A estos los conozco hace rato, llegué a ellos por la conexión con The Sadies, una de las bandas que más me gustan en lo que va de este milenio. Me había bajado unos cuantos discos que, confieso, nunca escuché del todo, de la época en que todavía no me daba cuenta que era imposible escuchar todo lo que te podías bajar. El famoso empacho.
Tuvo que aparecer este disco, medio de casualidad para escucharlos bien. Lo bien que hice, con lo difícil que es incorporar bandas nuevas en épocas de discos rígidos mentales medio baqueteados.
Canción. Otra vez. Nada nuevo bajo el sol. Los mismos acordes de siempre. Llega o no llega. Pega o no. A mi me conmovió. Me alegró ver que fué uno de los cortes de difusión y se hizo un video que los muestra siendo amigos, reforzando y vendiendo la idea de banda de amigotes. Algo así como unos Jayhawks canadienses.
Se puede escuchar en YouTube acá.
Encontrala originalmente en:
Mediados de los noventa, sexto disco de estudio de la banda. Dos compositores compitiendo y mostrando voces bien diferenciadas. Depresión, melancolía y languidez. Pero con el corazón en la mano. Hay variedad en este disco, dentro de lo acotado que podría llegar a ser el estilo que practican.
Nowhere to Here (1995)
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