jueves, 2 de septiembre de 2010
Wire - Chairs Missing
Una banda temeraria, ávida de correr riesgos y asumirlos. Sólo en sus primeros tres discos, aparecidos en un lapso de menos de tres años, cambiaron considerablemente, apostando. Eran estudiantes de arte, como muchos de sus compañeros de escena (Gang of Four, etc.) y se encargaron de hacer que lo aprendido y estudiado se reflejase en la música. Chairs Missing es el segundo disco y todavía hoy sigue sonando contempóraneo.
Desde los primeros compases de "Practice Makes Perfect" queda claro que no estamos ante la típica música de FM de fondo para el supermercado. No, al contrario, podría ser la banda sonora de alguna película de suspenso arty, con su ritmo insistente, esas guitarras que lastiman y la voz de Colin Newman, más paranoico que nunca. "French Film Blurred" anticipa al Radiohead post-Kid A en veinte años. Es la canción llevada al límite.
Si alguna vez hay que explicarle a alguien de qué se trataba el post-punk, una buena manera puede ser exponer esa persona a "Men 2nd", "Marooned" (¡Gran arpegio introductorio!) o "Mercy", en realidad, a cualquiera de los temas de Chairs Missing, son climas gélidos, acordes menores, ritmos rápidos y sincopados. Es la pesadilla imaginada por Orwell y Fritz Lang hecha música, el acompañamiento perfecto para un mundo que se desmorona. "Sand In my Joints" los encuentra otra vez en el sonido de Pink Flag, a toda velocidad, un riff ramonero y, a menos de dos minutos de empezar… ya se terminó! “Sentirse adormecido por carne anestesiada, evitando desgracias con las ideas aún frescas, sin manos, sin pasos, tu labor es en vano” dice la letra de "Being Sucked Again" y en seguida da paso al machaque misterioso de "Heartbeat" casi al borde del susurro y con esas notas del bajo reiterativas, como para reforzar el concepto. Va creciendo, tímidamente, pero no llega a explotar del todo, “como un latido de corazón”. Contundente.
Más referencias al desequilibrio mental en "Mercy", por si acaso hacía falta: “Dentro de la institución con paredes de azul pastel, muros salpicados clínicamente de blanco, piedad esta noche, enfermera”. Si esa letra, escalofriante de por si, está dentro de una música claustrofóbica, energética y agobiante, es imposible no entender el mensaje. No es música para ir a hacer las compras o esperar que llegue el turno en el consultorio del dentista. Tampoco es para ir en el subte mirando de reojo a los costados. Hay que encontrar el momento y ahí si, es perfecta. "Outdoor Miner" es un refugio después de un buen tramo tormentoso, pop adelantado, distinto, sin dudas Blur, Suede y la generación siguiente estaba prestando atención a esto. Lo mismo con el tema que sigue, el clásico "I Am the Fly" en donde un coro de barrabravas cockney dice “soy la mosca en la sopa”, a nivel masivo nunca iba a pasar nada con Wire, pero había varios parando la oreja.
A Wire todavía les faltaba grabar el también magnífico 154 antes de internarse en una década conflictiva (y más bien accidentada) pero aún fructífera discográficamente hablando. Con discos solistas y proyectos paralelos atravesando los trabajos oficiales de la banda. Pero la influencia de Wire en la música moderna, aunque sutil, todavía se hace sentir y mucho. ¿Ellos? Siguen sacando discos y en gran forma.
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Chequear también:
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Franz Ferdinand - ídem [1er. LP - 2004]
Wire - Send
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1 comentario:
Bien en rescatar a los Wire, más alla del remanido "Pink flag". Me parece tremendo "154". Saludos
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