Definir qué
es blues en música es el equivalente poético a tratar de explicar el amor. Es
algo irracional, inexplicable, fuera de lo común, sucede o no, cuando llega te
das cuenta en seguida, cuando funciona en serio te volvés loco. Hay un buen
puñado de similitudes, se puede establecer un paralelo. Para complicarte un
poco menos, lo que podés hacer con un extraterrestre es
hacerle escuchar alguno de los discos clásicos de John Lee Hooker, después de
eso restan las palabras.
¿Qué disco? ¿cualquiera? ¿cómo elegir en un catálogo descomunal, de más de cincuenta LPs de estudio, sin contar compilaciones ni discos en vivo? Como cualquiera que haya grabado tanto y a lo largo de tantos años, la carrera de John Lee Hooker tiene varias etapas, los simples que grabó al principio, precarios en todo sentido, bajo varios seudónimos y sellos discográficos, son para muchos el meollo del asunto, una de las formas de acercarse al artista sin ningún tipo de maquillaje. Después está la época de “artista consagrado”, grabando con todo el mundo, con gente que creció escuchándolo, que empieza a partir de The Healer, a fines de los ochenta, haciendo en algunos casos, versiones de sus propios clásicos. Pero no hay con qué darle a la que podría llamarse “etapa intermedia”, que corresponde a una enorme cantidad de discos hechos desde fines de los cincuenta a mediados de los setenta. Acá hay de todo y para todos, acústicos, con muchos acompañantes (el disco con Canned Heat o el doble Endless Boogie), intentos de maquillaje soul, sólo con la guitarra y su voz o con un grupo chico de acompañamiento, como el excelente It Serves You Right to Suffer, del ’66. A este último grupo pertenece Burnin’, aparecido en el año 1961 en el sello Vee Jay Records.
Si no te gusta el blues puede que te suene todo muy parecido, pero ahí está precisamente el truco, hacer que algo en apariencia tan sencillo, tenga variantes y suene cien por ciento honesto. Pasa algo parecido con el reggae, el chiste está en hacer algo diferente con una estructura básica, escuchás un disco de Peter Tosh y después cualquiera de las imitaciones de segunda y te das cuenta al instante. Acá hay maldad, el diablo mete la cola, esto no es sólo alegría y celebración, es escuchar “I Got a Letter This Morning” o “Drug Store Women” para que cierre todo. ¿Cuál es la diferencia? A veces el blues fracasa rotundamente en el intento y otras veces, como a lo largo de todo este disco, es impecable en toda su gloriosa imperfección. Es simple en realidad, o al menos eso parece. Tratá de hacerlo en casa a ver si te sale.
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Chequear también:
John Lee Hooker - Burning Hell
John Lee Hooker - Never Get Out of These Blues Alive
John Lee Hooker - Mr. Lucky
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