martes, 3 de abril de 2018

The Cure - Seventeen Seconds


Qué bueno es escuchar cuando hay alguien que tiene bien en claro lo que quiere. Acá hay una idea transparente, una visión, un sonido, todo apunta a un mismo norte. Aparentemente Robert Smith se peleaba con el resto de los músicos que querían “ir para un lado más estilo XTC”, tocar acordes en el teclado (él quería notas de un solo dedo) o líneas de bajo más complejas.

Nada de eso.

Simpleza absoluta, a trabajar en pos del concepto del disco, las canciones tienen que ser todas más o menos iguales, sonar parecido, muy poca dinámica, climas opresivos, densos, casi siniestros por momentos, como el arreglo al final de las estrofas de “In Your House”, que está ahí, al acecho, esperando para atacar.

Los discos que escuchaba Robert Smith al momento de la grabación de Seventeen Seconds, el segundo LP de estudio de su propio Frankenstein, eran Low de Bowie, Five Leaves Left de Nick Drake, Astral Weeks de Van Morrison y un álbum vivo de la última etapa de Hendrix. ¿Qué tienen en común? A simple vista nada pero todos tienen grandes conceptos unificadores, grandes ideas rectoras de lo que puede pasar y lo que no adentro de los surcos.

El final de “The Final Sound” (valga la redundancia)… ¿está planeado? Se puede arriesgar que está pensado en cada una de sus pequeñas / grandes decisiones, pero siempre está la duda y ese es el gran hallazgo, de Seventeen Seconds en particular y toda gran obra en general; te trae interrogantes, te hace pensar, te lleva a lugares inhóspitos y una vez que estuviste ahí nada vuelve a ser lo mismo. “Llegar sin haber viajado”, cantaba un Harrison iluminado químicamente. Ese final lleva directamente a “The Forest” y ahí es donde cierra todo, sin necesidad de explicación alguna. Es escucharlo y entender a The Cure, el verdadero e inolvidable The Cure, mucho antes del personaje fagocitando vorazmente a la persona.

Vale recordar que Seventeen Seconds es el puntapié inicial de una trilogía indispensable, conformada por Faith, su seguidor inmediato y el aterrador Pornography, del ’82. No escuchen a los tres, uno atrás del otro, en casa. Puede tener consecuencias trágicas.







Escuchar entero -COMO DEBE SER- en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

Joy Division - Closer
The Cure - Disintegration
Siouxsie & the Banshees - Juju



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