Como toda “banda grande”, los Pixies no escapan a las ideas preconcebidas, pre-digeridas, de esas que todos repetimos como nenes de jardín de infantes. Que sin ellos no hubiera existido Nirvana, que son los padres de un género, que fueron los que inventaron el rock de los noventa en adelante y un largo etcétera. Puede ser, algo de eso hay. Lo que no suele decirse tan seguido es que, en los pocos años en que estuvieron actividad, había una gran cantidad de bandas parecidas, empuñando guitarras en lugar de sintetizadores y haciendo gala de las mismas influencias. Pero claro, los Pixies eran los que tenían las canciones. De eso se trata casi siempre.
Otro mito a derribar es que Bossanova no es tan bueno como los dos primeros o Come On Pilgrim, el EP debut. Están locos. Este disco es genial. De punta a punta. Como para ir sentándose a la mesa tiene la introducción más canchera que podemos llegar a escuchar: "Cecilia Ann" es uno de esos temas instrumentales que sí valen la pena, a medio camino entre Morricone y The Clash, a pura atmósfera. Consejo para bandas noveles: si arrancás tu show con esto te ganás al público de entrada. En seguida viene una oleada de guitarras y chillidos como para que nadie se olvide que esto que estamos escuchando no es para la radio AM, no es Phill Collins, esto nos va a poner incómodos también. ¡Ah! Un detalle no menor; el tema se llama "Rock Music". Los Pixies se encargaban de esparcir notas chiquitas que terminaban sonando como grandes manifiestos (recordar el grito de “¡es educativo!” en Trompe Le Monde) quien sabe con qué nivel de intencionalidad. "Velouria"… ¡qué temazo! Tiene todo; gran melodía, tremendo estribillo, letra enigmática, no se sabe si habla de amor o de adoración religiosa a algún culto voodoo. Es perfecto. Vale agregar que este disco suena diez puntos y ahí acudimos al librito para cierta data prescindible: produce Gil Norton y está grabado en Los Angeles. ¡Encima después viene "Allison"! Si no caíste rendido a esta altura, lo tuyo viene por otro lado.. Sí, hay cuatro títulos con nombres de chicas, una novedad con respecto a los discos anteriores. Tampoco falta en Bossanova el viejo truquito que es marca patentada de los Pixies, el recurso de la dinámica estrofa suave versus estribillo explosivo, está en dos de los clásicos del disco; en "Dig for Fire" y en el increíble "Hang Wire". Pero eso no es todo amigos. A los que tienen paciencia y escuchan los discos como debe ser (enteros) Black Francis y compañía les tiene guardadas dos sorpresas. Una viene de la mano de "Stormy Weather", un cierre a todo trapo, que en realidad no es tal. “Es momento de tiempos tormentosos” repite como un mantra hipnótico para dar paso a otra canción inmortal: "Havalina". Para dejar bien en claro que habían “hecho los deberes” y habían estudiado Pet Sounds y el rock clásico con la paciencia que hace falta.
Después vendría Trompe Le Monde, para poner broche de oro a una etapa corta pero mágica y el inminente éxodo; Kim Deal forma The Breeders y Frank Black da vuelta su nombre para empezar como solista, en una carrera que ya lleva por lo menos diez grandes discos. Es tan prolífico que cuesta seguirlo. Pero vale la pena.
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Chequear también:
Pixies - Surfer Rosa
The Breeders - Pod
Frank Black and the Catholics - Devil's Workshop
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