plumas más lúcidas, así que no había mucho lugar para lo que me había matado escuchando cuando era más chico. Fue un momento de aprendizaje en el que también -no tengo problema en reconocer- me dejé llevar por cierta pedantería que me llevó a criticar o incluso abandonar (momentáneamente) cosas que adoraba. Después me di cuenta que la melomanía es cíclica; que cada cosa tiene su momento y su lugar y por otro lado, las grandes pasiones siempre vuelven.
También tenía cierto enojo con Oasis, en virtud del plomazo de Don't Believe the Truth y del horrible concierto -si se puede llamar así- del Campo de Polo de 2006, así que en ese caso mi encono tenía un motivo de fondo. Aquel disco fue tal vez la última adquisición influenciada por presiones publicitarias de la radio, pongámosle.
Muy cierto lo que decís con eso de cíclico, no se si esa es la palabra pero entiendo lo que querés decir. Ni hablar de eso otro de "las grandes pasiones"; muy cierto. En épocas de pobreza vendí unos diez discos, por ahi otros cinco o seis en algún otro momento y hasta regalé 300 cassettes... de todos me arrepiento. Un disquero una vez me dijo "nunca vendas un disco, las cosas van y vienen". No le hice caso y comprobé que tenía razón.
Los cassettes, de a poco y poniendo bastante platita, me los volví a comprar en CD y LP.
Seee totalmente... Me pasó por ejemplo con el segundo de Weezer, Pinkerton, disco que me encantaba. Se lo presté a alguien que nunca lo devolvió a fines de los noventa –por otro lado nunca lo reclamé. Pasaron añares en los que me olvidé de Weezer (creo que sus fans también...) hasta que lo refloté en esta época con Spotify. Conexión cósmica mediante, te juro, al día siguiente de haberlo spotifeado lo conseguí usado impecable en Brujas, de Rodríguez Peña y Corrientes. Finalmente lo volví a tener. Y así me pasó con varios de la infancia que había perdido, roto o lo que fuera... tenía el cassette de Time de la ELO, no recuerdo qué fue de él, pero me quedó en la memoria y me lo compré en LP hace unos años. Recordaba las canciones de punta a punta.
I found your weblog web site on google and test a number of of your early posts. Continue to maintain up the excellent operate. I just additional up your RSS feed to my MSN News Reader. In search of forward to reading extra from you later on!… online gambling
Publicar un comentario