miércoles, 11 de enero de 2012
Sonic Youth - Goo
Hace poco salió una nota en una revista en donde criticaban a Thurston Moore por recomendar continuamente discos imposibles. ¿No era eso un punto a favor? ¿Hay algo comparable a que alguien de confianza te recomiende algo? No hay nada tan gratificante como conseguir un disco difícil, uno de esos que no se ven nunca, jamás va a estar en las ofertas y, cuando un día lo ves, parecen sonar campanas celestiales. Encima el que lo criticaba era un fanático. Claro, lógico, no nos saquen de nuestra cómoda quintita, hasta acá llegué yo, “sé de música” y a mí nadie me viene a decir qué escuchar.
Esta defensa viene al caso porque si sos fan de Sonic Youth y no te gusta rastrear de dónde viene todo el asunto te estás perdiendo una parte. Los tipos han escuchado todo, han tenido acceso a todo y encima… vienen y te la cuentan! Aparentemente en las giras, los muchachos tenían por costumbre ir a saquear disquerías de usados en cuanto pueblucho aterrizacen, en busca de tesoros ocultos y, así como se deben haber llevado varios chascos, también deben haber encontrado cosas invaluables. Gran parte del atractivo de Sonic Youth, es el impresionante licuado de influencias. Y que no son las mismas de siempre. No es Beatles + Ramones o soul con un toque de Blondie. No, acá te tiran un cúmulo de referencias tanto musicales, como líricas y gráficas que es impresionante. Es The Fall, Kerouac, el kraut-rock, el hardcore, Warhol, Marilyn Monroe, Neil Young, Borroughs y la lista podría seguir por siempre. Si esas influencias las podés detectar la cosa se vuelve adictiva.
Ya entrado el siglo veintiuno, en un mundo en donde todo está al alcance (al menos en teoría) es difícil entender la importancia de Sonic Youth, pero a mediados de los ochenta o a principios de la década siguiente que es cuando salió Goo, eran muy oportunos, indispensables. No sólo por la música, era la actitud, la ropa, las fotos, la chica linda con el bajo (Kim Gordon; un modelo imitado hasta el cansancio) los videos, los shows en vivo y hasta las entrevistas que daban. El set completo, digamos.
Y Goo también es importante porque coincidió con la época en que la cultura mainstream empezó a fagocitar finalmente al punk, a tamizarlo y a regurgitarlo en lo que se llamaría “alternativo”, un término que hoy en día no significa ni define nada, pero que en esa época eras o no eras. Sin término medio. A pesar de que los entendidos dirán siempre que Sonic Youth hizo concesiones para formar parte de esa nueva ola gigante, una escucha atenta a Goo demuestra lo contrario. Goo tiene sus estribillos, tienen sus partes fácilmente recordables pero tiene unas tormentas eléctricas no aptas para cardíacos. Algo que sí es cierto es que con este disco dieron un paso más hacia la masividad, un poco gracias a estar en el momento justo y en el lugar adecuado, esa es otra discusión que hoy no nos atañe.
Hasta el final mantuvieron un nivel de decencia envidiable. Todos los integrantes han tenido proyectos paralelos interesantes y los discos de la última etapa siguen dando que hablar a muchos. Nada mal para una banda con más de treinta años de carrera.
Escuchar entero en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
Sonic Youth - Sister
Sonic Youth - Daydream Nation
Sonic Youth - The Eternal
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2 comentarios:
Siempre me ha llamado la atención de que acusen a Sonic Youth de haberse vendido con el "Goo", solo un necio o mas precisamente un sordo podria hacer semejante acusacion.Un grupo que intenta hacer concesiones con una gran compañia nunca incluiria en su debut "major" salvajadas tales como "Mildred Pierce","Cindrella's Big Score", "Scooter + Jinx" y "Titanium Expose".
¡Totalmente de acuerdo!
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